jueves, 12 de noviembre de 2015

BUDAPEST ABRE SUS PUERTAS A EUROPA OCCIDENTAL

 Por HERMANN TERTSCH
   El País, Viena, 02.02.84

La visita de Margaret Thatcher es la primera de una serie que llevará a Budapest, en los próximos meses, a los jefes de Gobierno de Italia, República Federal de Alemania, Suecia, Finlandia, Noruega y Bélgica, que ven en Hungría un posible valedor de cara a un acercamiento a la Unión Soviética. En la personalidad política de Thatcher y de Janos Kadar, y en la posición de ambos países en sus respectivas alianzas militares, estriba la importancia de este encuentro, en el que se pretende relanzar el diálogo Este-Oeste. La primera ministra británica, fiel defensora de la política de dureza hacia Moscú propugnada por el presidente norteamericano, Ronald Reagan, ha moderado considerablemente sus ataques a la URSS en los últimos tiempos. Kadar, por su parte, cuenta con un enorme prestigio en la alianza militar oriental y es amigo personal del máximo dirigente soviético, Yuri Andropov. En la controversia Este-Oeste por el despliegue de misiles norteamericanos en Europa occidental, las autoridades húngaras se han mostrado en todo momento muy comedidas en sus críticas a la OTAN, y han expresado en repetidas ocasiones su deseo e intención de continuar el diálogo con el Oeste.
Budapest es consciente de que Hungría, con un comercio relativamente amplio con Occidente, un creciente turismo de los países capitalistas y sin mayores obligaciones militares derivadas de las recientes contramedidas soviéticas, sería uno de los países más perjudicados por un mayor deterioro de la situación internacional.
En este contexto, el encuentro entre Thatcher y Kadar supone un intento de relanzar el diálogo Este-Oeste por parte de dos interlocutores que cuentan con la confianza de la superpotencia del pacto militar que integran. Como señalaba ayer el órgano oficial del partido comunista húngaro, Nepszabadsag, "tanto Budapest como Londres han subrayado que no existe alternativa a la coexistencia". El diario resalta la absoluta necesidad del diálogo entre los países de ambos bloques, independientemente de las diferencias ideológicas o, precisamente, por ellas.
El viaje que ahora emprende Thatcher responde a una invitación húngara hecha ya hace varios años. Su materialización ha sido calificada de muy positiva en los medios oficiales de Budapest.

ESPECTACULAR IRRUPCIÓN DE LA INICIATIVA PRIVADA

 Por HERMANN TERTSCH
   El País, Viena, 27.01.84

En Hungría se asiste a una espectacular irrupción de la iniciativa privada que cuenta con una productividad superior a la producción estatal y que contrasta con la experiencia de otros países del bloque socialista. El experimento húngaro, que conlleva también un relativo aperturismo político, suscita recelos entre sus vecinos del Pacto de Varsovia y los húngaros temen que el agravamiento de la tensión internacional pueda servir de pretexto para que a Budapest se le exija una mayor ortodoxia.
Un enviado especial de EL PAÍS ha visitado recientemente Hungría.
El régimen húngaro ha decidido fomentar, en el campo de la agricultura, el pequeño cultivo ante la evidencia de su mayor productividad. La mitad de la producción húngara de bienes de consumo, como patatas, carne porcina o huevos, procede de la agricultura privada. Más de 1.600.000 familias tienen así un ingreso suplementario y la totalidad de la población goza de un suministro de alimentos que no conoce las estrecheces de otros países del área. La productividad húngara en la agricultura es muy superior a la de otros países de régimen político similar. La producción de cereales por habitante es de 1,2 toneladas, frente a 0,7 toneladas en la URSS. Hungría produce 145 kilos de carne por habitante; la URSS, tan sólo 57.
También en otros campos ha irrumpido la iniciativa privada de forma espectacular. De las 78.000 viviendas que anualmente se construyen en Hungría, 58.000 son ya obra del sector privado.
Existen voces críticas hacia este desarrollo. Son aquellos que se quejan de que la apertura económica ha traído consigo un aumento de la especulación, un caos de precios y una actitud negativa de muchos trabajadores, que trabajan menos en la empresa y más en su tiempo libre, ya que les resulta más rentable.
Por otra parte, la decisión gubernamental de acabar con la práctica de precios ficticios, adecuándolos a las fluctuaciones de los mercados internacionales, unida al "afán desmedido de algunos comerciantes por conseguir grandes beneficios a corto plazo", como señalaba recientemente un alto funcionario del partido comunista, ha hecho subir rápidamente los precios. Los ciudadanos húngaros han sufrido una notable reducción de su capacidad adquisitiva, y para los turistas de otros países socialistas Hungría lleva el camino de convertirse en inasequible.
A pesar de ello, los observadores políticos coinciden en que no hay actualmente nadie en la dirección del Gobierno y del partido que plantee un frenazo o retroceso en la política de reformas que tiene en Janos Kadar, máxima autoridad indiscutida en el país, su gran valedor.
El jefe de los sindicatos, Sandor Gaspar, que en el pasado expresó reticencias respecto al desarrollo de las reformas, fue destituido en diciembre de su puesto.
Las perspectivas económicas para el año entrante no son buenas. El Gobierno se ha propuesto un crecimiento económico de entre 1,5 % y 2%. Espera también que la inflación no supere el 7,5% que alcanzó en 1983. Las autoridades económicas se enfrentan a la crisis, que ha alcanzado a Hungría con no poca virulencia, con manifestaciones de sobriedad y realismo muy lejanas al triunfalismo que caracteriza la elaboración de objetivos económicos en varios países vecinos. Como señaló el secretario y encargado de Asuntos Económicos del Comité Central del Partido Comunista húngaro, Ferenc Havasi, "en las actuales circunstancias aspiramos a mantener el nivel de vida de nuestros ciudadanos. Nos conformamos con que no nos vaya peor".

Apertura política
La liberalización económica emprendida por el régimen de Janos Kadar ha traído consigo una cierta apertura política, que, si bien de forma muy tímida, afecta cada vez a más aspectos de la vida húngara. Esta apertura viene, paradójicamente para algunos, de la mano del hombre que fue aupado al poder por los soviéticos tras el aplastamiento de la revolución de 1956. Kadar, un adversario de todo culto a la personalidad, lleva ya más de un cuarto de siglo a la cabeza del régimen húngaro.
Su política se ha distinguido por un alineamiento incondicional con la Unión Soviética en la política internacional y una política interior autónoma, de pequeños pasos y reformas paulatinas del sistema, lejos de todo dogmatismo.
En 1983 se aprobó una ley por la que se pone fin a la práctica de la candidatura única formada por el partido para las elecciones de distinto. Por supuesto, los posibles candidatos opcionales no podrán defender posturas políticas antisocialistas.
Aun insistiendo siempre en que esta apertura forma parte de una "profundización de la democracia socialista", altos funcionarios del partido, como el secretario del Comité Central, Mihail Korom, propugnan "una mayor variedad de opiniones", "competencia política legal" y "mayor participación de los trabajadores en las tareas de gobierno", así como una "mayor responsabilidad individual de los dirigentes".
No cabe duda de que esta política de reformas desde arriba se ha visto favorecida por la práctica inexistencia de una oposición política con incidencia en la sociedad. La oposición fue aplastada en 1956, y la mayoría de sus integrantes que salieron con vida de la represión soviética eligieron el exilio.
La pequeña oposición actual, formada en torno a un grupo de intelectuales como Laslo Rajk, hijo del ministro del Interior fusilado por el régimen estalinista de Mathyas Rakosi, critica al régimen en cuestiones políticas concretas, pero no presenta una alternativa al régimen. Este grupo se ha convertido en defensor de las minorías húngaras en Checoslovaquia y Rumanía, que sufren una clara discriminación por parte de los regímenes de estos países.

UN INSÓLITO EXPERIMENTO EN EL BLOQUE DEL ESTE

 Por HERMANN TERTSCH
   El País, Viena, 26.01.84

Bajo la guía de Janos Kadar, el hombre que fue puesto en el gobierno por los soviéticos tras la revolución de 1956, Hungría ha emprendido una serie de reformas desde arriba que también se han traducido en una apertura política. Si bien mantiene una diplomacia exterior de alineamiento incondicional con la URSS, la liberalización desarrollada paulatinamente en Hungría la sitúa en una posición privilegiada e insólita dentro del bloque de los países del Pacto de Varsovia. El pasado martes, 24 de enero, entró en vigor una drástica subida de los precios de ciertos productos alimenticios, de la energía y materiales de construcción, dentro de la política de adecuación de los precios de los bienes de consumo a la evolución del mercado internacional.
Un enviado especial de EL PAÍS visito recientemente Hungría.
Budapest, a principios de 1983. Por el Danubio, escaso de caudal tras un seco otoño, descienden grandes trozos de hielo. Los enormes puentes que cruzan el río, uniendo las dos ciudades históricas de Buda y Pest, se iluminan al caer la tarde. En los fines de semana, los focos hacen resplandecer en la oscuridad, de un lado, la antigua fortaleza, el palacio, la catedral y la Bastilla de los pescadores; del otro, el parlamento neogótico, con la estrella roja en su cúpula central. Mientras las capitales de los países socialistas hermanos y vecinos se sumergen en la penumbra y en el frío, y en Rumanía se amenaza con un corte total de fluido eléctrico a los hogares que no reduzcan de inmediato a la mitad su consumo de electricidad, Hungría y su capital gozan de un ambiente ajetreado en sus calles comerciales.
La calle peatonal de Vaci Utca transcurre como un símbolo entre la plaza de Roosevelt y la de Dimitrof. En los últimos años se ha convertido en el símbolo de un dinamismo comercial sin precedentes en el Este.
Los turistas checoslovacos, alemanes orientales, rumanos y polacos pasean con asombro, entusiasmo y también envidia por delante de escaparates atractivos, tiendas instaladas con esmero, vendedores atentos e incluso solícitos y, sobre todo, ante una oferta de artículos de todo tipo que no pueden soñar con encontrar en sus ciudades de origen.
A pocos metros de allí, junto al muelle de Belgrado donde atracan los barcos que remontan el Danubio hasta Viena y Passau, se alzan algunos de los mayores hoteles de lujo de la ciudad. Construidos con créditos y por empresas occidentales, son regidos ahora por cuadros húngaros. Una muestra de la amplia cooperación occidental que Hungría se ha sabido ganar para crear una infraestructura turística cuya rentabilidad ya es patente. A principios de diciembre se inauguró el hotel Flamenco, construido por una cadena hotelera española. En lo alto de Buda, junto a la catedral, funciona una de las entradas de divisas occidentales más efectivas: el primer casino de los países socialistas. Facilidades al turismo para llenar estos hoteles y otros más modernos, las autoridades húngaras no han dudado en buscar facilidades para el tráfico y entrada en el país de los turistas. Uno de los primeros pasos fue la supresión de la obligatoriedad de visados para los ciudadanos austríacos. Estas medidas se han ido ampliando constantemente. Desde noviembre, los turistas franceses que viajen a Hungría en grupo no necesitarán pasaporte, sino tan solo un carné de identidad. Es el primer caso de este tipo en un país miembro del Pacto de Varsovia. Un turismo masivo ha exigido también facilidades para el tráfico de la información. En los hoteles de Budapest se pueden comprar los más variados diarios occidentales con tan sólo un día de retraso. Están a la venta en moneda húngara, con lo que los ciudadanos de Budapest tienen de hecho acceso a estos periódicos que no se venden en los quioscos, aunque a un precio considerablemente más alto que el de la prensa nacional. Queda roto así el monopolio que ostentaban los órganos de partidos comunistas como representantes de la opinión occidental. También éste es un fenómeno en el que Hungría es pionera. En Sofía, Praga o Bucarest sólo están a la venta, normalmente de fechas muy atrasadas, el Morning Star, el Volkstimme, de los comunistas austriacos, o Unsere Zeit, de los alemanes occidentales. En Checoslovaquia está expresamente prohibido el Mundo Obrero español.
En los restaurantes de Budapest reina una actividad febril. Húngaros acomodados y turistas esperan a que quede alguna mesa libre. Los camareros cumplen con rapidez los encargos, recomiendan especialidades de la casa y cuidan hasta el último detalle. Hace 10 años, en esta misma capital, los camareros parecían eternizarse para servir cualquier plato de aquellas paupérrimas cartas. Cuando lo hacían era con hastío y convencimiento de hacerle un favor al cliente. El origen del cambio está en que hoy la mayoría de los restaurantes son familiares, surgen por doquier -privados o en régimen de arriendo a la cadena estatal- y la competencia es feroz.
Este fenómeno no sólo se percibe en las empresas de servicios, bares, taxis, como restaurantes, talleres o bufetes de abogados, que se han creado al amparo de la reforma económica del Gobierno húngaro, puesta en marcha en 1978 y cuyo fin declarado es fomentar la iniciativa privada, con el lema de competencia, ahorro de materias primas y energía, y alta moral de trabajo.
En la industria se han formado cooperativas de trabajadores que, tras su jornada laboral oficial, y previo acuerdo con la dirección del centro, fabrican piezas en los talleres para venderlas después a la empresa.
Los resultados de este experimento laboral parecen satisfacer a ambas partes. Los reformadores del régimen húngaro quieren ir aún más lejos. Para 1985, muchas de las grandes empresas húngaras podrían ser algo así como una maquinaria administrativa dedicada a los contactos con el extranjero, marketing y compra de materiales.
La producción en sí quedaría en manos de las unidades de trabajadores, que gozarían de gran autonomía y cuyos ingresos serían determinados por la cantidad y calidad de los productos. Individualmente, los obreros serían retribuidos por su unidad de producción, según su rendimiento.

ENTRA EN VIGOR EN HUNGRÍA UNA DRÁSTICA SUBIDA DE PRECIOS

 Por HERMANN TERTSCH
   El País, Viena, 24.01.84

Ayer entró en vigor en Hungría una drástica subida de los precios de ciertos productos alimenticios, de la energía y materiales de construcción.
El precio de la carne se incrementó en más de un 20%, al igual que el de la verdura congelada. El combustible para calefacción cuesta también un 20% más, mientras la electricidad nocturna sube un 50%. Entre los materiales de construcción, el cemento y los ladrillos suben un 30% y un 20%, respectivamente.
Estas subidas de precios se inscriben dentro de la política del régimen húngaro de adecuar los precios a la evolución del mercado internacional, desmontando las subvenciones.
Estas medidas son un intento de frenar el consumo a fin de mejorar la balanza de pagos, además de suponer una muy necesaria desgravación del presupuesto.
Ya en septiembre de 1983, el Gobierno aplicó una subida de entre el 10% y el 23% a los precios de diversos productos alimenticios de primera necesidad, como el azúcar, pan, margarina y aceite de cocina.
La situación económica se ha agravado considerablemente en el pasado año, y la deuda exterior húngara ronda actualmente los 7.000 millones de dólares. El víceprimer ministro, Istvan Sarlos, pidió el pasado domingo por televisión a los ciudadanos que comprendan la necesidad de estas fuertes subidas de precios y estén dispuestos a los esfuerzos inevitables para salir de la actual situación.
No obstante, y a pesar de estas graves dificultades, Hungría se encuentra en una situación privilegiada si se compara con otros países del Consejo Económico de Ayuda Mutua (CAME).
El fuerte aumento del nivel de vida de los últimos años y la relativa agilidad de su economía se deben al llamado nuevo mecanismo económico, un programa de reformas que por medio del estímulo a la iniciativa privada busca subsanar algunos males endémicos de su economía planificada.

EL CONSUMO MUNDIAL DE DROGAS ALCANZA COTAS SIN PRECEDENTES SEGÚN LA AGENCIA ESPECIALIZADA DE NACIONES UNIDAS

 Por HERMANN TERTSCH
  El País, Viena, 20.01.84

El consumo de drogas en el mundo ha alcanzado cotas sin precedentes. Las drogas clásicas, heroína, cocaína y los derivados del cannabis, siguen conquistando adeptos en los países industrializados y en las zonas productoras. Tan sombrío panorama se ve agravado por la irrupción del nuevo fenómeno del abuso de medicamentos en países del Tercer Mundo. No es ajena al empeoramiento de la situación la permisividad hacia ciertas drogas que se percibe en Europa occidental. Estas son algunas de las principales conclusiones del informe anual de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de las Naciones Unidas, que fue hecho público ayer en Viena.
El informe presenta un balance sobre la producción de sustancias estupefacientes con fines médicos, la desviación de tales productos para su uso ilícito y la producción ilegal de los mismos y su tráfico. La junta se basa para su elaboración en informaciones suministradas por Gobiernos y organizaciones internacionales, y formula sugerencias para lograr un mayor control de estos productos. Respecto a 1983, y exceptuando alguna evolución positiva, como el aumento de la eficacia en el control de sustancias psicotrópicas como la metacualona, la junta muestra su alarma por el desarrollo del consumo de drogas. Uno de los factores que, según este organismo, ha contribuido al aumento del consumo de sustancias tóxicas en los países industrializados es que "existen círculos en determinados países a cuyo juicio el permitir el uso sin restricciones de algunos estupefacientes, considerados menos nocivos, facilitaría una mejor fiscalización de otros, considerados más peligrosos". El informe califica esta actitud de "retrógrada". La junta reconoce que todos los Gobiernos tienen plena libertad para decidir, conforme a las condiciones particulares de sus países, las medidas más apropiadas para prevenir el uso no médico del cannabis, pero advierte que también deberán tener en cuenta las consecuencias internacionales que sus decisiones puedan acarrear. Y recuerda que el consumo del cannabis (hachís y marihuana) para fines no médicos es ilegal en virtud de la Convención de Nueva York, de 1961, y que ningún Estado firmante de la misma puede autorizar su uso sin violar dicho acuerdo.
Las tres drogas más importantes han ampliado en 1983 su grado de penetración en las sociedades industrializadas. La cocaína, procedente de Latinoamérica, especialmente de la región andina, es ya una droga generalmente disponible en Europa occidental y Estados Unidos, y su consumo sigue aumentando. Si en todo el año 1982 se confiscaron en Europa cerca de 400 kilos de esta droga, en los nueve primeros meses de 1983 ya eran 540. Según la junta, el creciente mercado europeo está siendo explotado por organizaciones criminales, tanto americanas como europeas. En Estados Unidos se vienen a confiscar anualmente alrededor de 50 toneladas de cocaína.

Heroína
La heroína, por su parte, sigue siendo un gravísimo problema, con una abundante producción, bajos precios y gran pureza. En 1982 se confiscó en Europa occidental más de una tonelada, a pesar de haberse interceptado grandes cantidades de la misma tanto en Pakistán, como país productor, como en el tránsito a través del Irán. Completando el trío de las drogas más consumidas, el cannabis (hachís y marihuana) es un fenómeno absolutamente extendido en Europa occidental, y no hay indicios de que disminuya, señala la Junta de Estupefacientes de las Naciones Unidas. Esta droga procede del Próximo Oriente, de Marruecos y de países africanos al sur del Sáhara. Estados Unidos, otro gran consumidor de cannabis, se abastece en Latinoamérica y en el Caribe.
Fuente de gran preocupación para la junta es también el abuso de sustancias psicotrópicas, como anfetaminas, metacualona y LSD. Estas drogas se fabrican ilícitamente, sobre todo en el caso del LSI), o se desvían del comercio lícito. También se obtienen para el uso ¡legal mediante atracos en farmacias o falsificación de recetas médicas. Este último acceso a medicamentos con propiedades psicotrópicas se ha logrado controlar en varios países por medio de la informatización de la verificación de la receta. La junta es moderadamente optimista respecto a las posibilidades de evitar la desviación y reducir así la disponibilidad de la metacualona.
Un hecho de especial gravedad es, según el informe, el aumento del abuso de sustancias psicotrópicas en África. Grandes cantidades de preparados anfetamínicos están siendo desviados a países africanos desde el mundo industrializado aprovechando el deficiente control aduanero en aquel continente.

“CARMEN”, CON PLÁCIDO DOMINGO, OBTIENE UN GRAN ÉXITO EN VIENA

 Por HERMANN TERTSCH
   El País, Viena, 20.01.84

La primera función de la ópera Carmen, de Bizet, con escenografía de Franco Zeffirelli, que tuvo lugar el miércoles en la ópera estatal de Viena, tuvo dos triunfadores, los dos cantantes protagonistas, Agnes Baltsa y Plácido Domingo. A ellos estuvieron dedicados los más de 20 minutos de aplausos al final de la representación. La crítica coincidió ayer en que la gran expectación despertada por esta obra, poco común incluso para la capital austriaca, se ha visto justificada por la actuación de Baltsa y Domingo. Ella, como Carmen ideal, "con todos los matices de la sensualidad, entre el eros y la muerte", como señalaba un prestigioso comentarista musical. Para Domingo, el público vienés ya no sabe qué elogios inventar. Se habla de él como del "tenor más noble, con una musicalidad noctámbula plena de inteligencia". Fueron ellos dos los que hicieron que la noche del miércoles, que se convirtió en una gala de la sociedad vienesa, donde se dieron cita desde destacados miembros del cuerpo diplomático hasta el futbolista Hans Krankl, no se torciera, como estuvo a punto de suceder antes del tercer acto, cuando un pequeño grupo de espectadores silbó y abucheó al director de la orquesta y responsable de la ópera de Viena, Lorin Maazel. Aunque todos coinciden en que esta muestra de desacuerdo fue improcedente e incluso injusta, la crítica volvió a Maazel con dureza.
Aunque existen fundadas sospechas de que la crítica vienesa ha perdido la ecuanimidad para con el director de la ópera de Viena, también a gran parte del público le pareció que Maazel dirigió muy lentamente el primer acto, y muchos añoran ahora la actuación de Carlos Kleiber al frente de la orquesta en la primera escenificación que Franco Zeffirelli hizo de Carmen en 1978. Respecto al director italiano, algunos piensan que su escenificación ha perdido fuerza desde entonces, y son muchos los que creen que hubiera sido conveniente que Zeffirelli se hubiera tomado más tiempo para el estudio de la parte dramática con los protagonistas.
Tras la ópera, y para prolongar el acontecimiento social, el embajador de España en Viena, Juan Luis Pan de Soraluce, ofreció una cena en la Embajada, tras la cual, Plácido Domingo recibió el título de hijo predilecto de la villa de Madrid.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

PLÁCIDO DOMINGO QUIERE LLEVAR LA ÓPERA A LOS GRANDES ESTADIOS ESPAÑOLES DE FÚTBOL

 Por HERMANN TERTSCH
  El País, Viena, 17.01.84


El tenor Plácido Domingo, que estará como único español en la próxima olimpiada cultural de Los Ángeles (Estados Unidos) y que a principios de febrero será condecorado por el presidente francés François Mitterrand con la orden de caballero de la Legión de Honor, manifestó ayer en Viena, donde actuará mañana, su intención del poner en marcha un proyecto de llevar la ópera a los grandes estadios; españoles para popularizar al máximo este género artístico.
En Viena, donde se espera la actuación de Domingo en Carmen, dirigido por Zeffirelli, con una gran expectación, el tenor español ha comentado recientes acontecimientos relativos a la ópera española, y en concreto se ha referido a la prohibición, decidida por el Patrimonio Nacional, de la puesta en escena del Don Carlos de Verdi en el monasterio de El Escorial. Domingo cree que la decisión será reconsiderada de modo que la ópera pueda ser montada sin mayores problemas. Por otra parte, pocos estrenos han provocado tanta expectación en la honorable casa de la música que es la ópera estatal de Viena como la versión de Carmen, la ópera de Bizet, inspirada en la novela de Merimée, que el director italiano Franco Zefirelli presenta mañana, miércoles, con Plácido Domingo en el papel de José, el soldado seducido por Carmen.
Desde hace varios días los vieneses más perseverantes pasan las gélidas noches haciendo cola ante las taquillas, aun conscientes de que las posibilidades de conseguir una de las preciadas entradas son mínimas para ver la versión de Carmen. Los precios de la reventa serán, sin duda alguna, de vértigo. Tan sólo están previstas cuatro funciones. Causa de este revuelo es el reparto que Zefirelli presenta para su puesta en escena de la obra. El papel de la gitana seductora que da título a la obra lo encarna Agnes Baltsa, cuya interpretación de Carmen en la ópera de Zurich, bajo la dirección de Jean Pierre Ponelle, pasa entre los expertos por ser insuperable. El papel de José, el soldado seducido por Carmen a la deserción y al homicidio, será interpretado por Plácido Domingo.
EL PAIS habló ayer con Plácido Domingo entre los bastidores de la ópera de Viena, tras concluir la última prueba con vestuario, antes del estreno. Respecto a su relación con el público de Viena, señaló que "es extraordinaria". "Por su parte siempre se produce una gran espera cuando voy a actuar, por la mía una enorme impaciencia, ya que el público vienés se entrega de una forma sensacional".
En las últimas semanas la Prensa austriaca no ha cesado de hacerse eco de los pormenores de las pruebas. Han surgido diversas críticas a la ausencia de Plácido Domingo de la primera fase de las mismas. El tenor español es categórico en rechazarlas... "Se trata de un malentendido. Yo he venido en la fecha que especificaba mi contrato".
Hace unos días, Agnes Baltsa manifestó ante la televisión austriaca que "no volvería a hacer esto nunca, ni siquiera para un compañero que quiero y admiro tanto como a Plácido Domingo", refiriéndose a las dificultades habidas en las pruebas. Preguntado el cantante español por su opinión al respecto, señala que Baltsa no se refería a él como causa de las dificultades, y llama a la cantante para que confirme sus palabras. "En efecto", señala ella, "en mis declaraciones no culpaba a Plácido. Me quejaba de que me hubieran llamado a mí para estar el día 6 en Viena no estando aquí ni Zefirelli ni él".
Prohibición del 'Don Carlos'
Plácido Domingo se ha destacado siempre por su interés en fomentar la ópera en España. "Hay que llevar la ópera a las masas. Quiero seguir haciendo conciertos y funciones de ópera en el Bernabéu y en el Camp Nou con los coros y orquestas de Madrid y Barcelona. Proyecto poner allí en escena las óperas Otelo y Aida en el verano de 1985".Respecto a la controvertida decisión del Patrimonio Nacional de no autorizar el rodaje de una película de la ópera Don Carlos, de Giuseppe Verdi en El Escorial, sale al paso de las afirmaciones del crítico austriaco Franz Endler, según las cuales esta decisión española se produce cuando ha sido aprobada por parte de los Gobiernos egipcio y chino la grabación de las óperas Aida y Turandot, respectivamente. Según Domingo, Aidano se pudo hacer en su momento por impedimentos egipcios, y se va a hacer en el próximo mes de noviembre, tras muchos forcejeos y dificultades. En cuanto a Turandot, el Gobierno chino aún no ha dado su autorización.
"Yo sería el primero en enterarme, ya que está prevista mi actuación. Es injusto, por tanto, que se hable así ahora porque el Patrimonio haya dicho en principio que no al Don Carlos en El Escorial. No obstante, yo espero que la decisión se reconsidere y la obra se haga".
El tenor español tiene un programa intenso en las jornadas inaugurales de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, para cuya olimpiada cultural ha sido seleccionado como integrante del reparto de la ópera del Covent Garden de Londres.

EL PACTO DE VARSOVIA SE BRINDA A DESTRUIR LAS ARMAS QUÍMICAS

 Por HERMANN TERTSCH
  El País, Viena, 15.01.84


Todos los países europeos -con la única excepción de Albania-, además de EE UU y Canadá, protagonizan a partir del martes, en Estocolmo, una nueva experiencia encaminada a allanar el camino en las relaciones entre el Este y el Oeste. El objetivo central es llegar a acuerdos que permitan elevar el nivel de confianza entre los dos bloques en el plano militar. La Conferencia sobre Medidas de Confianza y Desarme en Europa es consecuencia directa de los acuerdos adoptados en la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa, que tuvo a Madrid por escenario.
Ante la Conferencia sobre Medidas de Confianza y Desarme en Europa que se abre el próximo día 17 en Estocolmo, los países del Pacto de Varsovia han cerrado filas en torno a las propuestas emanadas de sendas reuniones de sus máximos dirigentes en Praga y en Moscú, en enero y en junio, respectivamente, de 1983. Las resoluciones de dichas cumbres y la declaración del jefe del Estado soviético, Yuri Andropov, en la que anunció las "contramedidas" al despliegue de los misiles en Europa occidental, además de la propuesta de un acuerdo para la destrucción de las armas químicas en Europa, son el bagaje político que los países del Este llevarán a Estocolmo, donde intentarán presentar a la Alianza Atlántica como el único culpable de la escalada de la tensión internacional.
Diversos altos dirigentes y los medios de comunicación de los países socialistas han destacado en los últimos días la importancia de la Conferencia de Estocolmo como único foro existente en la actualidad para tratar ciertos temas militares. Las medidas de confianza que deberán estudiarse, tales como el intercambio de información y consultas militares entre países de distintos bloques, anuncio adelantado de maniobras, envío de observadores a las mismas, prohibición de ejercicios en zonas fronterizas y sensibles, tienen como fin declarado el impedir o, al menos, dificultar, una agresión por sorpresa.
En este sentido, las negociaciones Este-Oeste han chocado siempre con el problema de la verificación, en especial en relación a Alemania Oriental y Checoslovaquia, países limítrofes con la OTAN,
Aunque en medios políticos orientales se habla de Estocolmo como una posibilidad de mejorar el deteriorado clima de las relaciones entre ambos bloques, se advierte insistentemente que no deben esperarse grandes resultados, sobre todo al no tratarse en este foro la causa principal de la actual situación que, en opinión de los dirigentes del Este, es el despliegue de los misiles norteamericanos en Europa.
Según estos medios, la actitud occidental no permite albergar excesivas esperanzas. Como señaló el viceministro polaco de Asuntos Exteriores, Josez Wiejacz, el pasado día 10, "no existen indicios de que los países occidentales vayan a cambiar su actitud en Estocolmo".
En cualquier caso, todos los países del Pacto de Varsovia han dejado claro que no consideran a Estocolmo como un foro sustitutorio de las negociaciones de Ginebra Como quedó demostrado con la airada reacción soviética a la tesis expuesta por Washington de que el encuentro de Estocolmo entre el ministro soviético de Asuntos Exteriores, Andrei Gromiko, y el jefe del Departamento de Estado norteamericano, George Shultz, supondrá el primer paso para el retorno de la URSS a la mesa negociadora de Ginebra.
Los soviéticos sólo volverán a las negociaciones una vez se hayan restituido las condiciones previas al comienzo del despliegue de los misiles, tal como declaró Andropov y los medios de los países del Pacto recuerdan en estos días. Según la agencia checoslovaca ZTK, con la propaganda desplegada últimamente en Occidente sobre la posibilidad de que Estocolmo sustituya a Ginebra, se pretende crear las condiciones adecuadas para que la Alianza Atlántica pueda mantener en la capital sueca la misma actitud que Norteamérica mostró en las negociaciones sobre misiles de alcance medio.
No obstante, en el bloque oriental se subraya la posibilidad que ofrece la reunión para el establecimiento de contactos bilaterales y se destaca el previsto encuentro entre Shultz y Gromiko, así como el hecho de que a la apertura acudirán los ministros de Exteriores de los 35 países participantes.
Cierta divergencia respecto a la opinión dominante en el Este de que la actual situación es la más grave de la Europa posbélica mostró el jueves el jefe del departamento de Asuntos Exteriores del' comité central húngaro Gyula Horna, en una entrevista a la televisión húngara. Horna negó que el mundo se encuentre en una fase de guerra fría y señaló que la tensión fue mucho mayor durante la crisis de Cuba de 1962.
Las propuestas de los países del Este que, según observadores, serán presentadas, al menos en sus facetas más espectaculares, en los discursos de apertura de los ministros son conocidas y fueron rechazadas en su día por la Alianza Atlántica. Éstas van desde el proyecto de creación de zonas desnuclearizadas en Escandinavia y los Balcanes, con vistas a la constitución de una franja libre de armas nucleares entre ambos bloques, hasta la más reciente de un acuerdo para la eliminación total de armas químicas en Europa. También se incluyen las propuestas surgidas de la reunión de Praga de un acuerdo sobre no utilización de la fuerza militar, congelación de los arsenales nucleares y prohibición de experimentos con armas químicas de neutrones y nucleares.

PAN DE SORALUCE CREE ESCASAS LAS POSIBILIDADES DE LOGRAR RESULTADOS EN LA CONFERENCIA DE ESTOCOLMO

Por HERMANN TERTSCH
  EL PAÍS, 13.01.84


Las posibilidades de que se alcancen acuerdos concretos entre las superpotencias en la Conferencia sobre Desarme en Europa, que dará con el próximo día 17 en Estocolmo, son muy escasas. Además, cualquier hipotético acuerdo de este tipo tendría que buscarse al margen de la conferencia, cuyo campo de actuación está estrictamente determinado en el mandato emitido por la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa celebrada en Madrid.
Ésta es, a pocos días del comienzo de la reunión de Estocolmo -en la que muchos ven la última oportunidad de una reanudación a corto plazo del diálogo entre Washington y Moscú-, la opinión de Juan Luis Pan de Soraluce, embajador de España en Austria que desempeñó un destacado papel como jefe de la delegación española en la consecución de un acuerdo final en la Conferencia de Madrid. Pan de Soraluce comparte, sin embargo, el moderado optimismo de quienes creen que en Estocolmo mejorarán las relaciones Este-Oeste. Según manifestó ayer a este corresponsal, el diplomático español espera una campaña propagandística de los países del Este en la primera fase de la conferencia, en la que reiterarán propuestas ya presentadas y rechazadas por la Alianza Atlántica en su día. Estados Unidos, por su parte, mostrará una mayor disponibilidad para el diálogo sobre bases concretas, con la intención de frustrar la táctica soviética, que ya se perfila, de convertir a Estocolmo en un foro propagandístico que haga recaer toda la responsabilidad de la ruptura Este-Oeste sobre la Administración norteamericana. La alocución del presidente Ronald Reagan, anunciada para el dia anterior a la apertura de la conferencia, puede ser un golpe de efecto en este sentido.

Posibilidades de acercamiento
La impresión de una actitud conciliadora norteamericana parece confirmarse con las declaraciones del embajador James Goodby, jefe de la delegación de Estados Unidos en Estocolmo, en las que no descarta, en un principio, la posibilidad de un acercamiento de su país a algunas propuestas de los países del Pacto de Varsovia, como el proyecto de desnuclearización de los Balcanes y la firma de un acuerdo de no agresión. Respecto al pacto de no agresión, Goodby especificó que éste no deberá limitarse a un acuerdo entre los dos bloques, sino que habrá de incluir el compromiso de no agresión entre los diversos países del bloque oriental. En todo caso, como manifestó Pan de Soraluce, el campo de actuación de la Conferencia de Estocolmo está perfectamente definido por la CSCE de Madrid. La Conferencia de Estocolmo no es soberana, y deberá ser la próxima CSCE de Viena, en noviembre de 1986, la que ratifique los acuerdos que puedan tomarse ahora en el foro sueco. Allí se deberán tratar primero las denominadas "medidas de confianza", para pasar después al tratamiento de cuestiones específicas de desarme. Un factor de importancia en cuanto a las primeras es la verificación de datos sobre movimientos y contingentes de tropas y armamento.
El problema de la verificación viene siendo el principal obstáculo en las negociaciones sobre reducción de tropas en Europa, que hasta su interrupción por iniciativa oriental, el pasado diciembre, se han celebrado en Viena durante 10 años, sin resultado concreto alguno. Por ello, Pan de Soraluce opina que la duración de la conferencia es impredecible, y que la afirmación de Goodby de que a mediados del presente año se habrán perfilado los derroteros que toma la reunión es aventurada.