Por HERMANN TERTSCH
El País, Viena, 20.01.84
El consumo de drogas en el mundo ha alcanzado cotas sin
precedentes. Las drogas clásicas, heroína, cocaína y los derivados del
cannabis, siguen conquistando adeptos en los países industrializados y en las
zonas productoras. Tan sombrío panorama se ve agravado por la irrupción del
nuevo fenómeno del abuso de medicamentos en países del Tercer Mundo. No es
ajena al empeoramiento de la situación la permisividad hacia ciertas drogas que
se percibe en Europa occidental. Estas son algunas de las principales
conclusiones del informe anual de la Junta Internacional de Fiscalización de
Estupefacientes de las Naciones Unidas, que fue hecho público ayer en Viena.
El informe presenta un balance sobre la producción de
sustancias estupefacientes con fines médicos, la desviación de tales productos
para su uso ilícito y la producción ilegal de los mismos y su tráfico. La junta
se basa para su elaboración en informaciones suministradas por Gobiernos y
organizaciones internacionales, y formula sugerencias para lograr un mayor
control de estos productos. Respecto a 1983, y exceptuando alguna evolución
positiva, como el aumento de la eficacia en el control de sustancias
psicotrópicas como la metacualona, la junta muestra su alarma por el
desarrollo del consumo de drogas. Uno de los factores que, según este
organismo, ha contribuido al aumento del consumo de sustancias tóxicas en los
países industrializados es que "existen círculos en determinados países a
cuyo juicio el permitir el uso sin restricciones de algunos estupefacientes,
considerados menos nocivos, facilitaría una mejor fiscalización de otros,
considerados más peligrosos". El informe califica esta actitud de
"retrógrada". La junta reconoce que todos los Gobiernos tienen plena
libertad para decidir, conforme a las condiciones particulares de sus países,
las medidas más apropiadas para prevenir el uso no médico del cannabis, pero
advierte que también deberán tener en cuenta las consecuencias internacionales
que sus decisiones puedan acarrear. Y recuerda que el consumo del cannabis (hachís
y marihuana) para fines no médicos es ilegal en virtud de la Convención de Nueva
York, de 1961, y que ningún Estado firmante de la misma puede autorizar su uso
sin violar dicho acuerdo.
Las tres drogas más importantes han ampliado en 1983 su
grado de penetración en las sociedades industrializadas. La cocaína, procedente
de Latinoamérica, especialmente de la región andina, es ya una droga
generalmente disponible en Europa occidental y Estados Unidos, y su consumo
sigue aumentando. Si en todo el año 1982 se confiscaron en Europa cerca de 400
kilos de esta droga, en los nueve primeros meses de 1983 ya eran 540. Según la
junta, el creciente mercado europeo está siendo explotado por organizaciones
criminales, tanto americanas como europeas. En Estados Unidos se vienen a
confiscar anualmente alrededor de 50 toneladas de cocaína.
Heroína
La heroína, por su parte, sigue siendo un gravísimo
problema, con una abundante producción, bajos precios y gran pureza. En 1982 se
confiscó en Europa occidental más de una tonelada, a pesar de haberse
interceptado grandes cantidades de la misma tanto en Pakistán, como país
productor, como en el tránsito a través del Irán. Completando el trío de las
drogas más consumidas, el cannabis (hachís
y marihuana) es un fenómeno absolutamente extendido en Europa occidental, y no
hay indicios de que disminuya, señala la Junta de Estupefacientes de las
Naciones Unidas. Esta droga procede del Próximo Oriente, de Marruecos y de
países africanos al sur del Sáhara. Estados Unidos, otro gran consumidor de cannabis, se
abastece en Latinoamérica y en el Caribe.
Fuente de gran preocupación para la junta es también el
abuso de sustancias psicotrópicas, como anfetaminas, metacualona y LSD. Estas
drogas se fabrican ilícitamente, sobre todo en el caso del LSI), o se desvían
del comercio lícito. También se obtienen para el uso ¡legal mediante atracos en
farmacias o falsificación de recetas médicas. Este último acceso a medicamentos
con propiedades psicotrópicas se ha logrado controlar en varios países por
medio de la informatización de la verificación de la receta. La junta es
moderadamente optimista respecto a las posibilidades de evitar la desviación y
reducir así la disponibilidad de la metacualona.
Un hecho de especial gravedad es, según el informe, el
aumento del abuso de sustancias psicotrópicas en África. Grandes cantidades de
preparados anfetamínicos están siendo desviados a países africanos desde el
mundo industrializado aprovechando el deficiente control aduanero en aquel
continente.
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