viernes, 30 de mayo de 2014

EL PACTO DE VARSOVIA ESTUDIA MEDIDAS CONTRA EL DESPLIEGUE DE LOS EUROMISILES DE LA OTAN

Por HERMANN TERTSCH
EL PAÍS Sofía, 07.12.83


La cumbre de ministros de Defensa de los países miembros del Pacto de Varsovia, que desde el lunes se viene celebrando en Sofía, concluirá hoy, según todos los indicios, con la publicación de un comunicado sobre la determinación de la alianza de los países socialistas de llevar a cabo las medidas anunciadas por el Kremlin para contrarrestar el despliegue de misiles norteamericanos en Europa occidental.

El hecho, absolutamente inhabitual en el bloque del Este, de que una reunión de carácter militar publique un comunicado, como esperaban ayer medios diplomáticos orientales de la capital búlgara, contradice el carácter regular que oficialmente tiene este encuentro.El objetivo de la cumbre de Sofía parece ser no tanto el estudio de los pasos militares que se enmarcan en las contramedidas a la instalación de los euromisiles como la eliminación de las divergencias surgidas en el seno del Pacto de Varsovia a causa de las mismas. El despliegue de nuevos misiles nucleares soviéticos en los territorios de Checoslovaquia y Alemania Oriental, que ya está en marcha, ha despertado reticencias en varios países aliados de la URSS. El jefe del Estado y del Partido Comunista de Rumanía, Nicolae Ceaucescu, fue quien con mayor claridad mostró su disconformidad con estas medidas, y llegó a hacer nuevas propuestas a las dos superpotencias para la reanudación de las negociaciones de Ginebra. Propuestas que divergían de las propugnadas por el Kremlin.

Si bien más tarde el propio Ceaucescu se acercó, en nuevas declaraciones, a las tesis de Moscú, observadores políticos están convencidos de que en la actual reunión de Sofía se ha ejercido presión sobre Rumania para que ponga fin a sus devaneos neutralistas, que han creado malestar, sobre todo a las autoridades de los países que tienen que justificar ante su opinión, pública la instalación de nuevos misiles nucleares en su territorio.

Tras una intensísima campaña oficial de tres años de duración, en la que se presentaron los misiles como el mal absoluto que EE. UU. quería implantar, las autoridades de Checoslovaquia y la República Democrática Alemana tienen serias dificultades para presentar los misiles, aunque sean soviéticos, como una garantía de paz.

Aunque las autoridades checoslovacas y alemanas orientales han calificado el nuevo despliegue soviético de inevitable, también dejaron claro que la medida "no puede hacernos felices", como señaló el jefe del Estado de la RDA, Erich Honecker. El órgano oficial del Partido Comunista de Checoslovaquia, Rude Pravo, se hizo eco en las últimas semanas de cartas al director que expresaban opiniones opuestas al despliegue.

Aquí, en Sofía, sin embargo, en la capital de uno de los más leales aliados de la URSS, el clima es distinto. Todos los días se celebran en fábricas, escuelas y empresas centenares de actos de apoyo a las medidas anunciadas por la Unión Soviética, incluido el despliegue de nuevos misiles, para "reinstaurar el equilibrio" de fuerzas entre ambos bloques.

En este ambiente -con vitrinas en las calles donde se exponen, bajo el lema de En el mundo del capital, fotografías de escenas dramáticas sobre el desempleo, la mendicidad y la confrontación social en Occidente-, se han reunido los ministros de Defensa del Pacto de Varsovia en la residencia oficial de Boyana, cerca de la famosa iglesia del mismo nombre, en las afueras de Sofía. Participan en la reunión los ministros Dimitri Ustinov, de la URSS; Heinz Hoffman, de la RDA; Florian Siwicki, de Polonia; Constantin Olteanu, de Rumanía; Lajos Czinege, de Hungría; Martin Dzur, de Checoslovaquia, y Dobri Dzhurov, de Bulgaria. También asisten el comandante en jefe de las fuerzas conjuntas del Pacto de Varsovia, Víctor Kulikov, y su jefe del Estado Mayor, Anatoli Gribkov.

LAS CONTRAMEDIDAS DEL PACTO DE VARSOVIA

Por HERMANN TERTSCH
EL PAÍS Viena 03.12.83


La reunión de la comisión de ministros de Defensa de los países miembros del Pacto de Varsovia -anunciada, sin especificar fecha, para la "primera quincena de diciembre" en Sofía- ha despertado gran interés en medios políticos occidentales, que ven en la misma un intento de coordinar las contramedidas anunciadas por Moscú en represalia por el despliegue de los euromisiles en Europa occidental". Las divergencias surgidas en el seno del Pacto de Varsovia, especialmente en lo que se refiere a la instalación de nuevos misiles nucleares soviéticos en la República Democrática Alemana y Checoslovaquia, han quedado en evidencia con las declaraciones de altos dirigentes comunistas de Europa oriental. Nicolae Ceaucescu, jefe del Estado y del Partido Comunista de Rumanía, ha sido el que con mayor claridad ha mostrado su desacuerdo con el rearme soviético, presentando varias propuestas de negociación que difieren sustancialmente de la postura del Kremlin. Sin embargo, también las autoridades de la RDA y Checoslovaquia, tradicionalmente dos de los más sumisos aliados de la política exterior de la URSS, han mostrado, con más o menos soslayo, sus reticencias hacia la instalación de nuevos misiles nucleares tácticos en sus respectivos territorios. Aunque sus jefes de Estado han calificado las medidas soviéticas de "inevitables", reconocieron que "no hacen feliz a nadie".

FRACASA EL ÚLTIMO INTENTO DE LA UNIÓN SOVIÉTICA POR EVITAR LA INSTALACIÓN DE NUEVOS MISILES NORTEAMERICANOS EN EUROPA

Por HERMANN TERTSCH
EL PAÍS Viena, 17.10.83


El encuentro entre los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Soviética y Alemania Occidental, Andrei Gromiko y Hans Dietrich Genscher, terminó ayer en Viena sin resultado alguno que permita albergar esperanzas sobre un desbloqueo en las negociaciones de Ginebra. Durante más de 11 horas, entre sábado y domingo, se entrevistaron Gromiko y Genscher en las embajadas de la URSS y Alemania Occidental, alternativamente, de la capital austriaca.

El encuentro de Viena no ha modificado en nada las posiciones encontradas. La URSS anunció el viernes en un comunicado de los ministros de Asuntos Exteriores del Pacto de Varsovia su disposición de seguir negociando en Ginebra más allá de fin de año si la OTAN renuncia a instalar sus misiles en la fecha prevista. Ayer ratificó su decisión de tomar contramedidas en caso de que el despliegue se lleve a cabo. El ministro germanooccidental de Asuntos Exteriores celebró, al término de las conversaciones, una conferencia de prensa en la que definió la denominada doble decisión adoptada por la OTAN en diciembre de 1979 como "una moratoria unilateral (occidental)".

Asimismo, Genscher señaló que la postura alemana no ha cambiado y que el Bundestag (Parlamento) aprobará el próximo día 21 de noviembre el comienzo de la instalación de los cohetes si hasta entonces no se ha llegado a un acuerdo en Ginebra. Estos misiles podrían ser retirados de llegarse a un acuerdo posterior.

"Ni optimista ni pesimista"

Sobre la posible retirada de Moscú de la mesa de negociaciones cuando el despliegue de los misiles Pershing 2 y de crucero se ponga en marcha, eludió hacer un comentario y señaló que de sus conversaciones con Andrei Gromiko había sacado la impresión de que Moscú aún no ha decidido nada al respecto.

Genscher destacó también la absoluta identificación de su Gobierno con la postura negociadora norteamericana en Ginebra. En cuanto a la opinión -generalizada tras este infructuoso encuentro- de que las negociaciones de Ginebra han fracasado ya y el despliegue de los misiles norteamericanos es un hecho inevitable, Genscher manifestó no ser "ni optimista ni pesimista por vocación" y que cuando se negocia hay que esperar al final para conocer el resultado.

No obstante, los intentos de Genscher por ampliar el marco de la entrevista a otros campos, como el de las relaciones bilaterales a largo plazo entre la URSS y la RFA, inducen a pensar que el Gobierno alemán no alberga ya esperanza alguna de que en las cinco semanas que quedan hasta la fecha tope fijada en Ginebra se pueda llegar a un consenso. Según el ministro liberal alemán, las negociaciones para una distensión no se agotan en Ginebra sino que abarcan también las conversaciones sobre limitación de misiles nucleares estratégicos (START), la negociación sobre limitación de tropas en Europa (MBFR), que se celebran en Viena, y la actividad de la Comisión de Desarme de las Naciones Unidas.

Aunque citó muy de pasada algunos aspectos de la política soviética que minan las relaciones entre la URSS y la República Federal de Alemania, como son la invasión de Afganistán y el caso Sajarov, Hans Dietrich Genscher se mostró conciliador y habló sobre las relaciones bilaterales y las posibilidades de fortalecerlas, independientemente de la instalación de los misiles.

Genscher mostró de este modo el interés del Gobierno alemán por evitar que el despliegue de los misiles norteamericanos afecte a las relaciones comerciales entre ambos paises, que abren un gran mercado para la industria alemana. Respecto a las relaciones interalemanas, el ministro señaló que si en el pasado habían sido un lastre para las relaciones Este-Oeste, hoy, pese a las dificultades, juegan un papel positivo.

EL PACTO DE VARSOVIA, DISPUESTO A PROSEGUIR LAS CONVERSACIONES DE GINEBRA EL AÑO PRÓXIMO SI NO SON INSTALADOS LOS EUROMISILES

Por HERMANN TERTSCH
EL PAÍS Viena, 15.10.83


La reunión de Sofía de los ministros de Asuntos Exteriores de los países del Pacto de Varsovia terminó ayer, tras dos días de deliberaciones, con la emisión de un comunicado -publicado por la agencia soviética Tass- en el que se anuncia la disposición del bloque socialista a seguir negociando en Ginebra sobre la limitación de misiles nucleares de alcance medio más allá de fin de año, siempre y cuando Estados Unidos y sus aliados renuncien a la proyectada instalación de misiles norteamericanos en Europa.

Esta postura, adoptada por los ministros de la URSS (Andrei Gromiko), Checoslovaquia (Bohuslav Chnoupek), Bulgaria (Peter Mladenov), Hungría (Peter Varkonyi), Polonia (Stefan Olszowski), Rumanía (Stefan Andre) y el viceministro germano-oriental Herbert Krolikowski, supone un giro en la política de la URSS y sus aliados. Si bien la advertencia que contiene el comunicado sobre las consecuencias del despliegue de los euromisiles puede interpretarse como un aviso de que el principio del mismo supondría el fin de las negociaciones, de hecho no se menciona el posible abandono de la mesa en Ginebra.

En contra de las manifestaciones hechas en las últimas semanas por diversos altos dirigentes de países socialistas, que negaban toda voluntad negociadora a Estados Unidos, a lo que achacaban la imposibilidad de llegar a un acuerdo, el comunicado de Sofía habla de la convicción de los países del Pacto de Varsovia de que todavía es posible el convenio en Ginebra.

Sin embargo condicionan esta posibilidad a que "todos los países miembros de la OTAN concentren sus esfuerzos en evitar el despliegue en Europa de misiles nucleares de medio alcance".

Los jefes de la diplomacia de los países del Este no hacen en su comunicado ninguna referencia a las medidas concretas que tomarían en el caso de que la primera instalación de Pershing 2 y misiles de crucero, prevista para diciembre, se lleve a cabo.

Ninguna medida militar

Aunque, según observadores occidentales, es evidente que los planes para un nuevo despliegue de cohetes nucleares soviéticos en los países aliados de la URSS se halla en marcha, en Sofía no ha habido un anuncio oficial en este sentido. Quizá se pueda interpretar como tal la entrevista con el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas del Pacto de Varsovia, Viktor Kulikov, que publicó el jueves la agencia soviética Novosti.

En ella, Kulikov señala que la URSS no tolerará nunca una supremacía militar de la OTAN y que de comenzar el despliegue de misiles norteamericanos, los países socialistas tomarían las "medidas correspondientes". Según Kulikov, el hecho de que los proyectiles norteamericanos tarden tan sólo cinco o seis minutos en alcanzar sus objetivos en territorio soviético hace que "un error o fallo humano hará virtualmente imposible impedir el conflicto".

Precisamente fue Kulikov quien hace algunas semanas realizó una gira por los países aliados de la URSS en Europa Oriental, que fue interpretada por observadores políticos occidentales como el comienzo de la coordinación logística entre los Ministerios de Defensa de estos países para emplazar nuevos misiles soviéticos.

El hecho de que en Sofía no se ha haya hecho un anuncio formal de contramedidas concretas en el campo militar, cuando la posibilidad de llegar a un acuerdo en Ginebra es mínimo y la decisión de instalar los misiles es inequívoca por parte occidental, se interpreta en medios occidentales de dos formas. Por una parte, está el deseo de la cúpula política oriental de presentar a Estados Unidos como único culpable del fracaso de las negociaciones, mientras el Pacto de Varsovia muestra su disposición al diálogo hasta última hora.

También puede caber la posibilidad de que la postura del Gobierno rumano, de pedir mayor flexibilidad a ambos bloques, que fue claramente expresada por su jefe de Estado, Nicolae Ceaucescu, durante su visita a Bulgaria hace dos semanas, haya tenido influencia en la reunión.

ESPAÑA SOLICITA EN VIENA EL FIN DE LOS VERTIDOS RADIACTIVOS AL MAR

Por HERMANN TERTSCH
EL PAÍS Viena, 14.10.83


España solicitó ayer ante el pleno de la 27ª Conferencia del Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA), que se celebra en Viena, la suspensión de los vertidos al mar de desechos radiactivos. El jefe de la delegación española, Gonzalo Madrid, director general de la Junta de Energía Nuclear, expresó la especial preocupación del Gobierno por esta práctica que afecta especialmente a España ya que varios países europeos vierten sus residuos radiactivos en unas fosas atlánticas a 700 kilómetros de las costas gallegas.

Gonzalo Madrid se remitió a la propuesta española aprobada en la séptima reunión consultiva del Convenio de Londres, sobre prevención de la contaminación del mar por vertido de desechos, en la que se pedía una moratoria por un plazo de tiempo que permitiese conocer el nivel del riesgo existente.

EL PACTO DE VARSOVIA ESTUDIA LA INSTALACIÓN DE NUEVOS MISILES TÁCTICOS EN EUROPA ORIENTAL

Por HERMANN TERTSCH
EL PAÍS Viena, 14.10.83


Ayer comenzó en Sofía una reunión de los ministros de Asuntos Exteriores de los países miembros del Pacto de Varsovia, que estudian, durante dos días, una respuesta común al previsto despliegue de misiles norteamericanos en Europa occidental. Esta respuesta será, según han dejado entrever en las últimas semanas altos dirigentes políticos del bloque del Este, la instalación de nuevos misiles tácticos soviéticos en los países de Europa oriental.

Según una comunicación oficial difundida por la agencia búlgara BTA, los ministros de Asuntos Exteriores de la URSS (Andrei Gromiko), Checoslovaquia (Bohuslav Chnoupek), Bulgaria (Petar Mladenov), Hungría (Peter Varkonyi), Polonia (Stefan Olszowski), Rumania (Stefan Andre) y el viceministro germanooriental, Herber Krolikowki, tratan sobre "el desarrollo de la situación europea en el contexto de la evolución política internacional". En círculos diplomáticos de la capital búlgara se ha señalado que, si bien estas reuniones suelen tener lugar cada semestre, a la actual se le otorga un carácter extraordinario. La impresión generalizada de que de la reunión de Sofia saldrá un plan de rearme del bloque oriental, una vez convencidos los dirigentes del mismo de que el despliegue de misiles norteamericanos es inevitable, se ve reforzada por la reciente gira del comandante en jefe de las Fuerzas Armadas del Pacto de Varsovia, mariscal Viktor Kulikov, por todas las capitales de los aliados de la URSS en Europa oriental. Según observadores, la gira de Kulikov tuvo como objetivo la coordinación de medidas entre los ministerios de Defensa de estos países para una próxima instalación de nuevos misiles soviéticos en su territorio.

A dos meses de la fecha prevista para el comienzo del despliegue de los misiles norteamericanos -y cuando altos mandatarios de los países del Este han dejado claro que no creen en la voluntad negociadora de EE. UU. ni, por lo tanto, en la posibilidad de un acuerdo en Ginebra, se espera que la actitud de los reunidos en Sofía sea muy diferente a la adoptada por los jefes de Estado y de partido del Pacto de Varsovia a principios de enero en Praga, cuando todavía se creía posible un acuerdo. En aquella reunión en la capital checoslovaca se elaboró la declaración de Praga, en la que el Pacto de Varsovia proponía a la OTAN la firma de un acuerdo de no agresión y diversas medidas para reducir la agresión, como la creación de zonas desnuclearizadas en los Balcanes, Mediterráneo y Báltico y la prohibición de armas químicas bacteriológicas y de neutrones.

Se da por seguro que el nuevo despliegue de misiles soviéticos afectará principalmente a los dos países socialistas fronterizos con la RFA, que son Checoslovaquia y la República Democrática Alemana, pero también es previsible que se instalen nuevas armas nucleares tácticas en Hungría, Bulgaria e incluso Polonia. Andrei Gromiko se entrevistará este fin de semana en Viena con el ministro de Asuntos Exteriores de Alemania Occidental, Hans Dietrich Genscher, a quien podría presentar ya un plan concreto de rearme del Pacto de Varsovia.

DESAPARECE LA EUFORIA SOBRE LA PRODUCCIÓN DE ENERGÍA NUCLEAR EN LA 27ª CONFERENCIA DE LA AIAE

Por HERMANN TERTSCH
EL PAÍS Viena, 14.10.83


El ingreso de la República Popular China, la controversia sobre la efectividad y confidencialidad de la política de salvaguardias y la desaparición de la euforia habida en tiempos pasados respecto a la producción energética nuclear son los aspectos más destacados de la 27ª conferencia de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA), que comenzó el lunes en Viena. La entrada de China en esta organización, dependiente de las Naciones Unidas, no ofrecía dificultades, ya que Taiwan había sido expulsado hace ya 10 años, y es de gran importancia, al estar realizando este país un ambicioso plan nuclear. Como ya sucedió en las pasadas conferencias de la IAEA, es tema principal de discusión la política de salvaguardias, como se denomina el control de la agencia, al que voluntariamente se someten los países para confirmar que en sus instalaciones nucleares civiles no se desarrollan proyectos nucleares con fines no pacíficos. Tanto la voluntariedad de los países a someterse a este control como las dificultades que los inspectores del organismo tienen en algunos países para realizarlo repercuten sobre la efectividad de este régimen de salvaguardias. Para aumentar el número de países dispuestos a someterse a este control es, sin embargo, vital que la confidencialidad de los datos obtenidos en la inspección esté plenamente garantizada. El temor de muchos países a que los datos facilitados puedan filtrarse y ser utilizados comercialmente por otros países, o incluso suponer un riesgo para sus intereses nacionales, es uno de los grandes problemas a los que se enfrenta este sistema.

En este sentido, es significativo que uno de los puntos de la agenda de la conferencia es el estudio de las consecuencias para las actividades de la IAEA del bombardeo israelí que destruyó un reactor nuclear en Irak en junio de 1981. Este reactor estaba sometido a salvaguardias y, si bien nunca fue confirmada, circuló la información de que los datos utilizados por el comando aéreo israelí procedía del organismo de Viena.

Por otra parte, la conferencia se caracteriza por la sobriedad que ha adoptado la industria nuclear tras la euforia de los años setenta, en que se apostaba plenamente por el átomo como la energía del futuro. En muchos países se han retrasado entradas en funcionamiento de centrales y anulado otras previstas en los planes energéticos.

El director general de la IAEA, Hans Blix, señaló como causas para esta evolución la de presión económica internacional, la consecuente reducción de la demanda de electricidad y los altos tipos de interés, que repercuten sobre las grandes inversiones que requiere este tipo de construcciones.

GENSCHER SE REÚNE CON GROMIKO ESTE FIN DE SEMANA EN VIENA PARA TRATAR EL PROBLEMA DEL DESARME

Por HERMANN TERTSCH
EL PAÍS Viena, 11.10.83


Andrei Gromiko y Hans Dietrich Genscher, ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Soviética y la República Federal de Alemania (RFA) respectivamente, se reunirán el próximo fin de semana en Viena para tratar sobre el actual estado de las negociaciones de Ginebra sobre desarme. La necesidad de mantener el diálogo entre los dos bloques, salvando las diferencias que existen entre ellos sobre el problema de los euromisiles, será, sin duda, el tema central de la entrevista.

La reunión -que según fuentes diplomáticas alemanas occidentales fue acordada poco después del frustrado viaje de Gromiko a la 38ª Asamblea General de la ONU- ha sido mantenida en secreto hasta ayer por deseo expreso de los dirigentes soviéticos. A primeras horas de la noche, la noticia filtrada en círculos políticos de Bonn sobre el encuentro fue confirmada por la agencia oficial soviética Tass y la cancillería federal austriaca. El proyecto de esta reunión sólo había sido dado a conocer por las autoridades de la República Federal de Alemania al secretario de Estado norteamericano, George Shultz, primero, y el pasado viernes a los Gobiernos de París y Londres.

Genscher tratará de convencer a Gromiko de la seriedad de las últimas propuestas norteamericanas y de la necesidad de una "respuesta constructiva" de la Unión Soviética a las mismas, según señalan fuentes diplomáticas de la capital federal alemana. Al mismo tiempo, Genscher expondrá a los dirigentes soviéticos que, tras las propuestas formuladas por el presidente norteamericano, Ronald Reagan, sobre desarme, toca ahora a la URSS dar un paso ulterior, mostrando mayor flexibilidad en las negociaciones de Ginebra.

El ministro de la República Federal de Alemania ratificará además la decisión de Bonn de llevar a cabo el despliegue de los euromisiles en su número previsto, en caso de no llegarse a un acuerdo en Ginebra antes de mediados de diciembre.

Genscher ya habló durante la reciente asamblea general de las Naciones Unidas con los ministros de Asuntos Exteriores de los demás países miembros del Pacto de Varsovia, exponiéndoles la postura de su Gobierno en este sentido y exhortándoles a un acercamiento a las nuevas propuestas del presidente norteamericano, Ronald Reagan, para alcanzar un acuerdo en las negociaciones antes de fin de año.

En Bonn se señala que Genscher no irá a Viena como mediador ni como negociador, pero sí se expresa el interés del Gobierno de la RFA ante una próxima reunión entre Groiniko y Shultz para preparar la cumbre entre Reagan y Yuri Andropov.

La reunión de Genscher y Gromiko comenzará el sábado día 15 con un almuerzo de trabajo en la Embajada soviética de la capital austriaca. Al día siguiente, los dos ministros de Exteriores se entrevistarán a lo largo de la mañana en la Embajada de la RFA. Genscher ha convocado ya una conferencia de prensa para explicar el domingo los resultados de este encuentro.

EL 9º CONGRESO INTERNACIONAL DE CRIMINOLOGÍA DEBATE SOBRE NUEVAS FORMAS DE DELITO

Por HERMANN TERTSCH
EL PAÍS Viena, 30.09.83


El 9º Congreso Internacional de Criminología, inaugurado esta semana en Viena, se está desarrollando bajo el signo del ya tradicional enfrentamiento entre las dos corrientes de la criminología, las llamadas oficial y crítica.

La primera de las corrientes, también denominada funcional, y representada mayoritariamente por expertos dependientes de organismos estatales, como la policía y la administración de justicia, pugna especialmente por centrar la discusión en la búsqueda de una base teórica para sustentar la actuación del aparato del Estado en la lucha contra la criminalidad. La corriente crítica, en la que se alinean sobre todo criminólogos de universidades e institutos sociológicos, propugna una mayor dedicación al análisis de las causas del delito, de los factores criminógenos (¿qué es delito?, ¿quién delinque?, ¿por qué delinque?). Al congreso, organizado por la Sociedad Internacional de Criminología, asisten alrededor de 1.000 expertos de todo el mundo, entre ellos 17 españoles, que representan a la policía, al Ministerio del Interior, Consejo del Poder Judicial e institutos criminológicos.

Leyes 'criminógenas'

Otra dificultad que surge, debido a la presencia de expertos de países con sistemas políticos muy diversos, es la definición de cierto tipo de delitos, ya que no están tipificados como delito los mismos actos en Turquía que en Alemania Occidental, en Irán que en Chile. Uno de los aspectos más destacados por diversos oradores de las primeras jornadas fue el carácter supuestamente criminógeno de ciertas leyes. Así, en una paralela implícita con la ley seca de la Norteamérica de los años veinte, se expuso el posible efecto de fomento de la delincuencia que puede tener la represión del consumo de drogas, al crear un mercado negro que supone un mayor beneficio para el traficante y unos altos precios de la droga, que inducen al adicto al robo o atraco para poder adquirir la droga.

También se trataron varias modalidades nuevas de delincuencia, como la violación de leyes de protección del medio ambiente o la criminalidad de cuello blanco o económica, especialmente en lo que se refiere a la manipulación ilícita de ordenadores.

Inseguridad ciudadana y negocio

Otra cuestión de especial interés, habida cuenta de la situación criminal española, es la elaboración de estadísticas de delitos, su manipulación y su impacto sobre la opinión pública. Según estimaciones generales, el índice habitual de delitos denunciados -los que aparecen en las estadísticas- no suele superar el 20% de los delitos efectivamente cometidos. El número de los delitos denunciados está en proporción directa a la credibilidad y eficacia policial, según estudios criminológicos. Otro fenómeno directamente relacionado con la sensación de inseguridad ciudadana es la aparición de las empresas de seguridad, que se nutren directamente de la misma. Estas empresas, que se han convertido en enormes negocios en los países occidentales, necesitan una población con sensación de inseguridad y una policía estatal desacreditada, ya que sólo así garantizan sus ventas y contratación de sus agentes privados.

"La psicosis de inseguridad ciudadana no sólo vierte dividendos políticos a los círculos políticos que propugnan una primacía absoluta de la represión, especialmente en los delitos contra la propiedad, sino también dividendos económicos para los propietarios de las empresas de seguridad, que muchas veces son los mismos", según señaló un asistente al congreso.

SE REANUDAN EN VIENA LAS NEGOCIACIONES SOBRE REDUCCIÓN DE TROPAS EN EUROPA

Por HERMANN TERTSCH
EL PAÍS Viena, 30.09.83


Una nueva ronda de negociaciones en la conferencia para la reducción de tropas en Europa comenzó ayer en Viena bajo una manifiesta tensión originada por el derribo del jumbo surcoreano de la KAL por cazas soviéticos.

En la rueda de prensa posterior a la sesión, el portavoz de la parte occidental, el holandés Willem de Vos, señaló que este hecho había agravado considerablemente la situación política internacional. Del mismo modo se expresó el embajador norteamericano ante la conferencia, Morton Abramovitz.

Por su parte, los representantes del Pacto de Varsovia calificaron el accidente aéreo como "irrelevante" para la conferencia y señalaron que el verdadero origen de la tensión internacional está en el próximo despliegue de misiles norteamericanos en Europa y en "la aceleración en la preparación de una guerra que ha emprendido la OTAN".

También sugirieron que la instalación de los misiles puede tener repercusiones negativas sobre las negociaciones de Viena. Aunque los portavoces de ambos bloques dejaron entrever cierto acercamiento en algunos aspectos técnicos, persiste la dificultad fundamental para llegar a un acuerdo en estas negociaciones que cumplen ya los 10 años desde su apertura. Occidente insiste en el establecimiento de medidas fiables de control sobre los contingentes de tropas existentes en Europa oriental, antes y después de la posible reducción de fuerzas. La propuesta presentada por el bloque oriental en junio pasado, según la cual los dos bloques reducirían en tres años sus fuerzas hasta situarlas en un total de 900.000 hombres, con un primer paso en el que los soviéticos retirarían 20.000 y los norteamericanos 13.000, volvió a ser calificada por el portavoz occidental como "ambigua, confusa e inconsecuente", aunque reconoció que contenía elementos positivos.

domingo, 25 de mayo de 2014

VIENA Y EL ZAR

Por HERMANN TERTSCH
EL PAÍS, 03.01.06

LA GUERRA DEL GAS


El magnífico concierto de Año Nuevo dirigido por el letón Maniss Jansson en el Musikverein, en presencia de Angela Merkel y su anfitrión Wolfgang Schüssel, abrió el domingo la presidencia semestral austriaca de la UE. Si Merkel acudió a Viena para dar un claro apoyo a una presidencia concertada, Mozart, invitado en la fiesta de la familia Strauss, anunciaba omnipresencia durante su 250 cumpleaños. Pero se cumple otro aniversario que no debiera quedar eclipsado por el del genio de Salzburgo. Hace 150 años nacía Sigmund Freud, otro vienés de adopción aunque mucho más polémico. Parece oportuno que la presidencia de la UE recaiga en la ciudad natal del psicoanálisis. Sus líderes tendrán ocasión en este semestre de pasarse por la Berggasse 19, la consulta del Dr. Freud, y reflexionar sobre los sistemas de represión de la realidad y los fantasmas que produce.

Una realidad que muchos pensaron poder olvidar está en los efectos de la nueva dictadura en Rusia, cada vez más implacable con la disidencia y más agresiva hacia sus vecinos. El problema surge ya con la llegada al poder de Vladímir Putin. Pero sólo parece preocupar a los vecinos de Rusia. Los demás pretenden que Putin es uno más entre los honorables jefes de Estado, en un autoengaño que resulta incomprensible, salvo en Gerhard Schröder. Éste ha hecho historia al pasar en días de líder de una gran democracia a asalariado de un déspota. La deriva rusa hacia el sovietismo con zar tenía que acabar siendo una amenaza para la seguridad e intereses europeos.

El domingo, esta evidencia alcanzó nueva calidad cuando los paneles de controles del flujo de gas procedente de Rusia en Austria y Hungría dieron la alarma. Rusia había cumplido su amenaza de cortar el suministro de gas a Ucrania. En un golpe de mano, el Kremlin había anunciado que ese día dejaría de suministrar gas a Kiev si no pagaba el precio de mercado, cinco veces el vigente, acordado con el régimen corrupto del anterior presidente Leonid Kuchma, el aliado de Putin. El fracaso del fraude en las presidenciales ucranianas fue el mayor revés en la irresistible ascensión de Putin. El triunfo de la revolución naranja y la esperanza de una democracia real en Ucrania demostrarían a los rusos que los sueños habidos bajo Gorbachov y Yeltsin no eran una peligrosa occidentalización contraria a las esencias rusas. Cuando Putin quiso estafar a los ucranianos se produjo un pulso serio entre Rusia y la UE. En un alarde insólito de agilidad y firmeza -y un papel decisivo de Solana-, la UE se enfrentó al Kremlin y triunfó. Ahora éste quiere dinamitar la alianza entre Kiev y Bruselas y desestabilizar Ucrania. La retórica es virulenta. Acusa a Kiev de robar el gas que envía a Europa, ha cerrado su frontera a la carne ucraniana y baraja más represalias. Nadie pretende que Rusia mantenga a Kiev privilegios como los de Bielorrusia, la peor dictadura en suelo europeo. Kiev ofrece una política de adaptación de precios en tres años. Habrá que negociar. Pero la UE ha de ser consciente del momento y saber qué proyecto apoya. Hace tiempo que la globalización ha dejado de ser una empresa exportadora de democracia y es un eufemismo para la nueva fórmula de éxito de divorcio de democracia y capitalismo”, señala el filósofo alemán Peter Sloterdijk en el semanario vienés Profil. El régimen ruso ha apostado ya por concurrir con formas asiáticas y no europeas a la carrera de la globalización. Europa no puede evitarlo pero sí debe actuar en consecuencia. Ante esta “marcha triunfal del capitalismo autoritario”, Occidente no puede perder aliados ni en Ucrania ni en Turquía e impedir que las amenazas quiebren voluntades. Poco si no salvará Europa de sus conceptos de la libertad y la dignidad del individuo. Viena ha de hacer frente al zar.”

LOS VIAJES DE PUTIN

Por HERMANN TERTSCH
EL PAÍS, 27.04.2000


Vladímir Putin, presidente ruso electo por las urnas después de haberlo sido por su antecesor y padrino, Borís Yeltsin, ha hecho su primera visita a Occidente. Ha tomado el té nada menos que con la reina de Inglaterra. No puede quejarse. Han sido muchos los honores y parabienes recibidos en esa vieja cuna de la democracia que es Londres por un aparatchik del KGB que ha llegado al poder gracias a la fuerza movilizadora del odio a los chechenos y las ansias de autoestima de este pueblo tan vapuleado y humillado, el ruso. No es un sarcasmo menor que Londres reciba con semejante pleitesía al "carnicerito de Gozny" mientras la Unión otorga trato de paria o criminal a un Estado miembro, Austria, que no ha violado ni un solo principio democrático y es, pese a las baladronadas de Jörg Haider, un Estado de Derecho impecable. Pero Putin no es sólo un espía jubilado y ascendido a mayores glorias. Confirma la tradición de ilustración y sangre fría de los hombres formados en la gran casa de la Liubianka. Sabe escuchar y asesorarse. Ha hecho un viaje productivo para su imagen y para recuperar cierta capacidad de maniobra de Rusia en la escena internacional. No era fácil. La sangría de Chechenia ha sido rentable antes de las elecciones. Pasadas éstas, los daños del conflicto superan las ventajas, tanto en el exterior como en el interior, especialmente por el goteo -o chorreo- de muertos entre las tropas rusas. Matar civiles y contar muertos propios no es una ordinariez, puede ser una inconvenciencia además.

Antes de ir a abrazarse con un Tony Blair, que debería explicar a sus aliados ese supino entusiasmo por tan especial relación emergente, Putin había conseguido en el Parlamento ruso la ratificación del tratado STARTII, eso sí, con condiciones que pueden convertirla en mero gesto. La Duma parece querer arrogarse el derecho a vetar el desarrollo tecnológico norteamericano en sistemas de defensa antimisiles. No parece probable que Washington vaya a acatar decisiones del Parlamento ruso. El tratado ABM está condenado porque la proliferación nuclear avanza. Se sabe. En parte porque Rusia ha cedido tecnología a países que son enemigos de EEUU y además imprevisibles.

Washington -especialmente su Senado - tiene gran parte de la responsabilidad de lo que sucede. La obsesión de la mayoría republicana por humillar a su tan odiado presidente Clinton negándose a ratificar el Tratado de Prohibición de pruebas nucleares, ha dado la iniciativa a unas autoridades rusas convencidas de que pueden compensar, aliviar u ocultar el desastre permanente en que vive su población con arengas de potencia nuclear.

Por eso no ha sido una sorpresa el hecho de que, días después del afable paso de Putin por el Reino Unido, el Kremlin anunciara su nueva doctrina militar, que ya no renuncia al primer golpe nuclear "en los casos en que todos los demás medios se muestren ineficaces". ¿En qué escenarios?, cabe preguntarse. Un sistema antimisiles norteamericano jamás neutralizaría todo el potencial nuclear ruso y por tanto no atenta contra la mutua disuasión. Está además claro que las mayores agresiones que han sufrido y sufren los rusos son las cometidas por sus propios poderes, por la corrupción, las mafias instaladas en las instituciones y las camarillas que mandan a morir a los jóvenes rusos a Chechenia para recuperar o conseguir privilegios, impunidad en el expolio e influencia.

Cuando Borís Yeltsin dijo en la cumbre de la OSCE en Estambul que Rusia es, como potencia nuclear, inmune a las críticas a sus bárbaras actuaciones en el Cáucaso, no estaba soltando uno de sus chascarrillos etílicos. Ahora, la nueva doctrina nos dice que el Kremlin juzgará cuándo "los otros medios" no son suficientes para "arreglar la situación". Y amenaza con utilizar armas nucleares en conflictos no nucleares. ¿Dónde? ¿En qué circunstancias? ¿También si países soberanos bálticos deciden unirse a la Alianza Atlántica? ¿O si Moscú cree que el control de toda la zona geoestratégica del sur del Cáucaso merece un pulso, quizás violento, con Turquía? De momento, todo son palabras. Pero las palabras revelan y forjan a un tiempo los talantes. Y Vladímir Putin, más allá de Londres, viaja hacia talantes que no merecen muchos brindis. Ni siquiera con té. Todos habrían de darse por enterados.

RUSIA CAMBIA TERCIO

Por HERMANN TERTSCH
EL PAÍS, 29.03.2000


Al principio de todo lo sucedido en Moscú durante la jornada electoral del pasado domingo estuvo el final de lo habido allá por los años milagrosos del principio de la pasada década. Aquello impuso la despedida de una retórica y práctica política obcecadamente mantenidas y persistentemente fracasadas. Mijail Gorbachov llegó a la conclusión, compartida en la intimidad por tanto dirigente soviético, de que la gran potencia que en su día había sido la Unión Soviética era puro Tercer Mundo con armamento nuclear. Y de que el mero hecho de tener la bomba no servía por sí mismo para salir de la indigencia que generaba un sistema exhausto.Hoy, nos hallamos en Moscú ante la inversión de la lógica que entonces indujo a la abolición, institucional al menos, de un sistema del absurdo que tanto crimen y miseria había provocado. Todo ello después de unos largos años de mandato de Borís Yeltsin que, siempre desde la egolatría pero también del coraje, de sus circunstancias personales nada pausadas pero también un instinto político extraordinario, quiso inicialmente cambiar Rusia de forma radical y tuvo, como todos los reformadores en aquel gran país, que doblegarse a las realidades gravitatorias de esa sociedad tan difícil de liberar de los fantasmas que han marcado su historia.

Estamos en el último tercio de una aventura política ingente. Pero sin final feliz.Los auspicios no son buenos ni mucho menos, pero tampoco deben ser causa de histeria en el resto del mundo y en especial en Occidente. Pese a las manifestaciones del nuevo talante que se impone en el Kremlin con el apoyo de la inmensa mayoría de la población rusa. El electorado del presidente y el voto comunista, juntos más de un 80%, no discrepan respecto a las líneas maestras de la política exterior que se perfila y a la interior que, en cuestiones como Chechenia, está más que perfilada. Las tendencias "occidentalistas" han sido derrotadas. Su recuperación es imprevisible y puede tardar décadas en producirse si acaso. El único candidato que defendió principios liberales, Grigori Yablinski, se quedó en el 7% quizás el reflejo real de dichas fuerzas hoy en Rusia. Los valores en alza son la autoestima nacional, la mano dura y la fobia al exterior que desvía eficazmente el resentimiento hacia los usufrutuarios del estado mafioso que ha surgido de los escombros del estado proletario.

El nuevo presidente Vladimir Putin se ha dejado festejar su victoria electoral con el lanzamiento de dos misiles nucleares intercontinentales desde un submarino en el Mar del Norte. No es un gesto muy amistoso hacía los potenciales receptores de esos misiles de largo alcance. Que son precisamente los que con sus créditos y mercados libres han enriquecido a la "Nueva clase", parafraseando al inolvidable montenegrino Milovan Djilas, que ha sustituido a la nomenclatura. Putin es su cancerbero, su protegido y protector. Y nadie debe esperar grandes alardes humanistas de este agente del KGB con ojos de rodaballo.

Quizás ahora, esos grupos de presión prorrusos en Washington, Berlín y otras capitales europeas sean más realistas al valorar la situación. Es posible incluso que el subsecretario de Estado norteamericano, Strobe Talbott, deje de hablar con hipérboles optimistas sobre la evolución rusa. Ni nuestro buen Jean Jacques Rousseau podría hoy tener esperanzas en que la sociedad rusa vaya a contar a medio plazo con un Estado de derecho homologable a los que legislan, ejecutan y juzgan en Occidente.

Así las cosas, convendría que los Gobiernos occidentales fueran planteándose una nueva política hacia Rusia. Putin no va a cometer disparates en sus relaciones con Europa y EEUU a corto plazo. Aunque sólo sea porque sus mentores tienen allí sus cuentas. Pero también porque se dice garante de la seguridad y estabilidad y para ambas necesita ayuda exterior. Pero la retórica va a cambiar. La multipolaridad volverá tras la efímera ilusión norteamericana de ser única potencia. Moscú buscará aliados. Tercer Mundo aún, pero potencia nuclear, Moscú cambia tercio. Demandará respeto a intereses que muchas veces chocarán con elementales principios occidentales. En el interior de Rusia, los cambios pueden ser más desagradables, para los medios críticos y minorías o gremios incómodos. Occidente necesita por tanto de conceptos nuevos para responder a actitudes y políticas que, como en Chechenia, no pueden quedar sin respuesta.

"NO TENGO NINGUNA INCLINACIÓN AUTORITARIA" Entrevista a Wojciech Jaruzelski

Por HERMANN TERTSCH
EL PAÍS, 08.08.91

  • ENTREVISTA - Wojciech Jaruzelski, Ex presidente de Polonia

El general Wojciech JaruzeIski impuso hace ya casi 10 años la ley marcial en Polonia, poniendo fin a la primera existencia legal de un sindicato independiente, Solidaridad, en un país socialista. En su país y en Occidente se granjeó por ello odios y virulentos ataques como "dictador comunista". Sin embargo, fue el primero de los líderes del ya disuelto Pacto de Varsovia que vio claramente que había sonado la hora de la liquidación del sistema político al que sirvió durante más de cuatro décadas. Hoy, muchos de sus más feroces enemigos reconocen que Jaruzelski recurrió al mal menor en 1981 para evitar una intervención del Ejército de Leonid Bréznev en Polonia.

Casi un año después de ceder la presidencia de la república a su sucesor electo democráticamente, Lech Walesa, Jaruzelski visitó Santander y Madrid para participar en un curso sobre Europa central de la Asociación de Periodistas Europeos. Durante una semana conversó largamente con  EL PAÍS sobre el fin del llamado socialismo real, los peligros del nacionalismo y la crisis económica, su papel personal en la crisis de 1981 y la nueva situación europea, con una Alemania poderosa y Yugoslavia en el umbral de una guerra.

Pregunta. ¿Considera lograda la reconciliación nacional en Polonia?

Respuesta. La reconciliación nacional es condición fundamental para la reforma, que es la máxima prioridad del país. Por eso tuvo una importancia histórica la mesa redonda de Santander [en la que hizo buenas migas con su antiguo adversario Adam Michnik], que fue punto de partida para los cambios en Polonia y después en toda la región. Ahora entramos en una nueva fase. Podría parecer que estamos en una situación más fácil que en el pasado. Han desaparecido los antagonismos radicales y estamos en un desarrollo, quizá imperfecto, pero democrático. Sin embargo, la situación es dificil. Antes había un choque entre los sistemas de valores, entre el socialismo, por un lado, y la democracia, por el otro. Era éste el choque fundamental, o se era rojo o blanco.

P. ¿Cuál es actualmente la clave del conflicto?

R. El conflicto entre los sistemas de valores ha dado paso al conflicto de intereses, de los medios, grupos sociales, generados en el marco de la situación económica existente. Cuanto más dificil y dolorosa es la situación, más duros son los choques. Estos enfrentamientos pueden ser capitalizados en la lucha política. Como carecemos aún de cultura política, nos cuesta mucho lograr bases comunes y reglas para todos nuestros litigios. No sé qué político francés dijo aquello de "hay que establecer las normas en que estar en desacuerdo". Creo, por tanto, que el periodo que nos separa de las elecciones [en octubre] va a ser muy dificil.

Consenso democrático

P. ¿Tiene intención de permanecer de alguna forma en la vida política, en alguna labor de mediación?

R. No tengo esas aspiraciones y creo que tampoco posibilidades. Me he apartado de la vida política activa, si bien tengo muchos contactos con diversos medios, partidos, con la Iglesia y otros grupos sociales. Pero, volviendo a la anterior pregunta, no quiero que entiendan que considero imposible la reconciliación. Le contaré por qué no la logramos antes de diciembre de 1981 [fecha de la imposición de la ley marcial]. Entonces teníamos unas contradicciones fundamentales. El poder, el partido comunista, dependía del régimen existente. Entonces nosotros aún queríamos reformar aquel régimen, pero no destruirlo. Hoy, por el contrario, existe un consenso sobre la base de la democracia y la economía de mercado. Por eso considero que sería muy útil una nueva mesa redonda para afrontar la nueva situación, algo como los pactos de la Moncloa. Pienso que incluso el Parlamento democrático que salga de las elecciones próximas será transitorio, porque aún deben cristalizarse los partidos y programas; luego sería muy útil un nuevo encuentro para establecer las bases para una discusión más amplia.

P. En la situación de grave crisis en que vive Polonia se habla mucho ya del peligro totalitario, de que hayan salido de una dictadura para caer en otra. Hay continuos debates sobre la soberanía del Estado, la separación Iglesia-Estado y la división de poderes. ¿Ve usted el peligro de un autoritarismo populista?

R. Quiero diferenciar entre dos elementos. Por un lado está la gente que antes vivía mal y hoy vive peor, que siente la pauperización mientras ve cómo crecen las fortunas y la ostentación está descontenta y espera que la cosa cambie. Por otro lado está el populismo, que creo muy peligroso. Intenta manipular este descontento de forma demagógica para los fines de una u otra fuerza política con el fin de crear odios que pueden ser orientados después hacia distintos blancos, ya sean los judíos, los comunistas, los nuevos ricos. Esto puede crear una psicosis muy grave para la economía del país y la estabilidad del Estado. La situación es propicia objetivamente para estas tentaciones, para un Gobierno autoritario.

P. Usted llegó a representar la imagen del autoritarismo.

R. Le diré algo que puede sonar como inmodestia. Yo personalmente no tengo ningún tipo de inclinación autoritaria. Sin embargo, las circunstancias en que me encontré, en una situación explosiva, con el sentido de defender el sistema que existía, me colocaron en una posición autoritaria. Aquello fue un gran drama personal para mí.

P. Está usted escribiendo sus memorias. Ahora que hace balance y nos ha hablado del gran drama que supuso para usted la imposición de la ley marcial, ¿se arrepiente usted de algo?

R. Todo ser humano se arrepiente de algo cuando hace balance y ve las cosas conociendo las consecuencias. Es evidente que hay cosas que habría hecho de otra manera. Hoy soy más sabio, entre otras cosas, porque conozco las experiencias españolas. Pero sé que me está preguntando si me arrepiento de haber implantado la ley marcial. No me arrepiento. Me arrepiento o lamento que se produjera la situación que me indujo a implantarla. Yo soy responsable, el régimen, y también la oposición. Todos fuimos responsables de que se creara aquella situación, no fuimos lo suficientemente maduros para sentarnos en una mesa, pero eran también otros tiempos históricos. Me arrepiento también de otras muchas cosas después de la ley marcial. De no haber sido más consecuente con las reformas, de no haber eliminado con mayor energía a los conservadores dentro del régimen. Pero ahí también desempeña un papel la situación internacional, éramos un país de herejes (en el campo socialista) y no podíamos ir demasiado lejos en nuestras herejías, no sólo por los peligros físicos, sino también por problemas económicos.

P. ¿Se encontraba agotado el sistema?

R. Había agotado su creatividad.. Era económicamente incapaz. El sistema había tenido varios momentos de paroxismo, 1956, 1968-1970 y 1980. Entre dichos momentos, el régimen volvía a unos periodos de calma en que: había cierto progreso. Y en estos periodos el sistema creó a sus propios enterradores, millones de personas formadas. Las personas formadas quieren participar y eso es lo que les negábamos. Creábamos apariencias. Les imponíamos el papel dirigente del partido, que era en realidad su monopolio. Pero exigían ya la democracia parlamentaria.

La nueva Europa

P. Cómo ve usted, desde su óptica de militar y estadista, la nueva situación creada en Europa, con su nuevo grave foco de tensión en Yugoslavia, con una Alemania grande vecina de Polonia?

R. Yo creo que todos estamos preocupados. Como militar, sé que toda explosión requiere de un detonador. No quiero decir con eso que Yugoslavia sea ya este detonador. Pero sí nos lleva hacia una situación en que se activan los conflictos nacionales y nos lleva a una revisión de las combinaciones de los contactos entre los Estados. Yo no siento alergia por los alemanes. Pero, desde un punto de vista racional, temo que esa potente Alemania, en el nuevo fermento que se ha creado en nuestra región de Europa (central), entre de una forma natural; no se trata de una entrada física, mucho menos militar, sino de un incremento de su influencia, de una tendencia a la dominación. Croacia y Eslovenia formaron parte de Austria-Hungría y de ese concepto de Mitteleuropa.

P. ¿Tan negro ve el futuro?

R. No. Aunque todo conflicto de este género tiene un carácter contagioso, y pienso sobre todo en Checoslovaquia, puede también tener un efecto disuasorio en la región. Las consecuencias de lo que estamos viendo en Yugoslavia son tan catastróficas para su propia seguridad y sus condiciones de vida, que pueden tener este efecto. Le daré un ejemplo de nuestra propia historia. En los años 1980-1981, cuando se produce aquella explosión dirigida por Solidaridad, la situación económica se quebró por completo. En las tiendas en Polonia no había sino vinagre. Esto tuvo un efecto disuasorio en los países vecinos. Por el contrario, cuando, años después, logramos controlar la situación y comenzar las reformas, éstas fueron un empuje para la oposición en estos países. Trasladado a la situación yugoslava, quien sabe si esta conmoción no puede tener finalmente contribuir a mejorar la situación integral en la región.

jueves, 15 de mayo de 2014

AMARTYA SEN, AUDEN, SARTORI Y TXAPOTE

Por HERMANN TERTSCH
EL PAÍS, 27.06.06

El premio Nobel en Economía Amartya Sen ha publicado un libro llamado Identity and Violence: The Illusion of Destiny (W. W. Norton. Nueva York). Estudia y lamenta lo que cree la peor depravación cultural y mayor amenaza para las libertades individuales y las sociedades abiertas, esa que tantas veces triunfó frente a los totalitarismos, la última vez con la victoria en la Guerra Fría y que, sin embargo, muchos consideran hoy más amenazada que nunca. Es la hegemonía de lo que Amartya Sen llama el proceso de "miniaturización" de los individuos y colectivos que supone su reducción cultural a una única dimensión y su voluntad, acción y vocación a partir de esa identidad unidimensional.

Esta deriva que debiera ser exclusiva de los fanáticos, según Sen, la agravan aquellos que, desde las sociedades occidentales bienaventuradas y biempensantes, apoyan con su defensa del multiculturalismo y el relativismo total de valores entre sistemas y culturas, una supuesta homogeneidad y capacidad de representación de los individuos por parte de dichas "civilizaciones" o, peor, sus autoproclamados representantes. Está el laureado bengalí de acuerdo con el premio Príncipe de Asturias Giovanni Sartori en que el multiculturalismo es una bomba de relojería para la democracia y los derechos. Pone por ejemplo al Reino Unido donde el "monoculturalismo plural" condena de por vida. Los habrá en todas las urbes del globo, en los que eres musulmán, ñeta, hindú o chino. Todos esos conflictos, de tribu en tribu, de banda en banda y de secta en secta, nos servirán como necesarios cuando no históricos y en todos se buscará un mínimo denominador común que nunca podrá estar a la ya inalcanzable altura de la ley y la justicia sino en las sentinas del acuerdo de conveniencias.

Sen describe ese reduccionismo identitario como el siniestro nicho del alma que lleva a los individuos a odiar, matar y morir. Las causas de esta trágica deriva son muchas. Yo creo intuirlas pero es imposible describirlas con mayor belleza que la desplegada por estas palabras del gran poeta anglo-americano W. H. Auden, un brigadista que por cristiano quizás se menciona poco en los recuerdos de esta Guerra Civil tan de moda. Alguien ha querido compensar los ruidos y los gestos de Txapote -el hombre en tregua- y ha difundido esta joya que yo desconocía de mi poeta inglés muerto en Viena. La encontré en el blog de otro díscolo de las identidades sectarias, Arcadi Espada. Pronostica el poeta:

"La Razón se verá suplantada por la Revelación. El saber degenerará en un caos de visiones subjetivas (...). Se crearán cosmogonías enteras a partir de cualquier olvidado resentimiento personal, se escribirán dramas épicos en lenguajes de ámbito doméstico y los esbozos de los párvulos se impondrán a las grandes obras de arte.

El Idealismo cederá al Materialismo... Alejada de su habitual salida en torno al patriotismo o al orgullo cívico y familiar, la necesidad de masas de un ídolo accesible en el que confiar las llevará a elegir caminos irreconciliables en los que la educación no tendrá nada que hacer. Depresiones superficiales del terreno, animales domésticos, molinos destrozados o tumores malignos serán tratados con rango de divinidades.


La Justicia será reemplazada por la Piedad como virtud humana cardinal, y el miedo al castigo desaparecerá. Cualquier mozalbete se felicitará a sí mismo: "Soy tan pecador, que Dios en persona ha venido a salvarme". Cualquier mangante argumentará: "Me gusta cometer crímenes. A Dios le gusta perdonarlos. Realmente, el mundo está perfectamente organizado. La Nueva Aristocracia se nutrirá exclusivamente de ermitaños, vagabundos e inválidos permanentes. El Diamante en Bruto, la Puta Escrofulosa, el bandido al que su madre adora y la chica epiléptica que se lleva bien con los animales serán los héroes de la Nueva Tragedia, mientras el general, el estadista, y el filósofo se habrán convertido en el objeto de la rechifla de toda farsa y toda sátira". (For the Time Being: A Christmas Oratorio W. H. Auden.)

ENDURECIMIENTO DE LAS AUTORIDADES HÚNGARAS CONTRA LOS DISIDENTES

Por HERMANN TERTSCH
EL PAÍS Viena, 29.09.83


La agresión de la policía húngara a un disidente en Budapest es el primer efecto palpable de los elogios del vicepresidente norteamericano, George Bush, a Hungría, definiéndolo como un país "en fase de liberalización" y susceptible de ser "seducido" por EE. UU. Supone también un endurecimiento de las autoridades húngaras con respecto a los disidentes.

El sociólogo Gabor Demszky fue golpeado por cuatro policías de paisano al negarse a mostrar los documentos que portaba en una cartera, según fuentes disidentes húngaras. Demszky fue interceptado cuando salía de casa de Lazlo Rajk, hijo del ministro del Interior del mismo nombre ejecutado en la era estalinista, y animador del movimiento disidente.

Según las fuentes, Demszky está hospitalizado en Budapest y sufre una conmoción cerebral. El grupo de intelectuales en torno a Lazlo Rajk edita y distribuye publicaciones críticas hacia el régimen de Janos Kadar. Dado que se trata de un grupo muy reducido y sin vinculación real con la población húngara gozaban de relativa tolerancia, aunque siempre han sufrido represalias más o menos directas. Observadores políticos han señalado que tras el discurso de Bush en Viena era de esperar un endurecimiento del trato con los disidentes en Hungría.

El discurso de Bush ha fortalecido a la línea "dura" del partido, que puede presentarlo como una confirmación de que la línea de reformas emprendida por Kadar supone un alejamiento de los principios ideológicos. De cara a Moscú, el Gobierno tendrá que endurecer la represión de la disidencia para evitar las suspicacias creadas por las manifestaciones de Bush.