EL PAÍS Viena, 30.09.83
Una nueva ronda de negociaciones en la conferencia para la
reducción de tropas en Europa comenzó ayer en Viena bajo una manifiesta tensión
originada por el derribo del jumbo surcoreano de
la KAL por cazas soviéticos.
En la rueda de prensa
posterior a la sesión, el portavoz de la parte occidental, el holandés Willem
de Vos, señaló que este hecho había agravado considerablemente la situación
política internacional. Del mismo modo se expresó el embajador norteamericano ante
la conferencia, Morton Abramovitz.
Por su parte, los
representantes del Pacto de Varsovia calificaron el accidente aéreo como
"irrelevante" para la conferencia y señalaron que el verdadero origen
de la tensión internacional está en el próximo despliegue de misiles
norteamericanos en Europa y en "la aceleración en la preparación de una
guerra que ha emprendido la OTAN".
También sugirieron que la
instalación de los misiles puede tener repercusiones negativas sobre las
negociaciones de Viena. Aunque los portavoces de ambos bloques dejaron entrever
cierto acercamiento en algunos aspectos técnicos, persiste la dificultad
fundamental para llegar a un acuerdo en estas negociaciones que cumplen ya los
10 años desde su apertura. Occidente insiste en el establecimiento de medidas
fiables de control sobre los contingentes de tropas existentes en Europa
oriental, antes y después de la posible reducción de fuerzas. La propuesta
presentada por el bloque oriental en junio pasado, según la cual los dos
bloques reducirían en tres años sus fuerzas hasta situarlas en un total de
900.000 hombres, con un primer paso en el que los soviéticos retirarían 20.000
y los norteamericanos 13.000, volvió a ser calificada por el portavoz
occidental como "ambigua, confusa e inconsecuente", aunque reconoció
que contenía elementos positivos.
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