viernes, 30 de mayo de 2014

EL 9º CONGRESO INTERNACIONAL DE CRIMINOLOGÍA DEBATE SOBRE NUEVAS FORMAS DE DELITO

Por HERMANN TERTSCH
EL PAÍS Viena, 30.09.83


El 9º Congreso Internacional de Criminología, inaugurado esta semana en Viena, se está desarrollando bajo el signo del ya tradicional enfrentamiento entre las dos corrientes de la criminología, las llamadas oficial y crítica.

La primera de las corrientes, también denominada funcional, y representada mayoritariamente por expertos dependientes de organismos estatales, como la policía y la administración de justicia, pugna especialmente por centrar la discusión en la búsqueda de una base teórica para sustentar la actuación del aparato del Estado en la lucha contra la criminalidad. La corriente crítica, en la que se alinean sobre todo criminólogos de universidades e institutos sociológicos, propugna una mayor dedicación al análisis de las causas del delito, de los factores criminógenos (¿qué es delito?, ¿quién delinque?, ¿por qué delinque?). Al congreso, organizado por la Sociedad Internacional de Criminología, asisten alrededor de 1.000 expertos de todo el mundo, entre ellos 17 españoles, que representan a la policía, al Ministerio del Interior, Consejo del Poder Judicial e institutos criminológicos.

Leyes 'criminógenas'

Otra dificultad que surge, debido a la presencia de expertos de países con sistemas políticos muy diversos, es la definición de cierto tipo de delitos, ya que no están tipificados como delito los mismos actos en Turquía que en Alemania Occidental, en Irán que en Chile. Uno de los aspectos más destacados por diversos oradores de las primeras jornadas fue el carácter supuestamente criminógeno de ciertas leyes. Así, en una paralela implícita con la ley seca de la Norteamérica de los años veinte, se expuso el posible efecto de fomento de la delincuencia que puede tener la represión del consumo de drogas, al crear un mercado negro que supone un mayor beneficio para el traficante y unos altos precios de la droga, que inducen al adicto al robo o atraco para poder adquirir la droga.

También se trataron varias modalidades nuevas de delincuencia, como la violación de leyes de protección del medio ambiente o la criminalidad de cuello blanco o económica, especialmente en lo que se refiere a la manipulación ilícita de ordenadores.

Inseguridad ciudadana y negocio

Otra cuestión de especial interés, habida cuenta de la situación criminal española, es la elaboración de estadísticas de delitos, su manipulación y su impacto sobre la opinión pública. Según estimaciones generales, el índice habitual de delitos denunciados -los que aparecen en las estadísticas- no suele superar el 20% de los delitos efectivamente cometidos. El número de los delitos denunciados está en proporción directa a la credibilidad y eficacia policial, según estudios criminológicos. Otro fenómeno directamente relacionado con la sensación de inseguridad ciudadana es la aparición de las empresas de seguridad, que se nutren directamente de la misma. Estas empresas, que se han convertido en enormes negocios en los países occidentales, necesitan una población con sensación de inseguridad y una policía estatal desacreditada, ya que sólo así garantizan sus ventas y contratación de sus agentes privados.

"La psicosis de inseguridad ciudadana no sólo vierte dividendos políticos a los círculos políticos que propugnan una primacía absoluta de la represión, especialmente en los delitos contra la propiedad, sino también dividendos económicos para los propietarios de las empresas de seguridad, que muchas veces son los mismos", según señaló un asistente al congreso.

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