Por HERMANN TERTSCH
El País, Berlín,
17.09.02
ELECCIONES EN ALEMANIA
El candidato democristiano recurre al debate sobre los
extranjeros acosado por los sondeos
Cinco días faltan para la jornada electoral en Alemania y
los candidatos parecen decididos a utilizar todos los recursos posibles,
incluidos los más demagógicos, para arrancar votos al electorado. En un indicio
más de que en la CDU/CSU cunde el nerviosismo, cuando no el pánico, ante unos
sondeos que la dan como perdedora de unas elecciones que creía ya ganadas, ayer
sus dirigentes se lanzaron como un solo hombre a agitar el miedo a la
inmigración como una baza de última hora.
Hasta la pasada semana, Stoiber y su partido democristiano
habían evitado utilizar inmigración e integración de extranjeros como arma
electoral por temor a que ello facilitara en extremo a sus adversarios del SPD
y Verdes destruir la imagen de moderación que ha querido imprimir a toda su
campaña. También porque la política socialdemócrata de inmigración bajo el
mando del ministro del Interior, Otto Schilly, no se diferenciaba demasiado de
cualquiera que él hubiera podido defender sin riesgo de ser tachado de xenófobo
y populista derechista al estilo de Jörg Haider.
Pero la evolución de las encuestas ha convencido a la CDU de
que no puede renunciar a ningún argumento si quiere evitar un fracaso el
próximo domingo que supondría la más amarga de las derrotas. La imagen del
político serio y competente en cuestiones económicas ya no es suficiente para
volver a dar un giro a las expectativas de voto, según opinan los estrategas de
los democristianos. Ni siquiera los nuevos datos económicos que recortan aún
más las expectativas de crecimiento para este año, ya modestísimas, del 0,75%
pueden ya traer consigo el necesario cambio de tendencia. Los datos que
publicaba ayer el semanario Der Spiegel eran demoledores para
Stoiber. A la pregunta sobre a quién querían ver los encuestados asumiendo un
mayor papel político, Schröder sube seis puntos en un mes y se acerca con 73 a
la máxima popularidad de la clase política alemana, que ostenta precisamente su
aliado de coalición, el ministro de Asuntos Exteriores, Joschka Fischer, con
81. Mientras, Stoiber pierde cinco puntos para quedarse en unos lejanos 50
puntos. También la presidenta del CDU, Angela Merkel, pierde cuatro puntos.
Intervención en Irak
El eco de la 'campaña de sentimientos' del canciller Gerhard
Schröder con su negativa rotunda a toda implicación en una posible intervención
en Irak, repetida ayer una vez más, y tan criticada por demagógica como
efectiva entre el electorado de izquierda, incluido el del partido ex comunista
de la RDA (PDS), ha sido muy fuerte y la CDU ha llegado a la conclusión de que
sin un mensaje 'de sentimientos o emociones', aunque sea el miedo, no pueden
competir ya en estos últimos cinco días. Si Schröder ha recurrido al pacifismo
a ultranza, incluso arriesgando un aislamiento de Alemania en Europa, Stoiber
asume ahora la agitación del miedo al inmigrante como último recurso electoral.
Si la campaña comenzó tediosa y políticamente plana, al final ha entrado en una
dinámica zafia y demagógica en la que se alternan golpes bajos entre los
candidatos con cánticos a los peores instintos.
La semana pasada, durante el debate sobre los presupuestos
en el Bundestag, Stoiber aludió por primera vez al problema de la inmigración.
Pero ayer el salto cualitativo fue evidente cuando el ministro del Interior de
Baviera, Günther Beckstein, de la CDU, y el jefe del Gobierno del Sarre, Peter
Müller, presentaron sus conceptos para atajar el problema con medidas
restrictivas, en sí quizá discutibles, pero achacando a los inmigrantes gran
parte de los problemas de Alemania, desde el paro a la falta de preparación de
sus universitarios. Stoiber dijo que Alemania no puede absorber más inmigrantes
con cuatro millones de parados. 'Cuando tienes más de cuatro millones de
parados, es irresponsable abrir el mercado laboral a todo el mundo', dijo
Stoiber a la televisión ZDF.
El ministro del Interior, Schilly, respondió a las
propuestas democristianas con sorna, y acusó a Beckstein y a Müller de intentar
generar resentimiento y miedo entre la población alemana. Schilly recordó que
no hace mucho ardían en Alemania albergues de refugiados y asilados y tachó por
ello de irresponsable estrategia 'este lamentable intento de evitar una
inminente y humillante derrota'. También el Partido Liberal (FDP) que se
declaraba aliado natural de la CDU parece ya convencido de la derrota de
Stoiber y sus líderes llevan días -hoy otra vez su candidato Guido Westerwelle-
ofreciéndose al SPD para una alianza. No obstante, en la prensa alemana se da
por seguro que, de ser aritméticamente posible y parece que lo será, Schröder
repetirá coalición. Y le sería aún más fácil incluso si, como también comienza
a quedar claro, el PDS, salvo milagro, no alcanza el 5% necesario para acceder
al Parlamento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario