EL PAÍS Viena, 17.01.83
La conferencia federal del Partido Socialista austríaco
(SPOE), que acaba de celebrarse en la ciudad de Graz, marcó el comienzo de la
pugna electoral en Austria, a más de tres meses del 24 de abril, fecha prevista
para las elecciones. En un clima político de crispación, por el anuncio del Gobierno de nuevos impuestos para después de los comicios, si se mantiene en el
poder, los socialistas elaboraron sus listas electorales y su programa para
"el más duro enfrentamiento político en Austria en los últimos tiempos",
tal como calificó el canciller Bruno Kreisky a la próxima confrontación en las
urnas.
La conferencia del SPOE aprobó el nuevo paquete fiscal,
incluido como cruda promesa electoral en un programa con el que espera
mantenerse en el poder tras trece años ininterrumpidos de ejercerlo.
Los nuevos impuestos que el Gobierno proyecta implantar son
un gravamen sobre los intereses de las cartillas de ahorro que superen los
100.000 chelines (740.000 pesetas) y otro sobre los dos sueldos
extraordinarios, de vacaciones y Navidad, que reciben anualmente los
austriacos.
Los partidos de la oposición, el conservador OEVP y el
liberal FPOE, acusan a los socialistas de querer financiar lo que califican de
"política del despilfarro" con nuevas cargas impositivas a los pequeños
ahorradores.
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