EL PAÍS Viena, 22.09.83
El vicepresidente de Estados Unidos, George Bush, anunció
ayer en Viena que la Administración norteamericana otorgará un trato selectivo
y diferenciado a los diversos países de la órbita soviética y tratará de no
implicarlos en las tensiones entre Washington y Moscú.
Esta política de mayor contacto incluirá la concesión de
beneficios comerciales y financieros a los países socialistas que practiquen
una política internacional más independiente del Kremlim y realicen avances en
la liberalización económica y en el respeto a los derechos humanos.
Según Bush, la evidente intención norteamericana de fomentar
la desvinculación entre estos países y la Unión Soviética no contradice los
acuerdos de Yalta. Respecto a estos acuerdos, señaló que existe un
malentendido, ya que en ellos no se dividía Europa en esferas de influencia de
las superpotencias, sino que, por el contrario, los firmantes se comprometían a
una responsabilidad común sobre los territorios liberados del nazismo.
Según Bush, fue la URSS la que violó los acuerdos de Yalta
al no permitir, como había prometido, que Polonia y los demás países de Europa
del Este accedieran a la plena soberanía e independencia.
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