EL PAÍS Viena, 22.04.83
Los socialistas austriacos, ante una difícil prueba /y 2
Consciente de que su prestigio personal es el mayor capital
político del Partido Socialista de Austria (SPOE), el canciller austriaco,
Bruno Kreisky, ha basado toda la campaña electoral para los comicios del
domingo próximo, en la continuidad, "porque no están los tiempos para
experimentos", y se remite a sus éxitos pasados y a su experiencia de
gobernante. Bruno Kreisky se sigue manteniendo firme en su política económica
basada en el principio del mantenimiento del nivel del empleo a costa de un
mayor endeudamiento exterior. "Más vale endeudarse para mantener los
puestos de trabajo que tener que endeudarse después para mantener a los
parados".
El Partido Populista Austriaco
(OEVP, democristiano) encabezados por su candidato a la cancillería, el abogado
Alois Mock, acusa al Gobierno de "endeudar a las generaciones futuras con
una política de despilfarro". El OEVP propone un plan de ahorro,
especialmente en el sector público y en la Administración, para crear
posteriormente puestos de trabajo "con los miles de millones que devoran
la burocracia y las empresas inviables". En general, el candidato
democristiano se presenta con un programa muy similar al del presidente
germanooccidental Helmut Kohl en las elecciones del 6 de marzo.
La situación económica, sus
posibles soluciones, así como la corrupción y el medio ambiente han sido los
principales temas debatidos en la campaña electoral. La política internacional
no ha surgido apenas a debate, en parte porque el jefe de la oposición es
consciente de no poder competir con la experiencia y prestigio de Kreisky en
este terreno, y en parte porque el propio Kreisky ha querido evitar que se le
acusara de prestar más interés a cuestiones internacionales que a los problemas
internos.
En cuanto a los demás partidos
que concurren a los comicios, el Partido Liberal de Austria (FPOE), presente en
el Parlamento disuelto con 11 diputados, se podría ver perjudicado el día 24
por la irrupción del partido verde (VGOE) en la escena política austriaca,
aunque las posibilidades de los liberales parecen haber aumentado gracias a la
descomposición de los VMAN, un partido ecologista de clara tendencia
conservadora y constituido por una miscelánea de personajes cuya única
característica común demostrada durante la campaña ha sido el afán de
personalismo.
EL partido comunista (KPOE),
que fue, con socialistas y democristianos, el tercer partido en las primeras
legislaturas de la posguerra, aportando incluso ministros al Gobierno, lleva ya
24 años sin conseguir escaño. Sus consignas son simples transcripciones de la
política soviética, y sus posibilidades de entrar en el próximo Parlamento son
prácticamente nulas.
Pacifistas y ecologistas
La lista alternativa (ALOE),
un partido integrado por pacifistas y ecologistas de izquierda, ideológicamente
afín a los verdes alemanes, se presenta también por primera vez a unas
elecciones. Sus posibilidades de acceder al Parlamento son escasas, ya que, a
pesar de sus esfuerzos por capitalizar el recelo de la juventud hacia los
partidos tradicionales, parte de ésta votará la lista socialista para evitar
una caída de Kreisky.
Por último, ha causado
verdadera conmoción en los partidos políticos el éxito de una candidatura
neonazi denominada Auslaender-Halt-Bewegung (AUS) (Movimiento de Contención de
los Extranjeros), que ha logrado las 500 firmas necesarias para poder
presentarse a los comicios. La Fiscalía del Estado ha solicitado ya el
procesamiento de sus máximos dirigentes por difundir consignas racistas y en
contra del Estado democrático.
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