EL PAÍS Viena, 18.05.83
El congreso extraordinario del Partido Socialista Austriaco
(SPOE), convocado tras la pérdida de la mayoría absoluta en las elecciones del
pasado 24 de abril, se convirtió ayer en una despedida emocionada de su
presidente, Bruno Kreisky, que ha gobernado Austria durante 13 años
ininterrumpidos. El jefe del Estado ha encargado al socialista Fred Sinowatz la
formación de nuevo Gobierno. Ante 580 delegados, reunidos en el palacio de
Deportes de Viena, Kreisky ratificó su retirada definitiva de la vida política,
aunque seguirá siendo presidente del SPOE hasta otoño.
Tras analizar brevemente el resultado de las elecciones y
criticar a los conservadores del Partido Popular Austriaco (OEVP), por su
política "populista y demagógica", Kreisky defendió la alianza con el
partido liberal que, según manifestó, es la única forma posible de seguir
"la senda austriaca" tomada por él en 1970. En una despedida personal,
visiblemente emocionado y con voz ahogada, el viejo canciller saliente dijo que
los 55 años que ha servido al partido han llenado de sentido su vida, por lo que
dio las gracias a todos. Una impresionante ovación por parte de los asistentes
al congreso cerró las palabras de Kreisky, manteniéndose mientras éste se
retiraba de la tribuna de oradores.
El congreso aprobó la política de coalición, con el partido
liberal, propugnada por el propio Kreisky y su sucesor, Fred Sinowatz, a pesar
de que en las últimas semanas habían surgido voces críticas a esta coalición en
el seno del SPOE, que recomendaban el paso del partido a la oposición.
Sinowatz, que ayer recibió el encargo del presidente de la
República, Rudolf Kirchschlaeger, para formar Gobierno, como candidato del
partido mayoritario, tiene así las manos libres para crear la coalición social
liberal. El borrador del acuerdo entre ambos partidos se firmará hoy y
presumiblemente será hecho público mañana.
Problemas con los liberales
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