EL PAÍS Viena, 27.04.83
Tras la designación, por parte del Partido Socialista
austríaco (SPOE), de Fred Sinowatz, hasta ahora vicecanciller y ministro de
Educación, como sustituto de Bruno Kreisky en la candidatura a la cancillería,
continúan las negociaciones entre los tres partidos parlamentarios para buscar
una mayoría de gobierno.
El presidente de la República, Rudolf Kirchschlaeger, aceptó
ayer la dimisión del hasta ahora canciller, Bruno Kreisky, y de su Gobierno en
pleno. El Gabinete dimisionario continuará en sus funciones hasta la
constitución del nuevo Parlamento, que deberá tener lugar antes del 24 de
mayo. El Gobierno de Kreisky celebró ayer su último Consejo de Ministros antes
de ser recibido por el jefe del Estado. En la charla posterior con los
periodistas, que Kreisky ha institucionalizado en sus 13 años de gobierno, el
canciller saliente excluyó prácticamente la posibilidad de que el partido
socialista forme un Gobierno minoritario.
Se perfila así como coalición más probable el pacto entre
socialistas y liberales del FPOE. El canciller reafirmó que asumía
personalmente toda la responsabilidad de la derrota de su partido al no
alcanzar la mayoría absoluta. Respecto a las causas del resbalón, que muchos
observadores ven en su política económica y en su insistencia en construir un
complejo internacional en Viena, que cuenta con la oposición de gran parte de
la población, Kreisky manifestó que seguía convencido de que sus medidas habían
sido adecuadas y necesarias.
En cuanto al paquete fiscal de Mallorca, como
se ha dado en llamar en Austria al paquete de nuevos impuestos elaborado por
Kreisky durante sus últimas vacaciones invernales en su casa en la isla balear,
el anciano canciller ratificó que había sido un proyecto suyo, presentado a los
gremios del partido, y, por tanto, una iniciativa personal cuya responsabilidad
recae únicamente sobre él. Añadió que, evidentemente, se había equivocado al
pensar que los austriacos comprenderían la necesidad de sacrificios para
mantener el nivel de vida de la población y luchar contra el paro.
Preguntado si iba a echar de menos algo en particular de las
tareas de gobierno, Kreisky dijo que, "mirándolo bien, absolutamente
nada". El canciller acusó a gran parte de la Prensa austriaca de haber
colaborado para derribar al Gobierno, y, en un clásico alarde de ironía,
declaró que el gran drama periodístico está "en que los editores son muy
avaros, no aumentan las plantillas de las redacciones y obligan a los
periodistas a tratar todo tipo de temas. No es, por tanto, de extrañar que los
periodistas escriban sobre cuestiones que no conocen". El canciller no
excluyó la posibilidad de que se llegue a la formación de un Gobierno de
conservadores y liberales. En este sentido, las Juventudes Socialistas
recomendaron públicamente al partido el paso a la oposición, "ya que el
SPOE no debe hacerse responsable en un Gobierno de coalición de medidas
antiobreras y antipopulares".
No hay comentarios:
Publicar un comentario