El País, Viena, 04.04.84
Claudio Abbado será, a partir de 1986, el director musical
de la Ópera Estatal de Viena. Los insistentes rumores en este sentido que
habían surgido en medios culturales vieneses, tras el anuncio oficial de la no
renovación del contrato al actual director de la Ópera, Lorin Maazel, y su
sustitución por el actual director de la ópera de Zurich, Claus Helmut Drese,
fueron confirmados formalmente por el ministro austriaco de Educación y
Cultura, Helmut Zilk. Abbado pasa así a ocupar un puesto creado especialmente
para él, y formará un tandem con Drese para dirigir, durante al menos
cinco años, la Ópera Estatal de Viena. La creación de este puesto de director
musical obedece a las duras críticas surgidas en la Prensa y el público de
Viena por una supuesta incapacidad del actual director Lorin Maazel para
compaginar las dos labores que le están encomendadas, la gestión empresarial y
administrativa de la dirección de la Ópera y la tarea estrictamente artística
musical. Aunque los ataques a Maazel se dirigían, fundamentalmente, a su
gestión administrativa y de repertorio, y la hostilidad del público vienés
hacia este director no ha llegado al extremo de discutirle su calidad como
director y su virtuosidad musical, el nombramiento de Abbado ha sido recibido
con enorme satisfacción en los medios culturales austriacos. Abbado, que
estudió dirección en Viena, cuenta en esta ciudad con gran aceptación, lo que le
supone una ventaja decisiva respecto a Maazel, que nada más ser nombrado
director fue objeto de las primeras críticas.
A partir de 1986, Abbado dirigirá óperas exclusivamente en
Viena, y a partir del año siguiente, y siempre que se lo permitan sus compromisos
ya establecidos, dirigirá al menos dos estrenos producciones en la Ópera
Estatal y 30 funciones por temporada. Aparte de su lazo con la orquesta de
Londres, Abbado se ha comprometido a no ocupar puesto fijo alguno, lo que le
permitirá dedicarse con práctica exclusividad a sus tareas en Viena, lo cual no
significa, "por supuesto", como destacó el propio Abbado, que no vaya
a dirigir en Salzburgo.
Como ejes de su futura labor en Viena, Abbado ha citado la
renovación del repertorio de óperas -un tanto apolillado, según
algunos críticos musicales-, incluyendo óperas contemporáneas y el acercamiento
de la ópera a la juventud. También ha anunciado una intensificación de
funciones propias de la Ópera Estatal de Viena en el exterior. Abbado y Drese
están plenamente de acuerdo respecto a las directrices artísticas a tomar,
según han reiterado en los últimos días. El director italiano insistió en la
necesidad de que "todos los principales directores del mundo" deben
estar presentes en la realización del repertorio de la Ópera de Viena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario