El País, Viena, 19.04.84
El comunicado conjunto húngaro-soviético publicado ayer con
ocasión de la visita a Budapest del ministro soviético de Asuntos Exteriores,
Andrei Gromiko, en el que se afirma que, "incluso en las actuales
circunstancias", es posible el retorno a una política de distensión entre
los bloques, puede ser el primer indicio de un cambio de actitud del Pacto de
Varsovia en la reunión de sus ministros de Asuntos Exteriores que comienza hoy
en la capital húngara. Por primera vez, la retirada de los misiles
norteamericanos en Europa occidental no es considerada condición indispensable
para la reanudación del diálogo con Occidente. Gromiko, que finalizó ayer su
visita oficial a Hungría, permanecerá en Budapest para asistir a la primera
reunión de los responsables de la política exterior del Pacto de Varsovia desde
el comienzo del despliegue de los euromisiles de la OTAN y la consiguiente
retirada de la Unión Soviética de las negociaciones sobre limitación de
armamento nuclear de Ginebra.
En los últimos meses, varios países aliados de la URSS han
mostrado de forma más o menos velada, según los casos, su deseo de que los
soviéticos busquen una forma de retornar a los foros de negociación. En la
reunión que comienza hoy, países como Hungría, Rumanía, Bulgaria y la República
Democrática Alemana pueden presionar para que la URSS se avenga a poner fin a
una política aislacionista que grava sus intereses.
El deseo de estos países por compensar con una política
exterior autónoma hacia Occidente la falta de diálogo entre las superpotencias
ha conducido a una descoordinación de las relaciones exteriores de los miembros
del Pacto.
Los ministros pueden estudiar también las nuevas propuestas
de la OTAN para desbloquear la conferencia de Viena sobre la reducción mutua y
equilibrada de tropas en Europa (MBFR), que serán presentadas oficialmente hoy
en la capital austriaca, pero que ya fueron comunicadas ayer informalmente a las
delegaciones de los países socialistas.
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