miércoles, 21 de septiembre de 2016

LA CONFERENCIA SOBRE REDUCCIÓN MUTUA DE TROPAS EN EUROPA SE REANUDA HOY EN VIENA

Por HERMANN TERTSCH
El País,  Viena, 16.03.84


La conferencia de Viena sobre la Reducción Mutua y Equilibrada de Fuerzas en Europa (MBFR) se reanuda hoy tras un paréntesis de tres meses forzado por el Pacto de Varsovia, que en la última sesión celebrada el pasado día 15 de diciembre se negó a fijar fecha para un nuevo encuentro en represalia por el comienzo del despliegue de misiles norteamericanos en Europa occidental.
Ayer, el ministro austriaco de Asuntos Exteriores, Erwin Lanc, exhortó a la Alianza Atlántica y al Pacto de Varsovia, en nombre de su Gobierno, a que intenten un acuerdo en el foro de negociación, cuya reapertura se produce al mismo tiempo que se clausura en Estocolmo la primera sesión de la Conferencia de Desarme en Europa. El aplazamiento sine die de la Conferencia de Viena que seguía a la retirada soviética de las conversaciones de Ginebra sobre misiles de alcance medio o tácticos (INF) y sobre armas estratégicas (START) fue justificado por el bloque oriental señalando que la instalación de los euromisiles suponía un cambio sustancial de la situación global europea y, por tanto, afectaba también a las negociaciones sobre reducción de tropas "al crear una amenaza adicional y cualitativamente nueva para los países del Pacto de Varsovia".
La Conferencia de Viena tiene como objetivo la reducción de la densidad de tropas estacionadas en la región centroeuropea compuesta por Alemania Occidental, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Alemania Oriental, Checoslovaquia y Polonia. Participan en la misma todos los países que mantienen tropas en dicha zona, excepto Francia. Por parte de la OTAN son Estados Unidos, Alemania Occidental, el Reino Unido, Canadá, Holanda, Bélgica y Luxemburgo, y el Pacto de Varsovia está presente con la URSS, Alemania Oriental, Checoslovaquia y Polonia. Asisten como observadores los miembros de la OTAN, Italia, Dinamarca, Noruega, Grecia y Turquía, y del Pacto de Varsovia, Hungría, Rumanía y Bulgaria.
La reapertura de las negociaciones, que fue acordada por el secretario de Estado norteamericano, George Shultz, y el ministro soviético de Asuntos Exteriores, Andrei Gromiko, en la entrevista que mantuvieron en enero durante la apertura de la Conferencia de Estocolmo sobre desarme en Europa, ha estado precedida por diversas informaciones de la Prensa norteamericana que sugieren un cambio de actitud de Washington con vistas a desbloquear estas negociaciones, que se prolongan ya más de 10 años sin resultado concreto alguno. Según estas fuentes, Estados Unidos renunciaría a un recuento de los soldados del Pacto de Varsovia en el continente, contentándose con contabilizar las unidades de combate.
La discrepancia entre las dos partes negociadoras sobre el número real de tropas del bloque socialista ha sido uno de los principales obstáculos para un acercamiento de las posiciones. El Pacto de Varsovia asegura que mantiene en Europa 980.000 soldados, mientras los aliados occidentales sostienen que son 1.160.000. Ante la dificultad de establecer el número exacto de soldados del adversario, Washington parece dispuesto a hacer un recuento de las unidades de apoyo y capacidad de combate, cuyos datos son verificables por medio de satélites espías.

Occidente pide, para la fase inicial de una reducción de tropas escalonada, la retirada de 30.000 soldados soviéticos, y ofrece una reducción del contingente norteamericano en 13.000 hombres. El Pacto de Varsovia propone la retirada de 20.000 de sus soldados y acepta la cifra de 13.000 norteamericanos, si bien insisten en que estas tropas deben abandonar Europa con todo su material y armamento. Los dos bloques han llegado a un acuerdo de principio para situar el techo común de tropas tras las reducciones en 700.000 soldados de tierra y 200.000 de aire.

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