El País, Viena, 20.02.84
Delegaciones de Estados Unidos y la Unión Soviética se han
reunido durante tres días en la Embajada norteamericana en Viena para estudiar
diversos aspectos del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), en lo que
supone el primer contacto negociador oficial entre las superpotencias tras la
muerte de Yuri Andropov y el nombramiento de Constantin Chernienko como jefe del
Partido Comunista de la URSS.
La reunión, interrumpida el sábado sin fecha conocida para
su reanudación, produjo resultados positivos, según fuentes norteamericanas
que, sin embargo, se negaron a facilitar detalles. Según un comunicado de la
agencia soviética Tass, también difundido por las agencias de Europa Oriental,
la reunión giró en torno a la preparación de una conferencia para la revisión
del Tratado de No Proliferación que está prevista para 1985. También se trataron
diferentes medidas para fortalecer el sistema de seguridad del organismo
internacional de energía atómica (IAE), con sede en Viena, con objeto de evitar
filtraciones en el mismo que puedan afectar negativamente a la no
proliferación, así como del control de las exportaciones de material nuclear,
equipamiento y tecnología.
El Tratado de No Proliferación Nuclear entró en vigor el 5
de marzo de 1970, y ha sido ratificado desde entonces por 121 países. Objetivo
de este tratado es impedir que países que no sean las potencias nucleares tradicionales puedan
disponer de armamento nuclear. Este objetivo es -lógicamente- compartido por
las dos mayores potencias, lo que explica, como señalan observadores políticos
en Viena, que el clima de extremada tensión entre las superpotencias, no haya
puesto nunca en serio peligro la continuación de estas conversaciones. Fuentes
diplomáticas norteamericanas han reconocido no haber puesto en duda nunca la
continuidad de estos contactos, aunque las gélidas relaciones con la URSS les
afectaran de forma negativa.
La noticia sobre esta reunión fue dada a conocer en primer
lugar por parte norteamericana, en declaraciones del jefe de la delegación, el
embajador plenipotenciario y especialista en cuestiones nucleares. Richard
Kennedy a tina agencia de su país. Tan sólo después del sábado, cuando se daba
por terminado el ciclo de sesiones de tres días, fue confirmada la noticia
por la agencia soviética, que habló de "común acuerdo para continuar estos
intercambios de opiniones".
Según analistas políticos, el anuncio de la reunión por
parte norteamericana se enmarca en el claro interés de Estados Unidos por crear
la impresión de que en la Unión Soviética existe ya una disposición negociadora
que no existía en vida de Andropov y que los misiles norteamericanos en Europa
ya no son vistos en el Kremlim como un obstáculo insalvable para el diálogo.
Esta impresión se ve apoyada por la formulación general del
anuncio norteamericano que induce a interpretar la reunión como una reanudación
de los contactos que afectan al potencial nuclear de las dos superpotencias. La
agencia soviética, en cambio, no habla de avances en la reunión.
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