El País, Viena, 05.02.84
Tal como se preveía, sin resultados concretos para el
diálogo Este-Oeste, finalizó ayer el viaje de la primera ministra Margaret
Thatcher a Hungría, primer país del Pacto de Varsovia que visita en sus ya
cinco años de mandato.
Punto culminante de los tres días de contactos políticos de
Margaret Thatcher en Budapest fue la entrevista que sostuvo el viernes en el
Parlamento con el jefe del partido comunista y máximo dirigente del país,
Janos Kadar. Su principal, virtud -ya que, dadas las evidentes discrepancias
entre ambos, no cabían esperarse resultados espectaculares- ha sido el
demostrar que el diálogo entre ambos bloques es posible, además de necesario.
Así lo han interpretado los medios húngaros, que en todo momento han mantenido
un tono muy conciliador hacia la primera ministra británica. Estos medios, al
igual que Thatcher, en rueda de prensa, poco antes de regresar a su país, han
señalado que los contactos giraron fundamentalmente en torno al diálogo
Este-Oeste. Las lógicas diferencias en la interpretación de la situación
internacional y sus causas quedaron en evidencia en los discursos pronunciados
el viernes en una cena que el primer ministro húngaro, Gyorgy Lazar, ofreció a
su huésped. Thatcher reiteró el deseo occidental de reanudar las negociaciones
sobre misiles indicando que "no están los tiempos como para que estén
vacías las sillas en Ginebra".
Lazar, por su parte, defendió
la postura soviética, achacando al despliegue de los euromisiles toda la
responsabilidad de la tensión en Europa.
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