El País, Viena, 09.04.84
La ruptura total entre Lorin Maazel y la dirección de la
Ópera estatal de Viena se consumó el viernes, al anunciar el director
norteamericano su decisión de rescindir unilateralmente su contrato como
director de la Ópera y abandonar definitivamente Viena al concluir la presente
temporada, en el próximo mes de junio. Maazel le comunicó ayer por escrito sus
intenciones al ministro austriaco de Educación y Cultura, Helmut Zilk.
El ministro, por su parte, convocó de inmediato una reunión
urgente de la dirección de los teatros federales austriacos, en la que se
acordó nombrar al austriaco Egon Seefehlner, actualmente catedrático del
Conservatorio de Viena, como director interino, hasta que el nuevo director
designado, Claus Helmut Drese, actualmente ligado a la Ópera de Zurich, ocupe
su puesto, en 1986. A finales del pasado mes el ministro ya había anunciado que
el contrato de Lorin Maazel, a expirar en 1986, no sería renovado, ya que éste
no reunía las "condiciones adecuadas" para continuar en el puesto.
Pocos días más tarde, el ministro presentaba a Helmut Drese
como el futuro sucesor de Lorin Maazel, y a Claudio Abbado para ocupar el
puesto recién creado de director musical de la ópera estatal.
Maazel abandona Viena tras una larga serie de
enfrentamientos con el público de la ópera, la crítica especializada y,
últimamente, con el ministro Zilk. En la carta que anunció su decisión de
desligarse definitivamente de la ópera de Viena, Maazel responde en términos
muy duros y con evidente amargura debida a las críticas a su gestión, que
recientemente había expresado el ministro.
Éste le había reprochado sus largas ausencias de la capital
austriaca, debidas a sus giras y su "escasa atención" a las
costumbres austriacas, y había puesto en duda la capacidad de Maazel a la hora
de tomar decisiones en el terreno artístico.
Lorin Maazel señala en su escrito que "un invitado debe
saber cuándo tiene que hacer las maletas e irse", y arguye que las
críticas del ministro habían socavado su autoridad, lo que hacía imposible una
actividad constructiva durante los dos años que hubiera tenido que seguir al
frente de la Ópera estatal para acabar el contrato en estos momentos vigente.
De la carta de Maazel se desprende que, a partir de la
próxima temporada, tampoco está dispuesto a actuar en la ópera de Viena como
director de orquesta, con lo que responde negativamente a la oferta hecha por
Claudio Abbado, quien había señalado que quería poder contar con Maazel para
dirigir en Viena, "al igual que con todos los otros grandes directores del
mundo".
La retirada de Lorin Maazel evoca la caída de otros
directores de la Ópera de Viena, que fueron también objeto de violentas
campañas, como Mahler, Böhm o von Karajan.
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