El País, Viena, 01.04.84
MUERE UNO DE LOS MÁXIMOS RENOVADORES DEL VATICANO II
Karl Rahner, uno de los teólogos más destacados de este
siglo, cuya influencia en las directrices emanadas del Concilio Vaticano II se
considera decisiva, murió el viernes, en una clínica de Innsbruck, a causa de
un fallo cardíaco. Rahner había celebrado su 80 cumpleaños el pasado día 5 de
marzo. Su muerte fue hecha pública ayer por el padre jesuita Josef Mullner,
rector del colegio de la Compañía de Jesús en Innsbruck, en el que Rahner vivía
desde su jubilación como catedrático de Dogmática.
Resulta significativo sobre la personalidad de Rahner que
uno de los primeros en pronunciarse sobre su muerte fuera el ministro del
Interior y vicepresidente del Partido Socialista de Austria, Karl Blecha. Éste
destacó ayer la labor de Rahner en la consecución de un "diálogo fructífero"
entre cristianos y socialistas. Desde una postura de absoluta fidelidad a la
Iglesia de Roma, el teólogo ahora fallecido se esforzó siempre por buscar vías
de diálogo entre la Iglesia y fuerzas y fenómenos extraños a la misma. Como
señaló el arzobispo austríaco, cardenal Franz Koenig Rahner hizo gala durante
toda su vida de una sensibilidad especial hacia los problemas del hombre de
nuestro tiempo, que afrontaba con espíritu abierto y "amor a la
Iglesia". Koenig reveló ayer que, en un principio, cuando invitó a Rahner
a acudir a Roma al Concilio Vaticano II en calidad de asesor, éste se negó,
alegando sus dificultades de entendimiento con la Curia romana. Finalmente, el
teólogo aceptó la invitación y se convirtió -en palabras de Koenig- en un
"gran propulsor del Concilio".
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