El País, Madrid, 10.02.85
CRIMINALES DE GUERRA NAZIS
El retorno a Austria del criminal de guerra nazi Walter
Reder, a finales de enero, tras cumplir 34 años de condena en Italia, provocó
un escándalo de enormes dimensiones y estuvo a punto de desencadenar una crisis
de Gobierno en Viena. La plácida Austria, sumida voluntariamente en una
profunda amnesia histórica en relación con el nacionalsocialismo, vio cómo
retornaba Reder, todo un símbolo del entusiasmo pangermanista nazi de muchos
austriacos en aquella época, y cómo éste era recibido en el aeropuerto por el
joven ministro de defensa, Friedhelm Frischenschlager. Reder abandonó ayer con
destino desconocido el cuartel de Baden en el que estaba recluido desde su
llegada a Austria.
Ni los fascistas más optimistas lo hubieran creído posible.
El inusual honor para un criminal de guerra responsable de la ejecución de más
de 1.800 hombres, mujeres y niños italianos, en lo que se conoce como la matanza
de Marzabotto, provocó indignadas protestas en todo el mundo. El partido
liberal austriaco (FPOE), del que es miembro el ministro y que forma la
coalición gubernamental con los socialistas, respaldó plenamente la acción de
Frischenschlager, "que tan sólo había ido para cubrir los detalles
técnicos del regreso de Reder", según adujo.
El FPOE es el tradicional refugio político de los
pangermanistas y fascistas irredentos austriacos, y algún dirigente local del
mismo no dudó en calificar a Reder de "soldado que luchó heroicamente por
su patria". La cuestión se solventó con una moción de censura derrotada.
El ministro sigue en su puesto.
Antisemitismo
El caso Reder es, sin embargo, algo más que el
regreso de un anciano y el exceso de celo de un joven político deseoso de
captar la clientela, no escasa, de extrema derecha. Toda la labor educativa de
la Austria de la posguerra no ha podido eliminar el tradicional antisemitismo
de su población. "El alemán es un buen nazi y un mal antisemita; el
austriaco es mal nazi, pero excelente antisemita", se solía decir cuando,
tras la entrada de Austria en el III Reich, se abrió la veda contra
la numerosa colonia judía que, procedente del Este, se había radicado en la
capital austríaca.
En las escuelas se omite o se trata de forma muy fugaz
este espinoso tema. Los que insisten en recordar aquella época o
buscan, como el cazanazis Simon Wiesenthal, a los responsables de
crímenes insólitos, son tachados de rencorosos. "Ya hace 40 años de
esto, ya está bien de hablar de aquello". La superación de la historia
tiene aún mucho camino por delante.
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