El País, Viena, 17.02.84
El ministro español de Asuntos Exteriores, Fernando Morán,
llegó ayer tarde a Viena, donde durante dos días estudiará con las autoridades
austriacas diversos aspectos de las relaciones entre ambos países,
preferentemente en el terreno económico, donde el déficit comercial español se
ha deteriorado notablemente en los últimos años. El ministro español de Asuntos
Exteriores se entrevistará hoy con el presidente austríaco, Rudolf Kirchslaeger
y con el canciller Fred Sinowatz. Si bien las fuentes austriacas destacan el
contenido político de esta visita, centrado en el intercambio de puntos de
vista entre Viena y Madrid sobre los principales focos de tensión
internacional, como Centroamérica, Oriente Próximo y las relaciones Este-Oeste,
la estancia de Morán en Viena tendrá un eminente carácter económico. El
ministro español puede a la capital austriaca para presidir la comisión mixta
hispano-austriaca, reunida desde ayer, en la que se tratan los aspectos
económicos de las relaciones bilaterales, y en especial el grave deterioro de
la balanza comercial española con Austria. La composición de la delegación
española, que se encuentra en esta capital desde el miércoles, confirma ese
carácter económico de los contactos, con la presencia de directivos del
Instituto Nacional de Industria y empresarios de la CEOE.
El déficit de España con Austria alcanzó en 1983 un nuevo
punto máximo de 2.728 millones de chelines (alrededor de 22.000 millones de
pesetas) de saldo desfavorable. En ese año, las exportaciones españolas a
Austria aumentaron en un 27,2% mientras las importaciones de productos
austriacos crecían en un 100,1%. La tasa de cobertura de España en su intercambio
comercial con Austria llegó así al punto mínimo del 40,9%. Fuentes españolas en
Viena no han ocultado su malestar por lo que consideran una política
discriminatoria austriaca hacia ciertos productos españoles, tales como el vino
o los fosfatos.
Las relaciones políticas entre los dos países, calificadas
repetidamente como excelentes por ambas partes, no parecen por tanto tener una
continuación en el terreno económico, y España se encuentra con crecientes
dificultades en su intento de mejorar su maltrecha balanza comercial. Como
fórmula compensatoria a este desequilibrio, el Gobierno austriaco sugirió
durante la visita oficial del presidente del Gobierno español, Felipe González,
a Austria en el pasado mes de noviembre, fórmulas de cooperación hispano-austriaca
en terceros países.
Destaca dentro de este contexto el interés austriaco por
penetrar en el mercado latinoamericano de la mano de empresas españolas. No
obstante, fuentes españolas en Viena expresaron a este periódico sus dudas
sobre un posible desarrollo de las relaciones en este sentido, dadas las
reticencias austriacas a ofrecer contrapartidas similares a España en el
comercio con los países del Este de Europa, con los que Austria mantiene un intercambio comercial muy importante.
Las conversaciones entre España y Austria se centrarán, a
falta de otros contenciosos, en cuestiones internacionales.
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