El País, Madrid, 10.04.85
'CUMBRE' SOCIALISTA EN MADRID
El jefe del Gobierno portugués, Mario Soares, reconoció ayer
que España y Portugal han vivido de espaldas, pero que no hay razones para que
esta situación continúe. Soares, que clausuró la primera jornada del XIV
Congreso de la Unión de Partidos Socialistas Europeos, se manifestó esperanzado
respecto a la solución de los problemas bilaterales pendientes entre España y
Portugal, que se centran en las materias de pesca y agricultura, y señaló que
confía en lograr un acuerdo con el Gobierno español antes de finales de mayo o
principios de junio, a fin de poder firmar entonces el documento de adhesión de
ambos países a la Comunidad Económica Europea (CEE). En una conferencia de
prensa desarrollada en el hotel madrileño donde tiene lugar el congreso de la
Unión de Partidos Socialistas Europeos, Soares dijo que el ingreso de España y
Portugal en la CEE supone "un salto cualitativo en las relaciones
bilaterales" entre los dos países ibéricos y se dan ya las condiciones
para que las dos naciones vecinas "dejen de vivir dándose la
espalda".
Mutismo
No obstante, el primer ministro portugués mantuvo su
absoluto mutismo respecto al estado real de las negociaciones sobre los
problemas que España y Portugal deben solucionar antes de firmar el documento
de adhesión. Insistió en no querer manifestarse por el momento sobre los
aspectos técnicos de las negociaciones y reiteró que existe la voluntad
política para llegar a un acuerdo.
Respecto a su entrevista privada con Felipe González,
celebrada el lunes por la noche en el Palacio de la Moncloa, Soares señaló que
no hubo en la misma un compromiso político, pero negó haber tenido la impresión
de que el jefe del Gobierno español se encuentre muy preocupado respecto al
conflicto bilateral tal como comentaban círculos del congreso.
"El encuentro con Felipe González fue muy cordial y muy
franco". Preguntado por la posibilidad de que, en caso de no haber acuerdo
en pesca y comercio, ambos países se vieran obligados a aceptar directamente
las regulaciones comunitarias al respecto, Soares se negó a considerar esta
hipótesis.
Soares, que manifestó haber considerado siempre "inconcebible"
el ingreso de uno de los dos países ibéricos sin el otro al seno de la
Comunidad Europea, señaló más tarde, en el discurso que clausuró la jornada del
congreso, que la ampliación supone un enorme enriquecimiento para la CEE, con
la inclusión de dos naciones de antigua cultura y vinculaciones y con 450
millones de ciudadanos de todo el mundo que hablan sus lenguas.
A reiteradas preguntas sobre el estado de las negociaciones,
Soares contestó en todo momento que es optimista respecto a una próxima solución
de las cuestiones conflictivas "en el próximo mes y medio". "Es
obvio", concluyó el jefe del Gobierno portugués, "que hay que darse
prisa".
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