Por HERMANN TERTSCH
El País, Praga,
07.04.87
La rápida improvisación de viajes turísticos por el país
para los más de 300 periodistas llegados a Praga ha sido la primera reacción
del Gobierno checoslovaco para salir del aprieto protocolario provocado por el
sorprendente aplazamiento de la visita oficial del máximo dirigente soviético,
Mijail Gorbachov, a Checoslovaquia. La razón aludida en un primer momento el domingo
por el Ministerio de Asuntos Exteriores para este aplazamiento -un "leve
resfriado" del líder soviético- no ha sido recogida por la Prensa del
país.
El órgano del Partido Comunista de Checoslovaquia, Rude
Pravo, se limitó ayer a anunciar la "apertura de un centro
internacional de Prensa para los centenares de periodistas de cinco continentes
llegados con motivo de la visita de Mijail Gorbachov, que tendrá lugar en la
segunda mitad de la semana". No obstante, la nimiedad de la razón aducida
ha hecho cobrar fuerza a las especulaciones sobre diferencias e incluso
tensiones entre la cúpula del Kremlin y la dirección del régimen de Praga.
Parece improbable que Gorbachov aplace un viaje por un "leve
resfriado" y lo realice contrarreloj en la segunda parte de la semana
cuando está prevista para el próximo lunes la llegada a Moscú del secretario de
Estado norteamericano, George Shultz. El firme apoyo expresado por el jefe del
Estado y del Partido Comunista Checoslovaco, Gustav Husak, a la política de
Mijail Gorbachov y su llamamiento a la "democratización y reformas",
utilizando de nuevo este término vetado en Checoslovaquia desde el
aplastamiento de la "primavera de Praga" de 1968, no ha despejado
las fuertes dudas sobre la disposición de la dirección checoslovaca a emprender
en los hechos una política de apertura política, económica y cultural.
Retirada de tropas
Medios occidentales en Praga comentan que podrían haber
surgido discrepancias en el protocolo y programa debido a la insistencia
soviética en permitir el contacto directo de Gorbachov con la población y los
trabajadores. El aplazamiento de la visita ha incrementado la gran expectación
que ya existía. Con las recientes visitas soviéticas a Praga del ministro
soviético de Asuntos Exteriores, Edvard Shevardnadze; del de Defensa, Sergei
Sokolov, y del secretario del Comité Central del PCUS (Partido Comunista de la
Unión Soviética), Lev Laikov, ha circulado una información sobre una posible
retirada de tropas soviéticas de Checoslovaquia, estacionadas en este país
desde 1968.
"Por supuesto que tenemos puestas esperanzas en la
visita del líder soviético más dinámico desde Lenin a este país donde la mayor
virtud política de los últimos tres lustros ha sido que nada se moviera.
Esperemos que ponga algo en movimiento porque hasta ahora en Praga las reformas
sólo han aparecido en algún discurso", señalaba ayer un joven intelectual
checoslovaco.
En medios oficiales se insiste en la plena armonía entre
Moscú y Praga. Así, recogiendo la línea oficial, el semanario checoslovaco en
lengua alemana Prager Presse señala: "La maquinaria
propagandística burguesa intenta sembrar mentiras sobre supuestas diferencias
entre el Partido Comunista de Checoslovaquia y el Partido Comunista de la URSS.
Lo cierto es que los comunistas checoslovacos apoyan unánimemente los acuerdos
del 27º Congreso del PCUS y los del histórico Pleno de enero de su Comité
Central".
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