Por HERMANN TERTSCH
El País, Bonn,
06.07.87
La compañía norteamericana Ireco Inc., con sede en Salt
Lake City (EE UU), creadora de este sistema táctico explosivo que ha
experimentado con éxito en los campos de prueba de Yuma, en Arizona, señala que
cada unidad de tubería explosiva costaría en torno a los 12.260 dólares (un
millón y medio de pesetas). Según las estimaciones del equipo del senador Levin,
con este sistema se podría provocar en caso de ataque la explosión de la gran
zanja desde Dinamarca hasta Suiza por unos 100 millones de dólares, cifra poco
importante a la vista del presupuesto militar de los países de la OTAN. La
zanja recorrería todo el denominado Frente Central, incluida la frontera de la
RFA, con Austria, un Estado neutral.
Según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de
Londres, es en el terreno de los carros de combate donde se da una de las
mayores disparidades en el equilibrio militar entre la Alianza Atlántica y el
Pacto de Varsovia. De acuerdo con estos datos, la superioridad del Este sería
de 2,2 carros de combate por cada uno de la OTAN. El Pacto de Varsovia
dispondría de 46.610 carros de combate, y la OTAN (incluidas España y Francia)
de 21.197. No obstante, el cálculo del equilibrio es difícil, pues frente a los
tanques hay que contar las armas antitanques y otros sistemas.
Una zanja podría quedar salvada por los puentes
transportables de que disponen tanto el Pacto de Varsovia como la OTAN.
El nuevo sueño del Pentágono para el Frente Central viene a
ser una nueva versión, con el salto tecnológico correspondiente, de la línea
Maginot, creada por Francia en los años treinta con la esperanza,
posteriormente defraudada, de detener un avance alemán en caso de guerra.
La línea de fortificaciones cubría la frontera entre Francia
y Alemania, pero no la de Francia y Bélgica, por donde los alemanes invadieron
el territorio francés en mayo de 1940. La línea Maginot resultó
inútil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario