Por HERMANN TERTSCH
El País, Bonn,
13.05.87
La orden del Ministerio federal del Interior a la policía
fronteriza de impedir la entrada en territorio de la República Federal de Alemania
(RFA) a todo extranjero bajo la mera sospecha de ser portador del virus del
síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) fue corregida ayer, un día
después de anunciarse. Según informó la dirección de la policía de fronteras,
con sede en Coblenza, los guardias fronterizos no podrán decidir sólos la
expulsión de un sospechoso y tendrán que dirigir el tema a la
dirección central de la policía de fronteras (BGS) situada en Coblenza. Según
se supo el lunes, el ministro del Interior, Friedrich Zimmermann, de la Unión
Social Cristiana bávara (CSU), había cursado el pasado 21 de abril una circular
a la policía de fronteras en la que ordenaba impedir la entrada a todo
extranjero sospechoso de portar el virus o padecer la enfermedad. Al no hacerse
pruebas de sangre en la frontera, los miembros de la policía habrían tenido que
apoyarse en impresiones subjetivas sobre el aspecto del extranjero.
La noticia provocó una oleada de indignación, tanto en la
oposición como en sectores del propio Gobierno que no habían sido informados
sobre la decisión del ministro Zimmermann. Desde la oposición se acusó a
Zimmermann de aplicar una política de acoso tanto a los enfermos como a los
extranjeros.
La dirección de la policía de fronteras confirmó, sin
embargo, que, con arreglo a la ley de Extranjeros de 1960, se podrá impedir la
entrada al país a aquellos foráneos de los que se tenga certeza que son
portadores del virus por informaciones sanitarias o de instituciones
extranjeras. Miembros de la policía fronteriza criticaron también esta orden y
se preguntaron públicamente si iban "a tener que oler si un extranjero es
portador del virus".
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