Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Belgrado
El País Martes,
24.03.87
Fuentes gubernamentales yugoslavas insistieron ayer en que
nadie debe esperar dimisiones en el Gobierno que preside Branko Mikulic, sino
resolución para implantar "duras y necesarias" medidas en el terreno
económico y extrema firmeza para hacer frente a todos los intentos de
capitalizar políticamente en contra del sistema el patente malestar entre la
población.
Todos los diarios yugoslavos abrieron ayer sus primeras
páginas con la entrevista de Mikulic al semanario alemán Der Spiegel, en
la que hizo una clara advertencia de que no tolerará que sectores de la
oposición intenten aprovechar la actual crisis económica y la inquietud social
para poner en duda el sistema socialista autogestionario.
En medios periodísticos de Belgrado se duda de la
efectividad de la medida tomada el viernes por el Gobierno de situar los
precios de diversos productos al nivel del 31 de diciembre pasado. Esta
decisión gubernamental tenía como objetivo declarado el aplacar los ánimos de
los trabajadores, que han protagonizado una oleada de huelgas sin precedentes
en el último mes. No obstante, un día más tarde el Gobierno aprobó un aumento
de los precios de la gasolina y el gas de un 16%.
La consigna del Gobierno que preside Mikulic parece ser
ahora la firmeza frente al movimiento huelguístico y la oposición, tanto de los
disidentes conocidos como la de las repúblicas periféricas, que consideran que
Belgrado sólo está solucionando los problemas según conviene a la República
Serbia.
La tradicional discordia entre las seis repúblicas federadas
que, con dos provincias autónomas, forman Yugoslavia se agudiza rápidamente con
el deterioro de la situación económica. Los resentimientos nacionalistas contra
Serbia se recrudecen al amparo de las nuevas restricciones que el Gobierno
considera imprescindibles para intentar estabilizar la situación tras años de
caída del poder adquisitivo de la población.
La ley de intervención, como se ha conocido el
paquete de medidas, es criticada más por el momento de su aplicación y su
contenido que por tratarse de medidas de urgencia económicas que pocos ponen en
duda que sean necesarias en la actual situación de precariedad económica.
Amplias huelgas
Al parecer, las huelgas desde la imposición de la
congelación de salarios no han afectado sólo a trabajadores industriales.
Profesionales, técnicos y maestros han protagonizado también paros en diversas
partes de Yugoslavia, al parecer con especial fuerza en la República de Croacia
y en su capital, Zagreb. Existe la impresión de que el Gobierno podría devaluar
el dinar en torno al 20%, valor que ha perdido esa divisa en los dos últimos
meses frente a las principales divisas occidentales. Los expertos consideran
imprescindible esta devaluación para reactivar la exportación.
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