Por HERMANN TERTSCH
El País, Bonn,
15.06.87
EL ADIÓS DE UN HISTÓRICO
"Os deseo lo mejor". Estas palabras, con las que
Willy Brandt concluyó ayer su largo discurso de despedida ante el congreso
extraordinario del partido socialdemócrata alemán (SPD) en Bonn, fueron
seguidas por una estruendosa ovación que, con los 400 delegados y varios miles
de invitados y periodistas puestos en pie, se prolongó cerca de diez minutos. Ni
el propio Brandt, que abandonaba ayer la presidencia del SPD tras 23 años de
ejercicio, ni muchos de los presentes, ocultaron su emoción, conscientes de que
asistían a un acto histórico en la vida de la socialdemocracia alemana, la de
mayor tradición del mundo.
Brandt pronunció un impresionante discurso de cerca de dos
horas en el que pasó revista a su carrera política con sobriedad, autocrítica y
confianza y trazó las directrices de lo que debe ser la labor política de la
socialdemocracia alemana en el futuro.
No eludió ningún problema de los muchos que aquejan al SPD,
reivindicó los valores tradicionales de la socialdemocracia y animó a los
delegados a luchar por abrir nuevas perspectivas de justicia, solidaridad y
tolerancia en la cultura política democrática. Fue un discurso unánimemente
calificado de brillante, que ya hoy estará a la venta en las librerias
alemanas.
Brandt se despidió con el enorme respeto de todos los
asistentes, incluidos aquellos que en los últimos tiempos habían criticado su
forma de dirigir el partido. "Si he sido excesivamente liberal lo siento,
pero es que soy así", dijo sonriente y sin ánimo de disculparse por ello.
Ayer mismo, el congreso nombró por aclamación a Brandt presidente de honor
vitalicio del SPD.
El discurso de Brandt quitó todo protagonismo a las tareas
propias del congreso extraordinario, incluida la elección de su sucesor, el
jefe del grupo parlamentario socialdemócrata y hasta ahora vicepresidente, Hans
Jochen Vogel. Éste obtuvo 404 votos de los 423 delegados, con lo que confirmó
el carácter integrador que siempre se le ha adjudicado.
Oskar Lafontaine, el controvertido dirigente socialista del
Sarre, líder del ala izquierda del partido y nieto favorito de Brandt
fue elegido vicepresidente con 353 votos a favor, 62 en contra y 8 abstenciones,
un resultado mejor de lo esperado dado que cuenta con la oposición del ala
derecha del partido.
Desde ayer, el SPD cuenta con una nueva troika en
la dirección: Vogel y los dos vicepresidentes, Lafontaine y Johannes Rau, como
exponentes de las dos alas, la izquierdista, mas vinculada a los movimientos
ciudadanos y la tradicional, allegada a los sectores más conservadores de los
sindicatos.
Vogel pidió firmeza en la defensa de los acuerdos tomados en
el congreso de Nuremberg en agosto de 1986. Estos acuerdos, entre ellos el
abandono de la energía nuclear, fueron después reafirmados en una Declaración
de Bonn.
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