Por HERMANN TERTSCH
El País, Bonn,
10.03.87
Hoy comienza en Praga el juicio contra un grupo muy peculiar
de disidentes. Siete músicos de jazz acusados de actividades
comerciales ilícitas y de publicación y distribución de material impreso ilegal
podrían ser condenados, de ser declarados culpables, a penas de entre dos y
ocho años de prisión.
Los cargos presentados contra los siete músicos son el
último paso de una escalada de represalias del régimen contra la sección
de jazz de la Unión de Músicos Checos, que pese a ser disuelta
oficialmente en 1983, despliega aún una gran actividad y cuenta con una fuerte
influencia entre la juventud urbana. Con 8.000 miembros activos, su revista, Jazzpetit, tiene entre 60.000 y 80.000 lectores.
Los antecedentes de este juicio son rocambolescos, y son
muchos los indicios de que la dirección del régimen checoslovaco está dividida
respecto a la oportunidad de su celebración, en un momento en el que la Unión
Soviética está poniendo en libertad a sus presos políticos y se registran
avances en la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa, en Viena.
Si el ala más ortodoxa del régimen parece querer establecer
un ejemplo disuasorio para frustrar desde un principio los intentos liberalizadores, el ala renovadora considera anacrónico este juicio. Que comience hoy no
significa que los ortodoxos se hayan impuesto. La tendencia renovadora del
partido considera, según algunos observadores, que sus adversarios en el
partido sólo lograrán ponerse en ridículo con un juicio gratuito en las
actuales circunstancias. No obstante, se teme que, de gestionarse torpemente,
el juicio podría desembocar en un conflicto mayor con la juventud no disidente,
pero inconformista, sobre todo en la capital.
Límites a la tolerancia
Es ésta la primera prueba a la que se enfrenta el régimen de
Praga para demostrar el grado de tolerancia que está dispuesto a alcanzar hacia
un grupo de artistas inconformistas. Los procesados son siete directivos de la
sección de jazz de la Unión de Músicos Checos, con su presidente,
Karel Srp, como principal acusado. Son siete aficionados al jazz que
publican una revista musical con tal aceptación e independencia que ya hace
años comenzó a resultar incómoda a la ortodoxia del partido comunista. Los siete
fueron detenidos a principios de septiembre pasado en una amplia acción policial
en la que fue precintada la sede de la sección de jazz y registrados
los domicilios de los detenidos. Cinco de ellos fueron puestos este invierno en
libertad, mientras dos, entre ellos Srp, permanecen aún en prisión.
La sección de jazz fue creada en 1971 por un grupo
de entusiastas de esta música, tolerada en Praga aunque siempre vista por el
régimen como sospechosa de occidentalismo. Gracias a un despiste burocrático de
las autoridades, la sección pudo elegir a su presidente, que normalmente, en
asociaciones semejantes, es propuesto y designado por el Ministerio del
Interior.
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