Por HERMANN TERTSCH
El País Martes,
07.04.87
TRIBUNA
El resultado de las elecciones celebradas el pasado domingo
en el Estado federado de Hesse (RFA) supone un nuevo episodio de la larga serie
de descalabros del Partido Socialdemócrata alemán (SPD), el único gran perdedor
de esta primera confrontación electoral tras los comicios federales del pasado
25 de enero. Con esta derrota en el Estado de Hesse, el SPD pierde uno de sus
bastiones más importantes. Cuarenta y dos años llevaba el SPD gobernando
este land, en solitario o en coalición. La supuesta corriente de simpatía
hacia Willy Brandt tras su dimisión como presidente del SPD no ha podido
frenar la caída del voto.
El vencedor en Wiesbaden, capital de Hesse, ha sido el
candidato de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y hasta ahora ministro federal
del Medio Ambiente, Walter Wallmann. Con una política netamente pronuclear y
favorecido sin duda por los indicios de una nueva fase de la ostpolitik del
Gobierno federal de Helmut Kohl, ha logrado hacerse con el voto de electores
tradicionalmente socialdemócratas, pero contrarios a experimentos políticos con
los verdes, y formará una alianza de gobierno con los liberales (FDP).
El 42,1 % de los votos en Hesse, frente al 39,4% en las
elecciones regionales de 1983 y el 41,3% en las federales de enero, convierte a
la CDU en el primer partido de este Estado, que cuenta con un movimiento obrero
de gran tradición.
La pérdida del SPD de seis puntos con respecto a las
elecciones de 1983 en Hesse demuestra no sólo que su programa político
antinuclear e izquierdista acaba beneficiando siempre al partido de los verdes, sino
también que las querellas internas y la falta de liderazgo demostrada
últimamente han causado a los socialdemócratas un daño no reparado con el
urgente nombramiento de Hans Jochen Vogel como sucesor de Brandt. Tal como
advirtió el ex canciller Helmut Schmidt el partido está perdiendo más en el
centro de lo que puede ganar, y no gana, en su izquierda ecologista.
El elector socialdemócrata tradicional ha hecho una seria
advertencia al SPD sobre las consecuencias que puede tener un acercamiento a
las tesis del partido ecopacifista.
La destitución de Boerner y la elección de Hans Krollmann,
más dispuesto a aceptar las condiciones de los verdes e imponer el
cierre inmediato de la industria nuclear en Hesse, como candidato a la jefatura
del Gobierno local en una nueva coalición con los ecologistas, sólo ha ido en
detrimento de la opción del SPD.
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