Por HERMANN TERTSCH
El País, Bonn,
05.06.87
El Parlamento federal alemán (Bundestag) aprobó ayer la
resolución presentada por el Gobierno presidido por el canciller democristiano,
Helmut Kohl, en favor de la eliminación de los misiles de alcance intermedio
(INF, de 500 a 5.000 kilómetros), conocida como la opción supercero, con la
condición de que se excluyan del acuerdo los 72 misiles Pershing 1A estacionados
en territorio de la República Federal de Alemania (RFA).
Pese a las críticas lanzadas contra este acuerdo por
parlamentarios democristianos de los partidos Unión Cristiana Democrática
(CDU), el de Kohl, y Unión Social Cristiana (CSU), presidido por el bávaro
Franz Josef Strauss, que varios oradores reiteraron en el pleno, todos los
miembros presentes de este grupo parlamentario, excepto uno, votaron a favor de
la resolución. Los socialdemócratas y el Partido de los Verdes, que habían
presentado sus propios proyectos, votaron en contra. Se contabilizaron 232
votos a favor y 189 en contra. La única abstención correspondió al diputado
bávaro Gerhard Scheu, quien cree que la opción supercero deja a la RFA en
una situación de especial peligro. Faltaron a la sesión 97 diputados, a partes
prácticamente iguales entre la mayoría gubernamental y la oposición, por lo que
es difícil achacar una intencionalidad política a las ausencias.
Uno de los que no asistió fue el diputado democristiano
Manfred Abelein, uno de los críticos mas duros de la opción supercero. En
la CDU se produjo una rebelión abierta al conocerse el lunes la decisión del
Gobierno de aceptar la opción supercero con la condición de que
sobrevivan los Pershing 1A de propiedad alemana, cuyas cabezas nucleares, sin
embargo, están bajo hegemonía norteamericana. Destacados dirigentes de CDU y
CSU, como Alfred Dregger o el propio Strauss, habían manifestado su clara
oposición a un acuerdo en los términos en que, finalmente, ha quedado aprobado.
El Parlamento alemán solicita, además, la prohibición del
armamento químico, la reducción en un 50% de los arsenales estratégicos de las
dos superpotencias, así como un desmantelamiento de la superioridad soviética
en el armamento convencional. Durante el debate quedaron patentes las
dificultades del partido de Kohl para asumir la opción supercero, término
que el canciller no citó siquiera en su discurso. Kohl manifestó que la
eliminación de los misiles de alcance intermedio de menor radio (SRINF, de 500
a 1.000 kilómetros) "tiene una gran desventaja para nosotros los alemanes.
Queda intacta la enorme superioridad soviética en misiles de menos de 500
kilómetros de alcance, a los que la OTAN no puede contraponer nada
equiparable".
El rearme de la URSS
Kohl añadió que todo el mundo sabe que la URSS sigue
rearmándose en el terreno convencional desde 1979. "Por eso consideramos
inaceptable la aceptación incondicional de la propuesta soviética (la opción
supercero)". Kohl reiteró la solicitud de que los 72 misiles Pershing 1A
queden al margen del acuerdo. No se refirió el canciller a las cabezas
nucleares de estos misiles alemanes de propiedad norteamericana y que la URSS
exige sean retiradas.
En los discursos de los ministros de Exteriores,
Hans-Dietrich Genscher, y de Defensa, Manfred Woerner, quedaron patentes las
diferencias que la disposición soviética a la opción supercero ha creado
en el Gobierno de la RFA. Genscher no se refirió a los misiles Pershing 1A y
solicitó "utilizar todas las posibilidades de acercamiento entre Estados
Unidos y la URSS", pues ello "no va en nuestra contra, sino que
favorece nuestros intereses nacionales y los europeos". "No sólo la
defensa común, sino también el desarme común, forma la unión entre Estados
Unidos y Europa", añadió Genscher. El jefe del Grupo Parlamentario
Liberal, Wolfgang Mischnik, dijo, por su parte, que la permanencia de los
Pershing 1A no es una condición irrenunciable.
El ministro de Defensa, en cambio, insistió en mantener los
citados cohetes y aseguró que la RFA tiene "un mínimo de armamento"
para hacer frente a "la amenaza de la Unión Soviética", que, según
aseguró, pese a todas las propuestas sobre desarme y al nuevo estilo del
Kremlin, no hace dejación de su carácter expansionista y agresivo.
Willy Brandt y Karsten Voigt intervinieron por parte del
SPD para solicitar la aceptación de la opción supercero sin condición
alguna y atacaron al Gobierno por su obstruccionismo ante este posible
acuerdo.
Los verdes atacaron al Gobierno por querer
mantener los Pershing 1A y, a través de una modernización de éstos, lograr
disponer, bajo su soberanía, de armamento nuclear.
[El presidente norteamericano, Ronald Reagan, se congratuló
ayer con la decisión del Parlamento de la RFA estimando que "abre una
vía" a una posición común de la OTAN, según un comunicado difundido por la
Casa Blanca en Venecia, informa France Presse. Por su parte, el número uno de
la República Democrática Alemana, Erich Honecker, señaló que su país no tiene
nada que objetar a la pretensión de que la RFA conserve los 72 misiles Persing
1A, informa Reuters].
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