Por HERMANN TERTSCH
El País, Bonn,
06.07.87
La explosión accidental que el pasado 28 de junio ocasionó
la muerte a tres soldados en la base militar norteamericana de Hohenfels, en
Baviera Oriental, se produjo durante las pruebas de un nuevo y revolucionario
explosivo líquido. El diario alemán Express informó ayer que estas pruebas
secretas, las primeras del nuevo explosivo fuera de EE UU, están sometidas al
máximo secreto y le fueron ocultadas incluso al Gobierno de Bonn. Este
explosivo podría ser aplicado en los nuevos planes del Pentágono para un
sistema de tuberías subterráneas capaz de crear con su detonación una gran
zanja a lo largo de todo el Frente Central de la OTAN, de Dinamarca a Suiza,
para frenar un hipotético ataque de carros de combate del Pacto de Varsovia.
La explosión del pasado día 28 se produjo en la base de
Hohenfels, cerca de la frontera de la República Federal de Alemania (RFA) con
Checoslovaquia y la República Democrática Alemana (RDA), donde el Ejército
norteamericano tiene concentrada gran parte de su presencia militar en Alemania
Occidental. Tras un bloqueo informativo de varias horas que hizo especular con
la posibilidad de que se tratara de un atentado terrorista, un portavoz del
Ejército norteamericano llegó a afirmar que el accidente se había producido
cuando un grupo de soldados procedía a "unas demoliciones rutinarias con
dinamita". Añadió que se abriría una investigación para determinar las
causas y aseguró que los soldados que realizaban la operación eran expertos en
este campo.
No obstante, ante insistentes requerimientos de información
por parte del Gobierno alemán, el mando norteamericano en la RFA comunicó por
cauces de máxima confidencialidad al Ejecutivo en Bonn que el accidente se
había debido a una infravaloración de la potencia del explosivo líquido de
nuevo tipo, por lo que las medidas de seguridad habían sido insuficientes.
Este nuevo explosivo ha sido desarrollado en Estados Unidos
y podría ser aplicado en nuevos planes del Pentágono para establecer un sistema
de tuberías subterráneas anticarro capaz de crear con su detonación una gran
zanja a lo largo de toda la frontera oriental de la RFA, desde Dinamarca a Suiza,
para frenar un hipotético ataque de carros de combate del Pacto de Varsovia.
Según el informante del diario Express, "su poder explosivo
supera con creces todo lo que conocemos hasta ahora" en materia no
nuclear.
Pocos días después del accidente, el diario de las Fuerzas
Armadas norteamericanas en Europa, Stars and Stripes, informó el
pasado 1 de julio, de la presentación de un nuevo plan del Departamento de
Defensa norteamericano para establecer sistemas anticarro a lo largo de la
frontera de la RFA con los dos países vecinos, miembros del Pacto de Varsovia.
A instancias de un senador norteamericano, el demócrata Carl
Levin, de Michigan, el Pentágono ha presentado al Comité de Defensa del Senado
un informe en el que se señalaba que "los sentimientos de la
población" hacen imposible establecer fortificaciones y barreras
permanentes de defensas antitanque en la frontera oriental de la República
Federal de Alemania.
La reunificación
Construir una barrera fortificada a lo largo de la frontera
interalemana sería políticamente inaceptable para la RFA, ya que constituiría
un símbolo occidental en contra de la reunificación. Además, irritaría a la
población de las regiones fronterizas y obligaría a la creación de mayor número
de zonas de estricto carácter militar, según adujo ya el pasado año el general
Bernard Rogers, hasta hace días comandante en jefe de las fuerzas de la OTAN en
Europa, en un informe a este mismo comité del Senado.
Con el posible acuerdo de Washington y Moscú para la
eliminación de los misiles de medio alcance ha cobrado fuerza entre políticos y
expertos occidentales la intención de reforzar y reestructurar la defensa
convencional ante la superioridad soviética en este campo, y especialmente en
lo que a las fuerzas de carros de combate se refiere. El nuevo explosivo, como
parte de un sistema defensivo anticarro, podría desempeñar aquí un destacado
papel.
Existen ya planes que garantizan más de 10.000 obstáculos
para entorpecer el avance de una hipotética invasión de tanques soviéticos, en
los que el pacto de Varsovia goza de una amplia superioridad. Los nuevos planes
del Pentágono en los que se inscribirían las pruebas en Hohenfels incluyen la
creación a lo largo de la frontera oriental de la RFA del citado sistema de
tuberías, cada una de ellas de algo menos de 300 metros de largo enterradas a
poco más de dos metros bajo la superficie terrestre.
Como un cable telefónico
Su instalación no sería más difícil que la de un simple
cable telefónico. Las tuberías serían fácilmente rellenadas con el explosivo
líquido en caso de tensión por medio de camiones cisterna y activadas por
control remoto. Su detonación no sólo podría causar graves daños a la primera
línea de ataque oriental, sino que abriría grandes zanjas para impedir el paso,
de las siguientes olas del ataque, según un colaborador de Levin.
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