Por HERMANN TERTSCH
El País, Bonn,
23.03.87
El presidente del Gobierno de Yugoslavia, Branko Mikulic,
ha advertido que está dispuesto a utilizar todos los medios, "también al
Ejército", para defender el sistema, socialista autogestionario que rige
en este país europeo. En una entrevista que hoy publica el semanario alemán Der
Spiegel, Mikulic ataca con gran dureza a disidentes y críticos, a los que
califica de desestabilizadores " y "traidores" con vínculos en
centros reaccionarios en el exterior. Señala Mikulic que "nadie debe
hacerse ilusiones ni en el interior ni en el extranjero".
"Defenderemos nuestro sistema por todos los medios", insiste.
La publicación de esta entrevista, que fue distribuida en
Yugoslavia por la agencia oficial Tanjug, coincide con una escalada de la
tensión social en el país, con numerosos llamamientos a la huelga tras una
medida gubernamental que anula los aumentos salariales habidos en el último
trimestre y vincula todo incremento salarial en el futuro a un aumento de la
productividad. El pasado viernes, el Gobierno decretó también una congelación
de precios por 90 días que restituye los vigentes el 31 de diciembre pasado en
un intento por aplacar el malestar entre la población. La endémica crisis
económica, la pérdida de capacidad adquisitiva de la población y las constantes
tensiones entre las seis repúblicas federativas y dos provincias autónomas que
componen el Estado yugoslavo, han crispado el ambiente político y hecho
resurgir las voces que piden el reconocimiento del fracaso del sistema.
El jefe del Gobierno, integrante de la línea dura en el seno
del partido, manifiesta en sus declaraciones que no tolerará ningún intento de
"desestabilizar Yugoslavia" ni opiniones que pongan en duda el futuro
de la autogestión socialista ni el carácter federal del Estado. "No
podemos aceptar el diálogo al respecto". Mikulic se refiere en durísimos
términos al ex consejero del presidente Josef Broz Tito y disidente Milovan Djilas.
Traidor a la patria
"Es un traidor a la patria de primera categoría. El
traidor por excelencia", añadió Mikulic.
También un memorándum publicado por la Academia de Ciencias
de Serbia solicitando un sistema pluripartidista es, según Mikulic, "un
panfleto político con el objetivo de desestabilizar Yugoslavia. Con seguridad
han actuado allí también gentes con contactos en los diversos centros
reaccionarios también en el extranjero". Según el jefe del Gobierno,
aquellos que ponen en duda el papel dirigente del partido no intentan sino
hacer desaparecer a la Liga de los Comunistas de la escena política del país, "pero esto es ilusorio". Mikulic defiende la política económica
practicada desde que llegó a la jefatura del Gobierno en mayo de 1986 y asegura
que si bien la inflación ha alcanzado el ciento por ciento, sin las medidas
aplicadas se hallaría hoy entre el 110% y el 115 %. "Necesitamos un
respiro para hacer las modificaciones en el sistema económico que nos traigan
una estabilización a largo plazo". Según Mikulic, Yugoslavia necesitará
en el próximo futuro nuevos créditos a medio y largo plazo de Occidente.
"La renegociación de nuestra deuda está en marcha. Creemos que podremos
cumplir todos nuestros compromisos". En todo caso, según manifestó, su país
no tiene intención de decretar una suspensión de los pagos de intereses.
"Eso sí, los países acreedores y organismos internacionales deberían
tener más comprensión con nosotros". Mikulic niega que el origen de los
males endémicos de la economía yugoslava esté en el sistema autogestionario.
"La burocracia estatal ha frenado la autogestión. Hemos hecho toda una
serie de inversiones erróneas. El sistema político por el que nos decidimos no
funcionó como pensábamos". No obstante, "estamos convencidos de que
Yugoslavia no tiene futuro sin la autogestión".
También desmiente Mikulic las sugerencias de algunos medios
occidentales de que en la profunda crisis económica y política en que se halla
Yugoslavia, el régimen podría optar por un estrechamiento de sus relaciones con
el bloque del Este. "Yugoslavia no abandonará nunca y por ningún precio su
posición como país libre, no alineado e independiente".
[Yugoslavia concluyó 1986 con una fuerte deuda de divisas
cifrada en 19.700 millones de dólares (unos 2,5 billones de pesetas). Ese año
logró pagar un total de 5.970 millones de dólares entre capital e intereses,
con lo que redujo su deuda completa en 996 millones de dólares, según los
informes oficiales.
Varios ministros del Gobierno yugoslavo declararon a la
prensa la semana pasada que Yugoslavia había hecho un esfuerzo demasiado grande
en 1986, con un costo elevado para la economía y que lo lamentaban, informa
Reuter.]
El viceprimer ministro, Milos Milosavijevic, manifestó a
principios de mes que Yugoslavia necesita nuevos créditos. El ministro de
Asuntos Exteriores, Ralf Dizdarevic, aseguró recientemente en Caracas que se
necesitan "cambios radicales" en las tasas de interés y en los
tiempos de pago. Pese a la negativa de Mikulic, algunos economistas
occidentales consideran que sus declaracíones y las de sus ministros indican
que Yugoslavia tiene problemas para refinanciar el pago de su deuda.
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