Por HERMANN TERTSCH
El País, Viena,
27.06.87
Las primeras declaraciones formuladas por Kurt Waldheim a la
Prensa de su país dejan claro que el jefe del Estado austriaco se siente
reafirmado en su cargo con la recepción que le ofreciera el papa Juan Pablo II,
el jueves, en el Vaticano, y que no tiene la mínima intención de dimitir. El
triunfalismo de Waldheim, tras su primera visita oficial, es evidente. Según un
sondeo hecho público en Viena, el 61% de los austriacos están a favor de que
siga en su puesto.[Asimismo, en declaraciones al periódico
germano-occidental Die Welt, Waldheim afirmó ayer que el Papa no se
había referido "más que secundariamente a los ataques" formulados
contra él por organizaciones judías, durante la reunión en el Vaticano. En la
entrevista con el citado periódico, que aparece en la edición de hoy, Waldheim
se declaró "impresionado por la cordialidad" con que el Papa le
acogió. "Juan Pablo II ha subrayado los sentimientos de amistad que sentía
por Austria y elogió mis esfuerzos por la paz cuando era secretario general
de la ONU", agregó, informa AFP.]
En Viena, la visita oficial de Waldheim al Vaticano ha
provocado una dura controversia sobre la actitud de la Iglesia frente al
antisemitismo, al producirse en la capital austriaca las primeras agresiones
verbales contra miembros de la pequeña comunidad judía vienesa. En la coalición
gubernamental entre el partido socialista (SPOE) y el partido popular (OEVP),
las posturas ante el claro resurgir de sentimientos hostiles a los judíos están
cada vez más enfrentadas.
Resurgir del antisemitismo
Mientras el partido socialista anunció una decidida
actuación contra todos los brotes de antisemitismo, en el Partido Popular
Democristiano, destacados dirigentes están utilizando argumentos en defensa de
Waldheim que nada tienen que envidiar a la propaganda antisemita
nacionalsocialista. El teniente de alcalde de la ciudad de Linz, el
democristiano Carl Hodl, envió una carta al Congreso Mundial Judío que ha
espantado incluso a miembros de su partido. Según Hodl, la "campaña judía
contra Waldheim" tiene claros paralelos con "lo que hicieron los
judíos hace 2.000 años cuando condenaron en un juicio farsa a Jesucristo".
Miembros del OEVP, como el teniente de alcalde de Viena, Erhard Busek, han
calificado la carta de "despreciable". La comunidad judía de Viena y
el presidente de la comunidad judía alemana, Heinz Galinski, han solicitado del
Gobierno austriaco inmediatas medidas contra Hodl y una decidida actuación para
frenar la espiral de antisemitismo. En el centro de Viena, varios judíos
ortodoxos fueron increpados por transeúntes, que escupieron a su paso. También
ante la sinagoga de Viena, varios miembros de la comunidad judía fueron
insultados.
En parte, los partidarios de que no dimita ahora son
adversarios políticos del jefe del Estado, que temen que, en caso de abandonar
su puesto por la presión internacional, se cree en Austria un resentimiento
popular contra la comunidad occidental y los judíos de imprevisibles
consecuencias. En el partido popular no parece haber conciencia del peligroso
clima que se está creando entre la población y sus dirigentes; con ciertas
excepciones, como el citado Busek, recurren a una retórica con sugerencias
antisemitas y antiamericanas.
[Waldheim continuó ayer su visita privada, volvió al
Vaticano, y en Roma fue recibido por el gran maestre de la Orden Militar de
Malta, Angelo de Mojana Cologna, en una "visita privada que tiene el
carácter de visita de Estado", según afirmó un portavoz de la orden,
informa AFP.]
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