viernes, 27 de enero de 2017

LA MITAD DE LOS HEMOFÍLICOS DE LA RFA, CONTAMINADA DE SIDA DEBIDO A UN FÁRMACO

Por HERMANN TERTSCH
El País,  Bonn, 19.03.87

LA PLAGA DEL SIGLO XX

La mitad de los 6.000 enfermos de hemofilia de la República Federal de Alemania es portadora del virus del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), que les fue transmitido por un fármaco coagulante. La industria farmacéutica alemana se enfrenta ahora a una oleada de demandas de indemnización que podrían alcanzar un volumen de miles de millones de marcos. Una de las compañías farmacéuticas que comercializaron el coagulante factor VIII, un concentrado de plasma, la Bayer AG, ha visto caer ya rápidamente sus valores en las bolsas alemanas.
Los hemofílicos alemanes han sido tratados durante años con el coagulante citado, producido en gran parte con plasma de donantes norteamericanos. En Bonn, donde se encuentra el mayor centro mundial de tratamiento de hemofílicos, se ha detectado un índice de portadores del 60% entre los 800 enfermos. En este centro han muerto ya 29 pacientes a causa del virus del SIDA, el último hace apenas tres semanas. También ha sido contagiado indirectamente el 10% de las parejas de los hemofílicos en tratamiento. Tan sólo a partir de principios de 1985 comenzó a someterse el plasma utilizado en el tratamiento a la prueba de detección del virus HIV. La mayoría de los enfermos fue infectada entre 1981 y 1984, y ahora concluye, al parecer, la fase de incubación, ya que en la mayoría de los casos la enfermedad comenzó a manifestarse el pasado año.
El plasma utilizado para compensar la falta del coagulante natural factor VIII en los enfermos de hemofilia, enfermedad que afecta casi exclusivamente a los hombres, se gana a través de un simple proceso de centrifugado de sangre de donantes. En Estados Unidos, de donde procede la mayor parte del plasma utilizado en Europa, las compañías farmacéuticas consiguen la sangre en los barrios más pobres, en los que, según un portavoz de la asociación alemana de hemofílicos, se hallan los sectores más expuestos al contagio del virus del SIDA. También en el Tercer Mundo se produce plasma extraído a personas que necesitan desesperadamente el dinero que reciben a cambio de su sangre.
En la RFA se utilizan anualmente 120 millones de unidades de la producción del factor VIII, prácticamente la mitad de la cantidad consumida en Estados Unidos para abastecer a sus 25.000 hemofílicos. Altas dosis que han demostrado ser una terapia acertada, si bien extremadamente costosa.
La Seguridad Social, que desde 1975 cubre los gastos del tratamiento de hemofílicos, llega a pagar hasta 30.000 marcos (2.100.000 pesetas) diarios por un paciente. Así, mientras en Estados Unidos muchos pacientes sufren graves daños en las articulaciones, los tratados en Bonn hacen una vida prácticamente normal.
Al alcanzar los gastos de la compra de plasma los 300 millones de marcos, más del 2% del total de gastos farmacéuticos de la RFA, la Seguridad Social y los seguros de enfermedad presionaron a los centros especializados para que, utilizaran el plasma más barato posible lo que aumentó rápidamente el porcentaje de dosis con el virus.
Las compañías aseguradoras presionaron para utilizar este plasma de alto riesgo, pese a disponerse ya de un producto de la compañía filial de Hoechst, Behring, que ofrece todas las garantías de no portar ni el virus del SIDA, aún no conocido entonces, ni los causantes de la hepatitis. El producto de Behring cuesta aproximadamente el doble.

Según la ley de productos farmacéuticos, cada enfermo podría recibir hasta 500.000 marcos (unos 35 millones de pesetas). Globalmente, la suma de indemizaciones podría superar los 4.000 millones de marcos.

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