lunes, 30 de enero de 2017

EL ‘REBELDE’ CEAUCESCU RECIBIRÁ A GORBACHOV EN MAYO

Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Praga
El País  Lunes, 13.04.87

EL DIÁLOGO ENTRE LAS SUPERPOTENCIAS

El máximo dirigente soviético, Mijail Gorbachov, viajará a finales de mayo a Rumanía, el único país miembro del Pacto de Varsovia que no ha visitado aún y el que más abierta resistencia muestra a la política de renovación de la nueva dirección del Kremlin. El anuncio de esta visita al aliado de la URSS que, desde hace décadas, se ha desmarcado de la política interna y externa de los demás países del Este europeo ha coincidido con el final de la visita de Gorbachov a Checoslovaquia, que ha supuesto uno de los más espectaculares éxitos de la nueva política soviética en la comunidad socialista. Ayer se hizo público el comunicado conjunto de la visita en el que se expresa la "profunda satisfacción" por las entrevistas entre Gorbachov y Gustav Husak, que se han desarrollado en clima de "franca camaradería".
Será dificil que en Bucarest se repita la manifestación de entusiasmo con que Praga ha recibido a Gorbachov. La falta absoluta de información de la población rumana, que no conoce los principios mínimos de la nueva política soviética, impedirá que los rumanos vean en Gorbachov, igual que los checoslovacos la pasada semana, el símbolo de una política de apertura y dinamismo en la que depositar grandes esperanzas.
Rumanía es el miembro díscolo de la alianza de países socialistas que, desde una lucha por la autonomía en su política exterior -muchas veces alabada en Occidente porque inducía a la discordia en el Pacto de Varsovia-, se ha convertido en un reducto de intolerancia y ortodoxia estalinista sin parangón en el este de Europa, exceptuando quizá a Albania.
El jefe del Estado y del Partido Comunista Rumano, Nicolae Ceaucescu, es la pura antítesis del innovador Gorbachov. La actual situación de Rumanía es un grave obstáculo y un claro desprestigio del sistema.
Ceaucescu gobierna con un nepotismo que ha llevado a toda su familia a cargos de poder, con un oscurantismo informativo inusitado, un culto a su persona único hoy en el Viejo Continente y una represión de las minorías que ha originado graves tensiones con la vecina y aliada oficial Hungría.
El comunismo nacional rumano fue iniciado con el anterior jefe del partido, defensor del carácter específico del sistema, que indujo a no romper las relaciones con China, tras la desestalinización soviética, ni con Israel, tras la guerra de los seis días.

Con Ceaucescu se convirtió en el comunismo de la escasez, en el que la población sufre largas colas ante comercios vacíos, continuos cortes de fluido eléctrico y de la calefacción en invierno y una implacable represión de toda opinión que disienta de la línea oficial.

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