Por HERMANN TERTSCH
El País, Varsovia,
12.06.87
El régimen del general Wojciech Jaruzelski espera que,
concluido el actual viaje a Polonia de Juan Pablo II, el Vaticano se avenga a
establecer relaciones diplomáticas con Varsovia. Serían las primeras de la
Santa Sede con un país europeo aliado con la URSS. El régimen quiere presentar
esta medida como la irrupción en una nueva era de las relaciones de la Iglesia
con los países socialistas, cuya consecuencia más inmediata podría ser una
visita de Juan Pablo II a la URSS. No obstante, sectores de la Iglesia polaca y
el propio Pontífice insisten en condicionar las relaciones diplomáticas entre
la Santa Sede y Varsovia a que el Estado polaco establezca un estatuto legal de
la Iglesia y permita que en su seno se organicen grupos de intereses. Según la
oposición polaca, el cardenal primado, Jozef Glemp, y Agostino Casaroli,
secretario de Estado del Vaticano, presionan al Papa para que retire sus condiciones; Glemp, en aras de una mejora de los cauces de entendimiento entre
Iglesia y Estado en Polonia; Casaroli, para intensificar la política de la
Santa Sede hacia el Este.
La oposición polaca es cada vez más crítica hacia la
supuesta condescendencia de Glemp hacia el régimen y se congratula de la dura
respuesta de Juan Pablo II a los intentos de Jaruzelski de capitalizar la
visita papal para solicitar lealtad al Estado.
El viaje del Papa a la URSS sigue siendo muy improbable, al
negarse a una visita de Estado de bajo relieve limitada a Moscú. Juan
Pablo II quiere realizar un viaje pastoral que incluya Lituania,
mayoritariamente católica y durante siglos parte del reino polaco. Moscú no
parece tener intención de permitirlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario