Por HERMANN TERTSCH
El País, Bonn,
03.06.87
Las autoridades soviéticas reforzaron ayer sus sospechas de
que Mathias Rust, el joven alemán occidental que violó el espacio aéreo
soviético y aterrizó el jueves pasado en la plaza Roja de Moscú, procedente de
Helsinki, no planeó solo la acción, y que ésta podría tener un trasfondo
político insospechado en un principio. En Bonn circularon ayer informaciones
según las cuales una revista con sede en Hamburgo podría hallarse tras los
preparativos de la hazaña de aviación de Rust.
Los padres del joven confirmaron que han firmado un contrato
en exclusiva con la revista Stern, que tiene su redacción central en
Hamburgo, y, por tanto, no harán declaraciones a otros medios de comunicación.
Algunas informaciones barajan la cifra de 2,5 millones de marcos (unos 175
millones de pesetas) como la cantidad ofrecida por la citada revista a la
familia Rust.
El presidente de la agencia soviética Novosti, Valentin
Falin, que el domingo se había manifestado confiado en que Rust podría reunirse
pronto con sus padres y amigos en la RFA, señaló ayer que en los
interrogatorios de funcionarios del Comité de Seguridad del Estado (KGB) al
joven piloto han surgido detalles que no facilitan su próxima puesta en
libertad. "El trasfondo de este asunto es mayor de lo que parecía en un
principio. Parece que no actuó en solitario. Por desgracia, así es". Falin
manifestó que el joven alemán, encarcelado en la prisión de Lefertowo, en
Moscú, tiene buen humor. "Espero que lo mantenga".
Medios soviéticos de Bonn aseguran que el Gobierno germano
occidental ha infravalorado la gravedad del incidente. De hecho, ya se empieza
a especular con las dificultades que puede encontrarse el jefe del Estado de la
RFA, Richard von Weizsäcker, en su viaje del próximo 8 de julio a Moscú si para
entonces no se ha solucionado el caso.
El dirigente socialdemócrata alemán Hans Koschnik, que se
halla en Moscú como miembro de una delegación de la Internacional Socialista,
declaró ayer que después de la confusión inicial, las autoridades soviéticas
están conociendo detalles que les pueden hacer adoptar una postura de dureza
hacia Rust. No se descarta, incluso, que el vuelo estuviera relacionado con un
caso de espionaje, manifestó. El lunes, el portavoz del Ministerio soviético de
Asuntos Exteriores, Guenadi Guerasimov, ya había advertido que "existen
indicios de que actuó con cómplices", y sugirió que el joven había
estudiado y elaborado la ruta de vuelo desde Helsinki a Moscú con ayuda de una
"redacción de Hamburgo".
La Embajada de la RFA en Moscú ha solicitado una nueva
entrevista con Rust. Por regla general, estos contactos entre los detenidos
extranjeros y sus embajadas se permiten cada 14 días. El lunes, un diplomático
alemán pudo entrevistarse por primera vez con Rust, a quien vió
"tranquilo", según comentó posteriormente.
Los padres y el único hermano de Mathias Rust han expresado
su deseo de visitar en cuanto sea posible al joven en la cárcel o en el campo
de trabajo al que podría ser enviado en caso de que las autoridades soviéticas
decidan juzgarlo. En la RFA cobra fuerza la impresión de que el joven piloto
corre el riesgo de ser castigado de forma mucho más severa de lo supuesto en un
principio, a tenor de las primeras declaraciones soviéticas. La URSS podría
verse obligada a sentar un precedente para disuadir de nuevas aventuras de este
tipo, que podrían concluir trágicamente.
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