Por HERMANN TERTSCH
El País, Bonn,
06.07.87
Los Reyes de España comienzan hoy una visita oficial a
Hungría y Checoslovaquia de cinco días de duración, cuando se cumplen 10 años
del restablecimiento de relaciones diplomáticas con ambos países. Las
posibilidades de una intensificación del comercio entre España y Hungría,
primera etapa del viaje real, se han visto frenadas, por un lado por la escasez
de divisas de Hungría, el solapamiento de ofertas en la exportación en la
producción agrícola y por las dificultades de los exportadores españoles a
aceptar el sistema de compensación en el comercio exterior. La visita de los
Reyes a varias zonas del sur de los Estados Unidos, prevista para el próximo
otoño, se realizará el mes de septiembre.
A pesar de estas dificultades, existe un potencial
considerable para el desarrollo de las relaciones entre España y Hungría,
primer país visitado por los monarcas, en el sector industrial de
máquina-herramienta y servicios y en el ámbito de la cooperación política,
tanto bilateral como en el seno de la conferencia de seguridad y cooperación,
donde ambos países, como miembros de dos alianzas defensivas distintas, pueden
jugar un papel de acercamiento en el marco del proceso de mejora de las
relaciones Este-Oeste. Don Juan Carlos y doña Sofía serán recibidos hoy por el
jefe del Estado húngaro, Karoly Nemeth, para trasladarse después al Parlamento
donde asistirán a una recepción. Durante su estancia en este país, los monarcas
tendrán un encuentro con las máximas autoridades comunistas y con el primado de
la Iglesia.
Hungría es un pequeño país de poco más de 10 millones de
habitantes en el corazón de Europa cuya importancia política en las relaciones
internacionales y en la comunidad socialista ha crecido continuamente en los
últimos años al convertirse en el pionero de las reformas de los países del
este de Europa.
En Budapest, bajo la dirección del máximo dirigente del
Partido Socialista Obrero Húngaro (PSOH), Janos Kadar, de 76 años, con quien se
entrevistarán los Reyes, se elaboraron en las dos últimas décadas las
directrices del reformismo político del sistema socialista hoy ya reconocido e
imitado en parte por aquellos aliados más celosos hasta ahora de los dogmas de
la ortodoxia comunista.
Janos Kadar es ya en vida una leyenda de habilidad política
y pragmatismo y el líder comunista de Europa oriental que cuenta con mayor
aprecio en su país. No siempre fue así. Kadar llegó al poder en 1956, impuesto
por la URSS para resolver la crisis y restablecer el papel dirigente de los
comunistas tras el aplastamiento del levantamiento popular de octubre de aquel
año por parte de los tanques soviéticos.
Fidelidad a la URSS
Entonces Kadar centró sobre sí todos los odios de la
población. Con una actitud de fidelidad incuestionable a la URSS en su política
exterior, en el interior del país Kadar comenzó pronto con una política de
reconciliación nacional, simbolizada por su frase de "quien no está contra
mí está conmigo", y abrió en 1968 la primera fase de las reformas
económicas cuyas consecuencias políticas son hoy ya irreversibles. Hace apenas
una semana el régimen realizó importantes cambios en su cúpula que convierten a
dos destacados dirigentes, Karoly Grosz y Janos Berecz, en los máximos
aspirantes a suceder al líder histórico húngaro. De éstos y la correlación de
fuerzas en la dirección dependerá el ritmo en la profundización de las reformas
cuya necesidad hoy ya nadie discute, pese a fenómenos negativos como las
tensiones sociales que las desigualdades de ingresos están causando. Las
últimas informaciones sobre nuevos pasos en la política económica demuestran
que si bien con cautela para paliar dichas tensiones, se continuará en la línea
de racionalización general de la economía.
Hoy Hungría es el país con el margen más amplio de libertad
de movimiento para sus ciudadanos, mayores incentivos para la iniciativa
privada que ha protagonizado el primer gran desarrollo del sector de servicios
en un país socialista y la mayor pluralidad de información y debate. Hungría ha
dado en su legislación los primeros tímidos pasos hacia un cierto carácter
representativo de sus órganos de poder y reconocido la pluralidad de intereses
en la sociedad moderna húngara.
El partido comunista tiene el papel dirigente anclado en la
Constitución y el sistema socialista es, se insiste, incuestionable. Pero
existen listas múltiples en las elecciones al Parlamento, los ciudadanos tienen
libre acceso a la Prensa occidental, viajan con frecuencia a Occidente y las
únicas colas que se ven en Budapest se forman frente a las taquillas de teatros
y óperas y ante los despachos de ventas de acciones de empresas en la primera
bolsa de accionistas de Europa oriental.
Hungría, con una historia jalonada de crisis y
enfrentamientos, es, al igual que la vecina Checoslovaquia, que los Reyes de
España visitarán posteriormente, partidaria y beneficiaria directa de la
distensión.
Los problemas son, no obstante, cuantiosos y graves. La
economía ha sufrido serios reveses en los últimos años y la reforma en la
industria no ha tenido el éxito que tuvo en la agricultura, donde ha
garantizado el suministro más completo de la comunidad socialista.
La iniciativa privada ha creado fortunas millonarias, mientras
los no beneficiados por las reformas sufren la presión de las devaluaciones de
la moneda, para acoplarla al sistema monetario como paso a una integración de
Hungría en el mercado internacional.
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