lunes, 30 de enero de 2017

TEMORES ALEMANES

Por HERMANN TERTSCH
El País,  Bonn, 22.05.87

EL DIÁLOGO ESTE-OESTE

Los temores de los sectores más conservadores del Gobierno de la República Federal de Alemania a la opción supercero tienen una base geoestratégica comprensible. En principio, el Gobierno acepta el cero para los euromisiles (INF), aunque algunos ministros, como el de Defensa, Manfred Wörner, no de buena gana. Pero la oposición a eliminar también los misiles de más corto alcance (SRINF, de 500 a 1.000 kilómetros) es total en la democracia cristiana de la RFA. Según mantienen los contrarios a esta oferta, los euromisiles norteamericanos se eliminan a cambio de la desaparición de los SS-20 soviéticos. Ello imposibilitará una respuesta nuclear desde territorio alemán contra objetivos en suelo soviético, pero, pese a las reservas de algunos, esto resulta aceptable.
Sin embargo, si se eliminan también los SRINF, no quedará a la OTAN más capacidad de respuesta nuclear a un ataque contra la RFA que misiles con un alcance máximo de 500 kilómetros. Estos misiles sólo podrían alcanzar desde la RFA objetivos en la República Democrática Alemana, y viceversa. Por tanto, el conflicto nuclear quedaría limitado al territorio alemán, quedaría rota la escala de respuesta nuclear básica en la disuasión y se desvincularía la seguridad de la RFA de la del resto de Europa. Estados Unidos quedaría totalmente desvinculado de la seguridad del centro de Europa.
Además, estos círculos opuestos a la opción supercero temen que los aliados occidentales insistan en crear un muro de misiles de corto alcance en territorio federal para compensar la superioridad convencional soviética. La RFA se convertiría así en el portamisiles de la OTAN en Europa.
Los que se oponen al supercero quieren también conservar los misiles Pershing 1A, cohetes propiedad de la RFA, aunque sus cabezas nucleares estén en manos norteamericanas. La URSS no lo acepta.

Toda esta argumentación se basa en la superioridad convencional soviética, sobre la que el Gobierno de Bonn baraja las cifras más dispares y aventuradas, y en la presunción de que la URSS tiene intención de atacar a la RFA en cuanto deje de temer que este ataque implique una respuesta nuclear contra su territorio por parte de las potencias atómicas europeas y EE UU.

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