Por HERMANN TERTSCH
El País, Bonn,
02.06.87
El Gobierno de la República Federal de Alemania (RFA) aceptó
finalmente ayer la eliminación total de los misiles nucleares de alcance
intermedio (INF, de 500 a 5.000 kilómetros) del territorio europeo, conocida
como la opción supercero, si bien insiste en sus condiciones. La RFA es el
único país miembro de la Alianza Atlántica que ha intentado oponerse a este
acuerdo entre Estados Unidos y la Unión Soviética.
Tras casi dos meses de enfrentamientos en el seno del
Gobierno, una reunión de los máximos responsables de la coalición de
democristianos (CDU-CSU) y liberales (FDP), presidida por el canciller Helmut
Kohl, anunció ayer que no sólo apoya la opción cero simple -la
eliminación de los misiles de alcance intermedio de mayor radio (LRINF, de
1.000 a 5.000 kilómetros)- sino también la de los de menor radio (los SRINF, de
500 a 1.000). La eliminación de los SRINF debe ser, señala el comunicado,
"un primer paso hacia la reducción general de todos los sistemas nucleares
en territorio europeo y la creación de un equilibrio en el armamento
convencional, así como la completa eliminación del armamento químico". Al
igual que en su declaración del 15 de mayo, Kohl intenta aquí, sin nombrarlos
expresamente, crear vínculos entre el desarme en diferentes tipos de armas.
Los misiles Pershing 1-A
El Gobierno federal insiste en que los 72 misiles Pershing
1-A (hasta 500 kilómetros) del Ejército alemán, cuyas cabezas nucleares son
norteamericanas, no deben verse afectados por este acuerdo. El comunicado no
alude a las cabezas nucleares que los norteamericanos habrían de retirar en el
marco del acuerdo con la URSS. "Nosotros sólo nos referimos a nuestra
postura y a lo que nos atañe. Esas cabezas nucleares no son nuestras",
manifestó ayer el portavoz de Exteriores, Jürgen Chrobog. El comunicado será la
base de la declaración de gobierno que hará el próximo jueves el canciller
Helmut Kohl ante el Parlamento federal. Tras el apoyo a la opción
supercero por parte de la primera ministra británica, Margaret Thatcher, y
del presidente francés, François Mitterrand, el Gobierno alemán quedó aislado
en la OTAN con su postura contraria a este acuerdo, forzada por los sectores
más conservadores de la CDU-CSU en torno al ministro de Defensa, Manfred
Wörner, y el jefe del grupo parlamentario, Alfred Dregger.
Este aislamiento, la presión de la opinión pública para que
se eliminen todos los misiles INF -un 85% se declara favorable, según una
reciente encuesta- y la del ministro de Asuntos Exteriores, Hans Dietrich
Genscher, y su partido, el Liberal, han provocado una marcha atrás del Gobierno de Bonn, si bien el comunicado deja patente que las fuerzas contrarias
a la eliminación de los SRINF siguen poniendo obstáculos.
Las condiciones expuestas en el enrevesado comunicado son
numerosas. Además de establecer un vínculo verbal, si no político, entre la
desaparición de los misiles INF (de entre 500 y 1.000 kilómetros) y los de
corto alcance (hasta 500 kilómetros) con las negociaciones sobre armamento
convencional y químico, resalta la necesidad para la seguridad occidental de
la respuesta flexible y la disuasión nuclear, "imprescindible en
la actualidad". El comunicado no está exento de los elementos confusos que
tanto se han prodigado en las declaraciones sobre desarme del Gobierno de Kohl
en las últimas semanas.
Primero se pronunció sólo sobre los misiles LRINF, y después
conjuntamente sobre los SRINF y los de corto alcance, "los sistemas de
misiles de alcance inferior a los 1.000 kilómetros", cuya "reducción" debe lograrse paso a paso. Más adelante volvió a citar a los
SRINF, al señalar que Estados Unidos y la URSS deben llegar a un acuerdo para
"no tener en el futuro" misiles de este tipo en Europa.
En Bonn se parte de la base de que este acuerdo es sólo un
intento por salvar la cara, dado que se da por hecho que el acuerdo
sobre la opción supercero va a cuajar, quiéralo o no la RFA, y que el
Gobierno federal quiere evitar la sensación de quedar marginado en este primer
acuerdo real de desarme entre los bloques y verse perjudicado asimismo ante su
opinión pública. Finalmente, el comunicado solicita la reducción en un 50% de
los arsenales estratégicos de ambas superpotencias, la eliminación de las
armas químicas, la "reducción sustancial de los arsenales nucleares"
y la eliminación de desequilibrios en tropas y armas convencionales.
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