Por HERMANN TERTSCH
El País, Praga,
09.04.87
El fantasma de Alexander Dubcek, jefe del Partido Comunista
Checoslovaco durante la primavera de Praga de 1968, dominó ayer los preparativos
de la visita oficial del líder soviético, Mijail Gorbachov, a Praga, que
comenzará hoy. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores soviético,
Guenadi Gerasimov, insistió ayer, ante centenares de periodistas de todo el
mundo, en que Gorbachov "no tiene previsto" entrevistarse con Dubcek,
el gran símbolo de la reforma del socialismo checoslovaco aplastado por una
invasión militar del Pacto de Varsovia en agosto de 1968.
Pese a informaciones contrarias que circularon por Praga,
ayer se anunció que Gorbachov viajará a Bratislava, capital de Eslovaquia,
donde Dubcek vive retirado y marginado de la vida política. Gerasimov celebró
una conferencia de prensa con el viceministro de Asuntos Exteriores
checoslovaco, Roman Narozny, para confirmar la llegada hoy de Gorbachov a
Checoslovaquia, en un viaje precedido de fuertes rumores sobre desavenencias
políticas entre la dirección del Kremlin y el régimen checoslovaco, desde 1969
uno de los más inmovilistas del Este europeo.
Sus intervenciones no sólo no quitaron fuerza a las
informaciones sobre tensiones entre ambos partidos comunistas sino las
alimentaron.
Pese a un retraso de tres días sobre la fecha prevista para
la visita, que debía haber comenzado el lunes, Gerasimov y Narozny manifestaron
que el programa, salvo los actos del primer día, será dado a conocer más
adelante.
Tanto en Moscú como en Praga han proliferado desde el martes
rumores sobre desacuerdos acerca del programa.
Al parecer, Gorbachov rechazó dos veces el programa
propuesto por Praga, ya que éste estaba compuesto por encuentros con grupos de
gente seleccionada y largas entrevistas con el jefe del Estado y del partido
checoslovaco, Gustav Husak. Gorbachov insistió en tener encuentros con la
población y entrevistas con toda la dirección del partido, extremo este que,
según palabras de Gerasimov se cumplirá.
A preguntas de la Prensa occidental, Gerasimov eludió la
comparación entre la política del Kremlin bajo Gorbachov y la practicada por
Alexander Dubcek durante la primavera de Praga en la que la transparencia, la
libertad de información y la democratización de las estructuras del Estado y
del partido jugaron un papel fundamental. "Hace 19 años de aquello y los
tiempos han cambiado", sentenció.
El portavoz soviético no hizo comentario crítico alguno
sobre Dubcek, sólo nombrado como revisionista y contrarrevolucionario en los
medios oficiales checoslovacos.
El que fuera ministro de Asuntos Exteriores de Dubcek, Jiri
Hajek, declaró el mártes a EL PAIS: "Si se hubiera preparado tal
entrevista (de Gorbachov con Dubcek), que no lo sé, ambos harían bien en no
hacerla pública". En Praga se comenta que, de querer el líder soviético
hablar con Dubcek, lo haría en Moscú y en secreto y no durante una visita
oficial, ya que, con este segundo proceder, Gorbachov desacreditaría a toda la
generación de la normalización tras la invasión de 1968 e incurriría
en riesgos de desestabilizar la política checoslovaca.
Gerasimov dijo que en Praga se tratarán también importantes
aspectos de la seguridad europea.
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