Por HERMANN TERTSCH
El País, Bonn,
14.03.87
Nadie sabe cómo le ha podido suceder esto a la compañía
Volkswagen (VW), paradigma de empresa económicamente sana y ordenada. Los
expertos y la opinión pública alemana occidental no encuentran respuesta. Nada
menos que 480 millones de marcos (unos 34.000 millones de pesetas) le han sido
estafados a VW por desconocidos a través de manipulaciones en las cuentas de
divisas de la compañía. Desde que saltó la noticia, a principios de semana, se
fortalecen los indicios de que el principal fabricante alemán de automóviles ha
sido víctima del mayor delito económico habido en la historia de la RFA.
La semana ha estado dominada por la absoluta confusión en
torno a esta estafa sin precedentes y sus posibles autores. Ayer, la compañía
de Wolfsburg adoptó las primeras medidas con la suspensión de sus cargos al
director del sector de tráfico de finanzas, Gunther Borchert, y al director de
la sección del departamento central de cleaping de divisas y fondos.
El responsable de la sección de comercio de divisas, Burkhard Junger, que había
sido suspendido ya en enero al concretarse los indicios criminales en las
investigaciones internas, fue despedido ayer. Cuatro de sus subordinados en la
sección han sido separados de sus cargos. Los daños para la compañía derivados
de este escándalo no quedarán limitados a la pérdida de la enorme suma, que
hubiera doblado prácticamente los beneficios de 1986. "Hemos sufrido una
grave pérdida de prestigio", reconocen ya directivos de la compañía. La
dirección está siendo ya objeto de crítica por no haber impuesto mayores
controles a este negocio, plenamente informatizado, cuya complejidad requiere
una vigilancia puntual. No obstante, la posición del presidente de la compañía,
Carl Halin, parece fortalecida, según manifestaron ayer medios financieros
alemanes. Halin intentó el pasado año, sin éxito, imponer un reforzamiento de
los controles internos. La cotización de las acciones de Volkswagen en los
mercados de valores de la RFA ha caído en dos días de 356 a 323 marcos.
La noticia de la monumental estafa fue hecha pública al
comenzar. las investigaciones de la fiscalía con la presentación de la denuncia
correspondiente. Atrás quedaban rotundos desmentidos en octubre pasado cuando
surgieron los primeros rumores sobre un fiasco sin precedentes en el negocio de
divisas de Volkswagen. Tras largas investigaciones internas, los contables de
VW han llegado a la conclusión de que desconocidos ajenos a la compañía, con la
imprescindible cooperación de personal interno, manipularon los movimientos de
divisas de la compañía, especulando con la fuerte fluctuación del dólar desde
1985, haciéndose con una cifra que se estima en 480 millones de marcos, lo que
supone prácticamente los beneficios de un ejercicio.
La primera sospecha surgió al comprobarse que un negocio de
divisas que constaba como asegurado resultó no estarlo. En las investigaciones
inmediatas se comprobó que los documentos que certificaban los seguros de este
y otros negocios de divisas habían sido falsificados con gran precisión. Las
compañías activas en el comercio exterior pueden asegurarse contra
fluctuaciones de divisas con operaciones a futuro o con seguros contratados en
los bancos.
Negocios externos
Dos tercios del volumen de negocios anual de Volkswagen, en
torno a los 53.000 millones de marcos, se realizan fuera de la RFA. Tan sólo en
Estados Unidos la VW tuvo un volumen de negocios de 11.000 millones de marcos
en 1985. Al parecer, Volkswagen, como otras grandes compañías, gestiona por sí
misma, y no a través de bancos, su tráfico de divisas y lo ha desarrollado como
una fuente añadida de beneficios a los resultantes de su producción y venta.
Así las cosas, los comerciantes de divisas de VW manejan diariamente hasta 50
millones de dólares, y hasta 1985, con un dólar rampante, las especulaciones
redundaron en considerables beneficios para la compañia, según medios
económicos de Bonn. Los responsables de este movimiento de divisas del comercio
exterior de VW están bajo la vigilancia de los mecanismos de control interno y
de las auditorías para los balances, pero gozan de amplia autonomía en el
negocio diario. Al parecer, los desconocidos utilizaron en su propio beneficio
el margen de libertad que habría otorgado la dirección a estos negocios
especuladores. En medios de la compañía no se quiere descartar que se
produjeran estafas de la misma forma antes de 1986, ya que si éstas han salido
ahora a la luz ha sido sólo a causa de la fuerte caída del dólar durante ese
año.
Tampoco existe la certeza de que los implicados actuaron
desde un principio con intención delictiva o si, por el contrario, se
equivocaron en sus especulaciones a favor de la empresa, apostando por un dólar
más fuerte, e intentaron ocultar las enormes pérdidas de sus especulaciones
fallidas.
En todo caso, la omisión de los controles para impedir una
pérdida de tal importancia va a tener consecuencias en el seno de la compañía
al margen de la delimitación de responsabilidades delictivas que pudieran
surgir en las investigaciones de la fiscalía. En medios alemanes se recuerda el
caso de la banca Herstatt, que quebró a causa de negocios de divisas fallidos.
Aquel escándalo obligó a las compañías a reforzar sus controles.
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