Por HERMANN TERTSCH
El País, Leipzig,
16.03.87
Las relaciones entre los dos Estados alemanes están
adquiriendo una nueva dimensión de consecuencias difícilmente previsibles, en
el marco de las posibilidades que ha abierto para las relaciones Este-Oeste la
nueva propuesta de desarme del máximo dirigente soviético, Mijail Gorbachov.
Ayer, la inauguración de la Feria Internacional de Leipzig, tradicional foro de
contactos comerciales y políticos entre ambos bloques, estuvo marcada por una
intensa serie de entrevistas del jefe del Estado y del partido comunista de la
República Democrática Alemana (RDA), Erich Honecker, con destacados políticos
de la República Federal de Alemania (RFA).
El presidente del Estado de Baden Württemberg, Lothar
Spaeth; el presidente bávaro, Franz Josef Strauss; el ministro federal de
Economía, Martin Bangemann, y el alcalde gobernador de Berlín Oeste, Eberhard
Dieppgen, acudieron a Leipzig en un despliegue sin precedentes de
representantes de la coalición cristianodemócrata-liberal de Bonn para
aprovechar lo que en medios de ambos Estados alemanes se considera una ocasión
única para liquidar obstáculos tradicionales a la cooperación interalemana.
Spaeth será recibido hoy, de nuevo, por Honecker en Berlín Este. Dos días antes,
Oskar Lafontaine, presidente del Estado del Sarre y más que probable sucesor de
Willy Brandt en la presidencia del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), fue
recibido por Honecker con honores parecidos a los otorgados a un jefe de
Estado. Lafontaine celebró en Berlín Este una conferencia de prensa que, al
igual que toda la visita, recibió una amplísima cobertura por parte de los
medios de la RDA. El diario del partido, Neues Deutschland, dedicó a
Lafontaine toda la primera plana.
En la Feria de Leipzig, 2.000 de los 9.000 expositores
proceden de la RFA. También España ha reforzado su presencia en esta feria,
principal mercado para el comercio con el este de Europa. El presidente
norteamericano, Ronald Reagan, envió un telegrama a la feria haciendo votos por
una intensificación de las relaciones entre EE UU y la RDA. Este gesto, pero
aún más el expreso apoyo de la URSS a la política de Honecker de acercamiento a
la RFA y los acuerdos interalemanes -el de cultura, ya firmado, y de ecología,
en negociación- abren expectativas a una política interalemana impensable hace
años. También, los indicios de que la URSS da por cerrado un período de
congelación de las relaciones con la RFA y el hecho de que la RDA alberga
ciertos temores a verse puenteada en este acercamiento, fortalecen
las expectativas abiertas en Leipzig.
Pasada la campaña electoral de la RFA, en que la retórica
anticomunista de algunos democristianos crispó las relaciones con Berlín Este,
tanto Bonn como el régimen de Honecker parecen decididos a utilizar el margen
de maniobra no habido desde la posguerra. La posibilidad de un acuerdo para la
eliminación de los misiles nucleares de medio alcance en Europa beneficia
asimismo esta opción, como destacó Honecker en una reciente carta a Kohl.
Medios de la RDA, al igual que Lafontaine, han destacado la
enorme expectación que existe en la RDA ante las declaraciones que el canciller
federal, Helmut Kohl, pronunciará esta semana. Los citados medios sugieren
espectaculares avances en acuerdos para mayores contactos humanos si Kohl hace
algún gesto hacia el respeto de la nacionalidad de la RDA. Berlín Este ya no
pide un reconocimiento de esta nacionalidad, que la RFA no puede dar sin reformar
su ley fundamental. El intercambio de invitaciones entre el alcalde de Berlín
Oeste y Honecker, con motivo del 750 aniversario de la ciudad, podría culminar
con que "Honecker vea por primera vez el muro desde el otro lado",
según fuentes occidentales.
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