Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Praga
El País Viernes,
10.04.87
Gritos de "¡Gorbachov, libertad!" resonaron ayer
entre las decenas de miles de personas que recibieron en Praga, con un
entusiasmo sin precedentes, al máximo dirigente soviético, Mijail Gorbachov, en
su recorrido desde el aeropuerto hasta el castillo sede de la jefatura del
Estado. El líder del Kremlin llegó finalmente en la mañana de ayer a
Checoslovaquia tras un aplazamiento de tres días de su visita oficial, que
disparó los rumores sobre tensiones entre Moscú y Praga, máxima representante
de la ortodoxia comunista en el este de Europa. De la visita de Gorbachov a
Praga se espera el anuncio de una iniciativa soviética para la seguridad
europea, que podría consistir en la retirada parcial de las tropas soviéticas
estacionadas en este país desde la invasión de 1968 y un alineamiento
definitivo del régimen checoslovaco con la política de apertura del Kremlin,
pese a las notorias reticencias en la dirección.
La población de Praga ofreció ayer la bienvenida más
calurosa y sincera hecha en esta ciudad a un dirigente soviético desde la
llegada del Ejército Rojo, al final de la II Guerra Mundial. "Es la
primera vez que voy a un acto de este tipo por iniciativa propia. Tenemos que
aplicar los mismos principios que ha anunciado Gorbachov para la URSS. Desde
1968, aquí no se mueve nada, y éste no es el camino. Gorbachov y la reforma son
el tema principal de todas nuestras discusiones en la Universidad, en las
organizaciones políticas, en todas partes", manifestaron a este
corresponsal unos estudiantes que por primera vez en su vida enarbolaban con
satisfacción banderas soviéticas.
"La primavera de Moscú"
Los obvios paralelismos entre los intentos de renovación del
máximo dirigente soviético y la política de Alexander Dubcek, jefe del partido
durante las reformas de la primavera de Praga, aplastadas por una
invasión militar del Pacto de Varsovia en 1968, han despertado enorme
expectación en Checoslovaquia. Por otra parte, han provocado serias inquietudes
en la dirección comunista. Pese a la aceptación verbal de la política de
Gorbachov, el régimen se halla dividido respecto a la necesidad y el alcance de
dichas reformas. Jóvenes estudiantes aplaudieron ayer entusiasmados a Gorbachov
cuando éste, acompañado de su mujer, Raisa, y del jefe del Estado y del Partido
Comunista Checoslovaco, Gustav Husak, se bajó del coche oficial frente al
castillo donde recibió los honores militares.
Con una amplia sonrisa, Mijail Gorbachov interrumpió varias
veces su recorrido hacia la sede de la jefatura de Estado para conversar con la
gente que había acudido a expresar una simpatía generalizada de la población
checoslovaca con la política de apertura y democratización del Kremlin. También
por la tarde, en un paseo por las calles de la parte vieja (Stare Mesto) de
Praga, movilizó a decenas de miles de personas con enorme entusiasmo. Se oyeron
gritos de "¡Libertad, perestroika y amistad!".
Tras su llegada al castillo, Gorbachov se entrevistó con
Husak, máximo representante de la dirección checoslovaca impuesta por el
Kremlin tras el aplastamiento de las reformas de Dubcek y que desde 1969 es un
paradigma del anquilosamiento y el inmovilismo conservador del bloque comunista.
Ayer se supo asimismo en Praga que cuatro ministros del Gobierno de Dubcek en
1968 han escrito una carta a Gorbachov en la que aplauden su política, que,
según dicen, servirá para la democratización no sólo de la URSS, sino también
de Checoslovaquia y otros países socialistas.
La jubilación de Dubcek
Gorbachov se entrevistará con otros miembros de la cúpula
del partido, como los secretarios del comité central, Vasil Bilak y Milos
Jakes; aquél, máximo exponente de la ortodoxia ideológica, y éste, uno de los
dirigentes que, según fuentes checoslovacas, podría tomar la dirección tras
Husak. El primero desempeñó un destacado papel en derribar a Dubcek en 1968, y
en los últimos meses ha advertido contra los oportunistas que quieren utilizar
la política de renovación soviética para "reavivar el revisionismo y los
afanes antisocialistas de círculos derechistas checoslovacos y del
extranjero". El sábado, Gorbachov viajará a Bratislava, donde reside,
jubilado, Dubcek. Insistentes rumores sobre el deseo de Gorbachov de
encontrarse con el dirigente de la primavera de Praga circulan por la
ciudad. El que fuera ministro de Asuntos Exteriores de Dubcek, Jiri Hajek,
manifestó a EL PAÍS que no cree en la posibilidad de este encuentro durante la
visita. Pero no descartó que se hayan producido contactos entre Dubcek y
Gorbachov.
La población checoslovaca demostró ayer un entusiasmo ante
la llegada de Gorbachov que supera todas las previsiones y que tendrá efectos
sobre el contenido político de la visita. Ayer demostró Gorbachov que se ha
convertido en la esperanza de los checoslovacos por lograr reformas políticas y
económicas reales tras 19 años de estancamiento, despolitización y resignación.
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