Por HERMANN TERTSCH
El País, Bonn,
26.01.87
ELECCIONES EN LA RFA
La coalición del Gobierno logró confirmarse ayer en las
elecciones generales celebradas en la República Federal de Alemania (RFA), pese
a las fuertes pérdidas de la Unión Cristiana Democrática (CDU) del canciller
federal Helmut Kohl, que cosechó el peor resultado de su partido desde 1949. La
CDU logró el 44,3% de los votos, 4,5 puntos menos que en las elecciones
anteriores. El partido liberal (FDP) consiguió reforzarse considerablemente, al
lograr el 9,1%. Ambos partidos consiguen una mayoría del 53,4% y una
representación parlamentaria de 268 escaños, frente a los 278 de que disponían.
El resultado supone un fuerte cambio en la correlación de
fuerzas en la coalición gubernamental. De las primeras reacciones de los
dirigentes de la coalición se desprende que las negociaciones para la
constitución del nuevo Gobierno podrían ser largas y duras. La tensión entre
los liberales y la Unión Social Cristiana bávara (CSU), que con 44 y 48 escaños
respectivamente, aportan casi los mismos a la mayoría gubernamental, se
agudizará y creará, según se señalaba ayer en Bonn, serios problemas a la
unidad de la alianza. El Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) perdió el 0,5%
frente a su resultado en las elecciones anteriores. Con el 37%, el SPD fracasó
en su objetivo, desde hace tiempo imposible, de lograr la mayoría absoluta,
pero evitó una catástrofe electoral que parecía probable. Un gran éxito cosechó
ayer de nuevo el Partido Verde, que aumentó casi en dos puntos, hasta el 8,3%,
si bien no logró convertirse en la tercera fuerza en el Parlamento debido al
buen resultado de los liberales.
El nuevo Parlamento federal (Bundestag) estará formado por
222 diputados de CDU CSU, 187 del SPD, 46 del FDP y 41 de los verdes. La
CDU-CSU perdió 22 escaños y el SPD 6. Los liberales ampliaron su representación
parlamentaria en 12 y los verdes en 14 escaños. Destacable es
asimismo el fuerte aumento del voto de extrema derecha. Desde un 0,2%, el
Partido Nacional Democrático (NPD) ha subido al 0,7%. Aunque en términos
absolutos el resultado no tiene entidad política alguna, sí revela las causas
de la campaña nacionalista de la CDU-CSU para no perder votos por su derecha.
La participación electoral se situó en 84,1 %, cinco puntos
inferior a la habida en 1983.
En una primera reacción, el canciller federal Helmut Kohl se
congratuló del "éxito de la coalición que se ha visto confirmada", pero
reconoció que "el resultado obtenido por la Unión (CDU-CSU) no concuerda
con nuestro objetivo". "Está claro que hemos sufrido pérdidas
considerables de votos. Nadie contaba con esto". Según Kohl, su partido se
ha visto perjudicado por los pronósticos que le otorgaban una neta victoria, al
borde de la mayoría absoluta.
Además, Kohl hizo responsable de esta inesperada pérdida de
apoyo a "la discusión entre miembros de la coalición sobre determinadas
posiciones políticas". Kohl se refería sin duda a la polémica entablada
entre el ministro de Asuntos Exteriores, el liberal Hans-Dietrich Genscher, y
los miembros del ala derecha de su partido y de la CSU sobre la política de
distensión. Esta polémica ha favorecido claramente a Genscher y su partido
liberal.
Según las primeras estimaciones, la CDU perdió casi dos
millones de votos. Gran parte de esta fuga habría beneficiado al FDP, al que
830.000 votantes democristianos dieron su segundo voto.
Disgusto de Strauss
El presidente de la CSU bávara, Franz Josef Strauss,
manifestó ayer en televisión su obvio disgusto por el resultado obtenido por
los democristianos y responsabilizó de ello a "ciertas
incongruencias" de la CDU. La CSU logró en Baviera el 53,7%, lo que supone
un 5,8% menos que en las elecciones anteriores. Aunque este retroceso supera
ampliamente al sufrido por la CDU en el resto de la RFA, Strauss recordó que su
partido tiene en la región bávara un resultado superior en el 10% al medio
logrado ayer por los democristianos en todo el país. El presidente bávaro se
presentó ante las cámaras con acritud y dejó entrever que, si los liberales
intentan vaciar de contenido sus propuestas en las negociaciones, podría
provocar un nuevo intento de la CSU de separarse de la CDU y formar un partido
en toda la RFA, y no restringido a Baviera como es actualmente.
Para los socialdemócratas, la votación supone un alivio ante
los augurios de un resultado por debajo del 35% que hace semanas parecía ya
seguro. Pese a obvias tensiones en la dirección y una campaña falta de agresividad
en la que desde un principio cundía el desánimo, el candidato Johannes Rau ha
logrado mantener prácticamente el resultado de 1983.
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