Por HERMANN TERTSCH
El País, Varsovia,
11.12.86
Las autoridades polacas mostraron ayer a representantes de
la Prensa internacional gran número de multicopistas, imprentas, ordenadores,
emisoras, literatura y material de propaganda del sindicato Solidaridad
incautados recientemente por la policía en un camión sueco. El conductor sueco
que portaba todo este "material subversivo" está detenido e incomunicado.
Según las autoridades, el transporte, que de acuerdo con los papeles de ruta
sólo cruzaba Polonia hacia Austria, estaba destinado al aparato ilegal de
Solidaridad.
Fuentes gubernamentales polacas insistieron ayer en sus
sospechas de que los servicios secretos suecos podían estar implicados en la
operación. Observadores occidentales en Varsovia, por su parte, consideran
sospechosa la coincidencia de este descubrimiento con el quinto aniversario de
la declaración de la ley marcial, el 13 de diciembre. La versión oficial de la
operación presenta considerables lagunas y ofrece una ocasión idónea a las
autoridades para atacar a la oposición política, implicándola en actividades de
espionaje. El portavoz del Gobierno, Jerzy Urban, había advertido el martes que
los dirigentes de la oposición debían cesar de inmediato sus actividades
ilegales, ya que éstas comenzarán a ser perseguidas de nuevo a principios de
año. "Desde la amnistía se han cometido más de 500 delitos por parte de
miembros de la denominada oposición. No se han abierto sumarios por ello, pero
esto acabará con el año".
Con un gran despliegue televisivo, los periodistas
extranjeros fueron llevados ayer a unos gimnasios del Ministerio del Interior,
en la afueras de la capital polaca, donde se encontraban el material incautado,
el camión sueco y una furgoneta en la que un ciudadano noruego intentó el
pasado día 6 introducir libros y revistas clandestinas polacas.
Entre el material encontrado en el camión, que miembros de
la policía explicaron con detalle a los periodistas insistiendo en que parte de
los aparatos tenía fines de espionaje, había ordenadores portátiles, receptores
de radio, multicopistas, aerosoles de pintura, 420 botes de tinta para
impresión, transmisores y radiocasetes, artículos todos ellos que se pueden
adquirir libremente en unos grandes almacenes occidentales. Entre los más de
100 títulos de libros que se encontraban en el mayor alijo encontrado por las
autoridades polacas en la lucha contra la subversión se hallaban obras de Milan
Kundera, Raimond Aron y Wladislaw Bartoszewski, así como escritos de disidentes
polacos, como Jacek Kuron y Adam Michnik.
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