Por HERMANN TERTSCH
El País, Bonn,
15.01.87
El canciller de la República Federal de Alemania (RFA),
Helmut Kohl, ha asegurado que habrá continuidad en la política exterior de su
Gobierno en la próxima legislatura, y ha rechazado las especulaciones sobre una
eventual radicalización de su postura frente a los países del Este europeo. La
política exterior de la RFA y, en especial, sus relaciones con la República
Democrática Alemana (RDA) se han convertido en cuestión principal de la última
fase de la campaña electoral. Esto se ha debido a la controvertida afirmación
de Kohl sobre la existencia de "campos de concentración" en la RDA y
a las fuertes críticas de la Unión Cristiano Social bávara (CSU) a la gestión
del ministro de Asuntos Exteriores, el liberal Hans-Dietrich Genscher. Éste ha
logrado en la legislatura que ahora concluye mantener en gran medida la ostpolitik
que practicó hasta 1982 en la coalición socialdemócrata-liberal. A la vista de
la creciente preocupación en medios periodísticos e intelectuales, Kohl
compareció el martes ante la Prensa en Bonn para asegurar que no se producirá
una derechización de la política exterior. Según medios cercanos al
Gobierno, en la cancillería ha cundido el temor a que la dureza de algunas
expresiones utilizadas en la campaña creen inseguridad entre el electorado y
una mala imagen en el exterior. Sin embargo, Kohl insistió en que nadie le
impedirá seguir defendiendo los derechos humanos en la RDA, llamar compatriotas
a los ciudadanos de aquella República y mantener la reunificación como objetivo
a largo plazo.
Tonos anticomunistas
La insistencia con que algunos dirigentes de la CDU y la CSU
han utilizado tonos anticomunistas en la campaña ha hecho temer una creciente
ideologización de la política exterior del futuro Gobierno. El jefe del grupo
parlamentario bávaro en Bonn, Theo Waigel, llegó a manifestar que una victoria
de la coalición gubernamental debía ser el fin de la política de distensión de
los años setenta. Nadie duda ya de que el Gobierno será constituido por los
democristianos, seguros vencedores de las elecciones del 25 de enero, con o sin
los liberales. La afirmación de Kohl en un mitin electoral sobre los
"campos de concentración" en la RDA provocó fuertes críticas en la
RFA y una inmediata reacción de Berlín Este. La utilización por parte de Kohl
de este término, que se aplica a los campos de exterminio del nacionalsocialismo, se enmarca, según las condenas a Kohl, en la tendencia de los
cristianodemócratas a equiparar comunismo con nacionalsocialismo y trivializar
así los crímenes del III Reich. El presidente de la CSU, Franz Josef Strauss,
ha manifestado que ya es hora para los alemanes de "salir de la sombra de
Adolf Hitler". También ha criticado veladamente al jefe del Estado, Von
Weizsaecker, a quien la derecha no perdona su insistencia en mantener viva la
memoria de las atrocidades del nacionalsocialismo.
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