Por HERMANN TERTSCH
El País, Bonn,
23.01.87
El Partido de los Verdes es el auténtico responsable de la
transformación del escenario político de la República Federal de Alemania (RFA)
en el último lustro. Con su irrupción en el Parlamento federal, hace cuatro
años, se rompió el equilibrio, vigente durante más de un cuarto de siglo, en el
que los partidos democristiano (CDU-CSU), socialdemócrata (SPD) y liberal (FPD)
-este último, como partido bisagra- configuraron las mayorías gubernamentales
en la RFA.
Ante las elecciones generales del domingo, el Partido de los
Verdes se presenta como una fuerza parlamentaria consolidada. Pese a sus
querellas internas, las luchas entre el ala radical o fundamentalista y
los moderados o realistas; y pese a los errores políticos dictados
por la inexperiencia, el partido ecopacifista es ya parte integrante del
sistema parlamentario de la RFA y un aliado imprescindible para cualquier
mayoría situada a la izquierda en el espectro político germanooccidental. Todos
los sondeos predicen que los verdes ampliarán su presencia
parlamentaria, que en la actualidad es de 27 escaños. Hace dos años, el partido
estuvo en peligro de convertirse en un grupúsculo sectario sin importancia. En
las elecciones del Sarre, en marzo de 1985, sólo logró el 2,5% de los votos.
Dos meses más tarde no lograba entrar en el Parlamento de Renania Westfalia. Era
el momento de renovado auge de los socialdemócratas, que en ambos comicios
lograron mayoría absoluta.
La catástrofe de Chernobil
Pero en abril de 1986 ocurrió la catástrofe en la central
nuclear de Chernobil, y meses más tarde, un incendio en una fábrica de la
compañía Sandoz en Basilea contaminó el Rin desde Suiza al mar del Norte. Esos
siniestros permitieron la recuperación del partido, que, en las elecciones de
Baja Sajonia, en junio, logró el 7,1 % de los votos; en octubre, en Baviera, el
7,5%, y en noviembre, en Hamburgo, el 10,4%. Los sondeos ante las elecciones
federales del domingo sitúan a los verdes por delante de los
liberales como tercer partido parlamentario, con un porcentaje de votos situado
entre el 7% y el 10%. El resurgir de los verdes ha ido parejo al
hundimiento del SPD. El rechazo del candidato socialdemócrata, Johannes Rau, a
una alianza con los verdes ha llevado a jóvenes electores a votar una
opción más clara contra la política de la actual coalición gubernamental. La
política del SPD, presentada en el congreso de Nuremberg en agosto, para intentar
arrebatar votos a los ecopacifistas con un programa antinuclear y con
iniciativas de desarme unilateral ha fracasado estrepitosamente. Pese a que las
luchas internas continúan, los verdes han hecho campaña activa contra
los grandes consorcios industriales, el rápido deterioro del medio ambiente, el
desmantelamiento de las prestaciones sociales y lo que califican de
"actitud de lacayo" del canciller Helmut Kohl frente a Estados
Unidos. Al mismo tiempo han fustigado las "incongruencias" del SPD.
Otto Schily, el más destacado representante del ala realista del
partido, manifestó ayer a este periódico que él es quizá el único que cree
posible aún una mayoría formada por una alianza del SPD y los verdes. Se
mostró convencido de que el duro debate que se abrirá en el SPD tras las
elecciones del domingo próximo dará cauce para la cooperación entre los dos
partidos de la actual oposición. "Con Oskar Lafontaine [presidente del
Gobierno del Sarre y figura de la izquierda socialdemócrata], el SPD habría
obtenido un resultado mejor. Con él, si se impone en el SPD, podremos crear una
alternativa a esta coalición que desmantela los derechos democráticos,
intenta hacer de la RFA una potencia nuclear, y presenta al nacionalsocialismo
como un simple accidente de la historia".
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