jueves, 12 de enero de 2017

NUEVO ESCÁNDALO DE SOBORNOS POLÍTICOS EN LA RFA

Por HERMANN TERTSCH
El País,  Bonn, 25.06.85


Un nuevo escándalo de sobornos a políticos y funcionarios, esta vez por parte de la poderosa industria farmacéutica, ha estallado en la República Federal de Alemania (RFA) y vuelve a implicar miembros de los partidos de la coalición gubernamental cristiano-demócrata (CDU) y liberal (FDP), según reveló ayer la revista Der Spiegel.
La industria farmaceútica negó haber realizado sobornos, aunque admitió haber repartido pequeñas cantidades de dinero. El canciller federal, Helmut Kohl, parece condenado a enfrentarse continuamente a casos de irregularidades financieras y fiscales de políticos de la coalición. Al juicio contra el ex ministro de Finanzas, el conde Otto Lambsdorff -acusado en relación con el caso Flick-, el procesamiento del hasta hace poco portavoz del Gobierno, Peter Boehnisch -por evasión de impuestos-, y la implicación del ministro de Correos, Cristian Schwarzschilling, en las actividades ilegales de una empresa de su esposa, viene a sumarse el nuevo caso revelado por Der Spiegel, que amenaza con una nueva merma en la credibilidad del Gobierno.
Según el semanario de Hamburgo, numerosos parlamentarios, funcionarios de partido y de la Administración, recibieron dinero para sus campañas electorales o regalos personales de la Asociación Federal de la Industria Farmacéutica en reconocimiento por su colaboración en la defensa de los intereses de la patronal de este sector.
El caso salió a la luz cuando la policía abrió, en un banco suizo, una caja de seguridad a nombre de Hans Otto Scholl, de 52 años, ex presidente del Partido Liberal (FDP) en el Estado de Renania-Palatinado y gerente de la Asociación de la Industria Farmacéutica, y que ha sido acusado de atraco a mano armada en una joyería de Baden Baden, el 28 de diciembre pasado.

Las subvenciones para las campañas electorales y los regalos para aquellos funcionarios que se habían destacado, o podrían destacarse, como apoyos leales y efectivos, se gestionaban a través de Scholl, que desde 1962 trabajaba para la Asociación Farmacéutica.

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