El País, Bonn, 24.06.85
El partido verde acordó ayer, en su congreso extraordinario,
no rechazar en principio ninguna vía de acción política en el Parlamento de la
República Federal de Alemania (RFA), con lo que se distancia de la postura de
sectores radicales opuestos a una participación parlamentaria.
El congreso extraordinario de los verdes, celebrado
el pasado fin de semana en Hagen, ha supuesto un debilitamiento de los fundis (fundamentalistas,
partidarios de una oposición radical sin participar en el poder), si bien la
otra tendencia organizada, los realos (realistas, defensores de una
cooperación con los socialdemócratas), no logró imponer sus tesis. Tras largas
horas de debates, interrupciones y gritos, las dos tendencias llegaron ayer a
un compromiso bajo la presión de la base, que exigió medidas para frenar el
deterioro general del partido, tras los rotundos fracasos de la candidatura
ecopacifista en las elecciones del Sarre y Renania-Westfalia, donde no
alcanzaron representación parlamentaria alguna.
Ante las elecciones legislativas de 1987, los verdes intentan
desesperadamente lograr fórmulas de funcionamiento interno que hagan posible
una campaña electoral con perspectivas de éxito.
La disposición a entrar en coalición con el SPD y compartir
responsabilidades de gobierno es para muchos indispensable para que el partido
no se hunda en 1987.
Las elecciones del Sarre y Renania-Westfalia han hecho posible
que, tras gestos conciliatorios por parte de las dos tendencias, se aprobara
ayer una resolución propuesta por la lista alternativa de Berlín, cercana, si
bien no idéntica, a la postura de los realistas, que rechaza toda
autolimitación a priori en las tareas parlamentarias. En la misma se
matiza que "no podrá haber intentos de llegar al poder a cualquier
precio".
El otro motivo de enfrentamiento en el seno del partido, el
principio de la rotación de los cargos electos, no fue tratado, ya que hubiera supuesto
un nuevo escollo para el precario consenso.
Los 700 delegados de los 35.000 miembros con que cuenta el
Partido Verde acordaron también un reforzamiento de las actividades contra
proyectos industriales concretos, como la planta de enriquecimiento de uranio
en la localidad bávara de Wackerdorf, caballos de batalla donde esperan
recuperar el capital político perdido en luchas internas y con puntos programáticos impresentables ante la opinión pública.
Entre estas actitudes se encuentran la solicitud de
despenalización de la pederastia (relaciones sexuales con menores de 14 años),
presentada en Renania-Westfalia y luego retirada, al entenderse que equivalía a
un suicidio político.
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