Por HERMANN TERTSH
El País, Bonn,
13.02.87
LA URSS CAMBIA DE CARA
Vasil Bilak, secretario del Comité Central del Partido
Comunista de Checoslovaquia, ha advertido de que entre los defensores de
"la nueva política" de la Unión Soviética hay "elementos
parasitarios" que sólo quieren ocultar sus actividades antipopulares y
antisocialistas.
En una sesión de la comisión ideológica del partido, Bilak
hizo el ataque más directo realizado hasta ahora desde una capital del Este a
los planes del máximo dirigente soviético, Mijail Gorbachov. Tan sólo el
presidente rumano, Nicolae Ceaucescu, ha sido tan crítico con la política
de renovación soviética. Bilak no dirigió, por supuesto, sus críticas
directamente al Kremlin, pero dejó claro que Checoslovaquia cuenta con medios
para frenar a esa gente en nuestro país que está entusiasmada con "la nueva
política".
Bilak recomendó a "esa gente" que recuerde el
documento del partido aprobado en noviembre de 1970. En ese documento se
califica de "contrarrevolucionarias y antisocialistas" las reformas
emprendidas en 1968, durante la primavera de Praga, por el régimen de
Alexander Dubcek. Aquellas reformas ofrecen claros paralelismos con las
propuestas por Gorbachov.
La "derecha"
Según Bilak, algunos quieren que este comunicado sea
revocado. Esto no va a suceder, añadió. Con alusiones a la "derecha"
checoslovaca -sin especificar a quién se refería-, manifestó que ésta fue
responsable de las "deformaciones" habidas en 1968 -es decir, la
caída del estalinista Antonin Novotny y la ascensión de Dubcek- y, por tanto,
del "desmoronamiento" que abrió paso a la
"contrarrevolución". Algunos quieren repetir hoy este intento, según
Bilak. Sin embargo, no lo conseguirán, señaló. Bilak, el líder del ala más
ortodoxa y conservadora del partido, estuvo ausente de la mayoría de los actos
durante la reciente estancia en Praga del ministro de Asuntos Exteriores
soviético, Edvard Shevardnadze, pese a ser responsable de las relaciones exteriores
en el Comité Central.
Shevardnadze visitó Praga y Berlín Oriental para explicar a
los dos aliados de Checoslovaquia y la República Democrática Alemana (RDA) las
medidas de democratización interna del partido defendidas por Gorbachov.
También el jefe del Estado y del partido comunista de la
RDA, Erich Honecker, ha subrayado su distanciamiento de las medidas de reforma
interna del partido y de la "democracia socialista".
En un discurso ante cuadros locales del partido, pronunciado
días después de la visita de Shevardnadze, Honecker manifestó que "cada
Estado socialista debe afrontar sus problemas de acuerdo con su propio estado
de desarrollo".
Tan sólo dos países aliados de la URSS en Europa, Polonia y
Hungría, parecen apoyar sin reservas las reformas económicas y políticas
propuestas por Gorbachov.
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